Nunca llegué a pensar que terminaría escapando de quien amaba, es decir… nuestra historia parecía ser más trágica que cualquier otra, pero jamás imaginé un final así.
Hablar sobre Luci resultaba difícil, pero nunca pensé que le afectaría tanto. En ese momento me dije que no debía perder la calma, quizás volvería pronto, especialmente si había criaturas demoníacas tras de mí, él no sería capaz de abandonarme ¿verdad?
Tras su marcha tomé una decisión; si no regresaba jamás le perdonaría, todo parecía sencillo, simplemente me iría sin dejar rastro, pero cada vez que llegaba a la puerta con mi maleta y documentos daba un paso atrás, la casa estaba llena de él, su aroma, recuerdos y esencia, era difícil renunciar a lo único que me quedaba de Luca.
Aquella mañana de febrero, mi corazón latió de nuevo, aunque no fue el reencuentro que soñaba. Cuando llegó me dijo que mi vida corría peligro, que debía sacarme de ahí, todo sucedió muy r
Era la primera de muchas mañanas, en que amanecía con una sensación de tranquilidad, ya que Luca, mi Luca había vuelto y quizás para nunca más irse. Deseaba disfrutar de su compañía, pero teníamos algo pendiente y para mantenerme a salvo, era necesario terminar de escucharlo. Ya no tenía sentido seguir pensando en lo que habían hecho los multiformas, debíamos dejarlo atrás. Aunque lo primero sería comer algo, al llegar a la cocina me di cuenta de que Luca tenía un amplio menú, no iba a rendirse. —“Aunque sea a la fuerza”—me dijo— —No es necesario, hoy amanecí con buen apetito, quizás el tenerte de vuelta tenga algo que ver. Luego de desayunar, decidí sentarme un rato en la hamaca, todo estaba distinto, incluso la casa se sentía acogedora. — ¿Qué sucede? — Pensaba en los multiformas, ellos saben dónde encontrarme, no se van a conformar, están dec
Nosotros sabíamos que venía la lucha definitiva, para mí lo más importante sería protegerla, tratar de evitar que se viera forzada a luchar, porque de hacerlo, ella moriría. O al menos así lo veía. El miedo a perderla ahogaba a los demás pensamientos que tenia. Ni siquiera escuchaba lo que pasaba a mí alrededor. Si moría, yo haría lo necesario para dejar de existir también. —Un momento Luca, me dices que había forma de que fallecieras. ¿Pero y el asunto de la inmortalidad? —Nuestros enemigos no pueden aniquilarnos ya que tenemos la capacidad de transportarnos, pero si yo decidía dejar de vivir, debía aislarme y dejar de alimentarme de almas. Ellas nos mantienen vivos, por lo que sin tomarlas la energía vital se va. ¿Recuerdas que al principio de la historia te dije lo importantes que eran? —Pero sonabas aburrido, como que esto de la inmortalidad era una condena, ¿no hubiese sido más sencillo dejar de alimentarte de almas desde hace 300 años
—Luego de la transformación, nos reuniremos con los Pfathraz y con Morgana. Iremos a luchar contra Augustus, será una lucha intensa, recordada como la batalla de los mil caballeros. Según Morgana, nosotros 6 lucharemos contra Augustus. Ya los Gonimbus se nos han unido. Gaetano se quedara en casa, esperando por los heridos. — ¿Los Gonimbus? —Sí, hemos hablado con los Jefes y ellos están de acuerdo con que hay que restablecer el equilibrio, y todos estamos de acuerdo de que con Augustus vivo, las cosas irán empeorando cada vez más. Seremos varios grupos, vampiros, hechiceros y Tsugniss. Será histórica porque nunca antes nos habíamos aliado. —Hola Cat, me parece que las visitas han acabado. –Intervino Gaetano- —No... Que Luca no se vaya por favor. —Bien, no te agites. ¿Cómo te sientes? —Me duele la garganta —Es normal, en un par de días estarás como nueva, ahora descansa. Despu
Habían pasado un par de días desde lo sucedido en Moher. Los líderes me habían contactado ya que deseaban verme a solas. Imaginaba que sería algo importante, por lo que no pude evitar sentirme ansiosa. Me despedí de mi familia, ya que Luca me acompañaría hasta llegar junto a ellos, para después volver a casa. — ¿Nerviosa amor? —Bastante. Una vez ahí, me despedí de él e inicie mi viaje. Los líderes estaban un poco distintos, habían recuperado sus poderes en un 90%, pero había algo más, ellos estaban serios, distantes. —Cat, te estamos profundamente agradecidos, eso comprueba que escogimos bien, realmente eras la elegida. — ¿Escogieron bien? Ustedes estaban prisioneros como fue que me escogieron, ya que para la época en que Luci fue convertida, ustedes no eran libres. —Cat ¿sabes realmente como fuiste escogida? — Lo que sé es que yo... es decir... Luci era la última en la línea genética de Morgana y que
