¡Me robaron la boda!
En el mismo día de mi boda, el hotel me comunicó que había que retrasar el evente medio día.
Como no me quedaba tiempo para informar a los invitados del cambio de hora, solo pude ir a detenerlos en la entrada del hotel.
Sin embargo, cuando llegué al lugar, me pararon los guardias de seguridad con el pretexto de que dentro se estaba celebrando una boda.
De pronto, la voz del presentador sonó, y allí estaba mi novia, con su velo y toda la alegría del mundo, entregando su mano a un hombre medio arrodillado.
Los familiares de mi novia que iban a asistir mi boda estaban todos presentes y aplaudían por la escena.
Y el hombre en el escenario era su primer amor y mi actual jefe.
Al verme allí, ella me advirtió: —Solo estoy ayudando a Leo en una crisis que le surgió de improvisto, no armes ninguna escena aquí, ¿de acuerdo? Él es tu jefe, sabes lo que implica esto.
¿Que solo estaba ayudando? Claro, en el hotel que yo reservé, con el vestido de novia que yo diseñé, y en presencia de los invitados que yo invinté.
¿Me estaba diciendo que esto era un improvisto?
Miré con una risa fría al joyero de anillo de diamante que el hombre sostenía en la mano.
—Parece que el Sr. Sánchez y yo tenemos gustos similares. En ese caso, quédate con este anillo y mi novia, no me importa.
Solo entonces mi novia entró el pánico.
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