Una esposa rebelde
Cuando Katherine Deveraux accede por rebeldía a casarse con Daniel Gossec, un mujeriego que va por la vida dejando corazones rotos, cree que ha matado toda posibilidad de conocer el amor que, por derecho universal, todos poseen.
Al casarse deberá ir a vivir a una hacienda que Daniel heredará de su abuelo materno, una de las condiciones para que la herencia fuera suya en su totalidad, era casarse y vivir por un año allí, de lo contrario, esta pasaría a su nefasto y traicionero primo.
La convivencia los hará lidiar con sus caracteres, miedos, conflictos personales y enemigos que formarán alianzas peligrosas. Cualquier paso en falso podría ser un «error de cálculo» que conlleve a perder más que un bien material.
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