Mi visita fue sorpresiva para él, aquel amigo de la familia que había comprado mis propiedades. Yo sabía que tenía varios terrenos a lo largo del país e incluso fuera de él. Era de mi entero conocimiento que poseía una hermosa hacienda en Australia. Un cambio bastante fuerte, pero en ese momento fue lo único que se me ocurrió. —Me sorprende tu visita Cat. —Hola tío. — ¿Cómo te trata la vida? —Bien dentro de lo posible. —Aún luchas con su recuerdo ¿verdad? —Si, por eso necesito irme lejos, ni siquiera Canadá me está ayudando. —Sabes que si puedo hacer algo para ayudarte… —Por eso he venido, quería saber si aún eres dueño de aquella propiedad en Australia. — ¿Australia? Si, de hecho pensaba en tomar unas vacaciones, aunque no había contemplado que fuesen tan lejos. Vamos juntos, te presento con mis empleados y luego puedo volver. ¿Tienes idea de cuánto tiempo
En todos mis años como Tsugniss nunca sentí nada igual, ni siquiera cuando era Luci la que estaba agonizando ya que en aquella ocasión, Morgana nos daba una esperanza. Esta vez sabía que no podría lanzar un conjuro, mi Cat iba a morir. Quizás reaccioné de más contra Pietro cuando llegó a buscarme pero fue inevitable, pues eso era lo último que deseaba escuchar, ella no podía morir. No ahora que estábamos tan cerca. Aunque me transporte a casa en solo dos segundos, para mi fue eterno. —Gaetano, dime que es lo que le sucede. —Me parece que su corazón está fallando, pero no lo sé, por mil demonios no lo sé. —Debes hacer algo. No puedes dejarla morir, es tu obligación salvarla. Sin importarme las miradas de mis familiares, me senté en la cama tomándola entre mis brazos, no fui consciente de que brotaban de mi, cientos de lágrimas. -¡Cat, debes quedarte conmigo! no me puedes dejar, lucha por favor, lucha por vivir. ¡No acepto que te des por v
Había tenido una cantidad de dificultades que me eran imposibles de enumerar. La había pasado mal las últimas semanas, estuve a punto de morir. Pero entonces esa noche, después de que Luca me dejara para descansar, tuve un sueño. El mismo que tenía desde niña, aquel en el que caminaba sobre unas rocas, en el que alguien me perseguía y en el que mi ángel me rescataba, pues bien, esta vez había algo distinto, el lugar era el mismo pero me encontraba huyendo descalza. Mi ángel no estaba ahí, pero Augustus sí. Me tomó por el cabello y me arrastro al interior de una cueva, me decía que debía ir a su lado. —Te buscaré pronto, será la única forma que tendrás de salvarlos, no les digas nada, espérame… —Buen día Cat. —Ho…la (aún estaba alterada por el mensaje de Augustus por lo que di un grito de pánico, aunque sutil fue suficiente para llamar la atención de Gaetano) —Lo siento, no fue mi intención asustarte. ¿Como te sientes? —Cans
Habían pasado tantas cosas, que por supuesto me era difícil tratar de dormir. Todos estaban en la sala o en el ático, necesitaba hallar la forma de estar a solas, quería encontrar algo sobre los multiformas. Instintivamente me lleve la mano al medallón, al tiempo que pensaba en que deseaba estar sola, entonces el medallón comenzó a brillar. De pronto me encontraba en mi casa, en Carolina del Sur. Recorrí el lugar temerosa, para darme cuenta de que estaba sola. Me fui a mi antigua habitación y cerré la puerta. Puse mis manos sobre la cubierta y pensé en lo que necesitaba, al abrirlo apareció el dibujo de mi medallón, según el libro, era un transportador, que me llevaría a cualquier lugar que quisiera. Luego pensé en los multiformas, y el libro se abrió, aunque no era mucha, la información me dio suficiente para iniciar mi búsqueda. Estaba decidida a investigar, por lo que Agnos me sería de ayuda, decidí decirle a Luca, pues como me había dicho Pietro, para