La vida de Laura fue un caos. Adoptada por una familia que bien poco le demostró cariño, y rechazada por su propia sangre. No supo de felicidad hasta que conoció a Mateo. Un chico con la basta experiencia para mostrarle aquellos sentimientos que nunca pensó experimentar. Sin embargo, los secretos son capaces de destruir lo que tanto costó ser levantado. ¿Podrán Laura y Mateo enfrentar los conflictos de un amor que está un poco lejos de la perfección?
Leer másLo vuelvo a mirar con lágrimas en los ojos y no puedo sostener su mirada, por el hecho de que es muy potente. Ahora, si tengo un poco de miedo a que me lea y se entere todo de mí, apartó la mirada hacia la esquina.—Por favor se puede alejar un poco de Mí —lo empujó con mis manos, no se mueve, es como una roca firme en su cimiento.—¿por qué hace esto? Me quiero ir—No vas a salir —replica, sacudiéndose la nariz.—Le grito —Idiota, no soy de tu pertenencia y aún, así no hace caso a mis palabras.—vas a aprender hablarme con respeto y tratemos el asunto de la mejor manera —me exige que lo trate bien.—Eres un maldito asqueroso —le doy una bofetada por todo el enojo que me está causando.Lo miro, él parece estar muy enojado, con su mano derecha me agarra del cuello y con la otra me acaricia la mejilla con su pulgar hasta rozar mis labios. Cuando nuestros ojos se encuentran mi mirada irradia temor y un leve temblor amenaza con aparecer en mi cuerpo, después de unos segundos me suelta y l
—No sabes nada de mí. ¿Piensas que jamás me he enamorado?—¿Por qué dices eso? Si yo no he mencionado nada de amor, ¿Y a qué viene ese tema con este? —me cruzo de brazos para tratar de entender lo que quiso decir—. Umm ya entiendo. No te lo tomes a mal por lo que te acabo de decir, pero debes aprender a respetar a los demás y sobre el romance que tenga con otras no es de mi incumbencia. Ese asunto se lo puede reservar, nadie tiene que saber lo que le ocurre a usted o no.—Tal vez no te conozca, pero eres una chica ruda y no te dejas de nadie, te sabes defender a la perfección —me suelta y se tira al suelo con la cabeza entre las piernas, empieza a llorar de nuevo.No puedo creer que el hombre que tenía hace un instante frente a mí se haya derrumbado por completo, debe ser que mis palabras lo lastimaron o el dolor que lleva en el alma es tan grande que no lo puede ocultar.Él pronuncia —El demonio que llevo por dentro no me deja dormir, quiero apaciguar las llamas de este incendio que
Cuando la chica pasa al lado mío me empuja con su hombro, se nota que está furiosa por lo que acaba de pasar, que culpa tengo yo. Todas las personas últimamente están como locas. Estoy al pensar que esto es un manicomio y no una empresa.—¿Quién carajos eres? Y lo más importante…—se toca las sienes—. ¿Por qué entras a mi oficina de esa manera? —se nota que está muy enfadado. Toma un suspiro y me sigue diciendo más cosas. —Dime ¿Acaso no te enseñaron a tocar antes de entrar? —ahora me grita. —Sí, me enseñaron modales que por lo que veo con usted no fue así —le respondo sacada de onda por lo que acaba de decir—. Además, ¿Quién es usted para hablarme de esa manera? Fue la recepcionista quien me dijo que podía esperar en la oficina porque estaba en una reunión y toqué la puta puerta, pero como el señor estaba follando con una mujer que parece una cualquiera, la cabeza del pene no lo deja escuchar más que los gemidos de la joven. Me está observando como si estuviera analizando cada m
La vida es muy difícil y hay que llevarle la contraria, pero lo más doloroso es vivir sin el cariño de tus padres. En el transcurso de mi infancia he tenido que ver a los padres, amar a sus hijos y no dejan que nadie los lastime, pero desde el momento en que llegue a este mundo, mi madre se ha hecho cargo de mí y trata de que no sienta la ausencia de mi padre. Es muy triste crecer sin él y más cuando mis hermanos nunca me aceptaron y siempre dijeron que no era parte de su familia. Ahora entiendo por qué lo decían. Un día buscando en el despacho de mi madre encontré un acta de nacimiento y con ella unos papeles de adopción donde decía que mi madre no era mi verdadera madre, ¡era hija de mi tía! Todo mi mundo se vino abajo, quise reclamarle, pero no pude, ya que ella me había dado todo el amor que mis padres no pudieron darme.Mi nombre es Laura Montenegro, actualmente tengo veintiún años y a mi corta edad he encontrado algo que pudiera decirse “verdadera amistad", luego que a los die