El la miro un poco sorprendido- He estado enamorado, pero no creo que pueda a amar aninguna otra mujer, después de Javiera, no quiero amar a nadie más.- Le confesóEnriqueNo porque estuviera atado a su recuerdo, si no porque elsufrimiento al final de su matrimonio no había merecido la pena, no tenía elmenor deseo de volver a pasar por eso- ¿No crees que vayas a conocer a alguien más?- Voy a casarme contigo, tú eres alguien más- ¿Pero si te enamoraras de otra mujer ¿Me lo dirías?- Eso no va a pasar- Pero si fuera así.- Insistió Constanza - ¿Me lo dirías? Noquiero quedar en ridículo- Te lo diría.- Respondió Enrique por fin.- Te doy mipalabra de que si tuviéramos una relación física jamás te sería infiel- He estado pensando mucho en lo que pasó en la piscina .-Le confesó Constanza entonces Enrique trago saliva intentando disimular la tensión, perocuando el miro a Constanza a los ojos se dio cuenta que ellaestaba excitada, y el más que dispuesto a aceptar su oferta.-
Enrique se apartó y volvió a empujar denuevo dejando que seacostumbrara y cuando la penetró por tercera vez la sensación de incomodidadhabía desaparecido. Constanza suspiro de placer, la dulce sensación delinminente orgasmo naciendo en su pelvis denuevo- Oh Enrique .....El enterró la cara en su cuello, moviéndose con fuerza adelante y hacia atrás, era maravilloso, se decian cosas al oído, haciéndolesaber al otro cuanto disfrutaban y cuando sintió que estaba a punto de caer alprecipicio de nuevo se lanzó de cabeza.Si el primer orgasmo había sido un alivio, aquel fue unaexplosión de sentimientos, no pudo evitar el grito ronco que escapó de sugarganta mientras el empujaba con fuerza, por última vez abrazándola hasta queel ritmo de sus corazones volvió a ser normal- Yo no sabía ...- Empezó a decir Constanza - No sabía queperder el control pudiera dar una sensación de poder- ¿Ah sí?- No sabía que pudiera ser así- ¿Ha sido tu primer orgasmo? .- Le pregunto Enriquesorprendi
- Si tú hubieras podido hacer algo por ella, también yopodría haber echo algo por mis padres- ¿Que podías haber echo tu? Eras una cria.- Enrique sacudiósu cabeza .- Pero vamos a dejarlo no vamos a hablar de esoCuando Constanza paso sus manos por los abdominales de Enriquese excito de nuevo. Su corazón de llenaba de sentimiento nuevo cuando lotocaba. Era demasiado y no podía ser asíEnrique pensó entonces lo que había dicho su padre sobre laprueba de paternidad la propia Constanza había sugerido que si se habían confundidocon la muestra también era posible que habían cometido un error con laidentidad y que el no fuera el padre Había pensado que eso lo liberaría que escapar delmatrimonio podría hacer que esa extraña angustia desapareciera. Pero a idea deperder a Constanza hacía que algo dentro de él se rompiera- Deberíamos hacer la prueba de paternidad.- Dijo Enrique.-por si acaso como tú misma dijiste si cometieron un error en el laboratoriopodrían haber cometido dos.- E
Furioso con sigo mismo la aplastó a su pecho. Buscando suslabios en un baso caso violento. Un beso echo para castigarla, por lo que lehacía sentir. Cuando ella abrió sus labios su respiración era agitada, tambiénlo deseaba a pesar de todo, pero no era amor era sexo. Deseaba a Constanzaporque llevaba mucho tiempo sin una mujer, y el era un hombre de sangrecaliente, no, no era amor- ¿Enrique?.- Murmuró Constanza cuando Enrique le dio lavuelta para apoyarla a la pared - Confía en mi.- Dijo el Levantando su falda para bajarle las braguitas cuandointrodujo un dedo entre sus pliegues, ella echo la cabeza hacia atrás.Enrique perdió el control, había querido que aquello fueraimpersonal para no mirarla a los ojos pero su olor, el roce de su piel queconocía tan bien, sus suaves gemidosEra Constanza y no podía negarloConstanza su mujer la madre de sus hijos, no había forma denegarlo y ya no quería hacerloNecesitaba ver si cara mientras la llevaba al orgasmonecesitaba apretarla
Ay porfavor no te reveles ahora Constanza Mansilla se llevó una mano a su estómago intentando mantener sus náuseas que amenazaba con hacerla vomitar si no comía una galleta salada. Las náuseas matutinas eran un asco y más cuando duraban todoel día, y peor aún cuando estaba a punto de decirle a un hombre que iba a ser padre. Constanza piso el freno y respiro profundamente, casi aliviada al descubrir que algo irrumpía su camino. El portón de hierro que separaba la mansión del resto del mundo tenía un aspecto impenetrable. Ella no sabía mucho de aquel hombre del padre de su hijo. En realidad sólo sabía el nombre pero era evidente que al menos económicamente no estaba a su altura. Contuvo el aliento al ver un sujeto con gafas de sol y aspecto de guardia de seguridad frente al portón, ¿Enrique Diaz era de lamafia o algo así? El guardia salió por una puerta lateral y se acercó a mi coche con expresión sería. - ¿Se a perdido señoríta?.- Pregunto amable se notó que tenía una mano ba
- Pero el laboratorio tenía una muestra suya.- Insistió Javiera angustiada Ver a su hermana sucumbir la enfermedad cuando eran pequeñas, fue lo más doloroso de su vida, el final de todo de su familia de su felicidad. Tenía que saber para poder prepararse para lo peor, no abortaria pasará lo que pasara no lo haría. El recuerdo de su hermana de la maravillosa pero corta vida, era demasiado querido cómo para hacer eso. Por eso necesitaba saber. - No soy donante y por lo tanto no me he hecho ninguna prueba.- Hablo Enrique, Constanza se dejó caer sobre un silla porque sus piernas ya no soportaban. - Pues tiene que hacercelas porfavor necesito que se las haga Enrique examinó a la mujer que tenía adelante con el corazón acelerado no había pensado en la clínica de fertilidad desde la muerte de Victoria. Poco después del accidente recibió un mensaje de una empleada de Zoi-Lab para preguntar si podían descartar las muestras de espermas pero no había contestado porque en ese momento no est
De repente, le quedó horriblemente claro por qué su cara era familiar, por qué su rostro le resultaba familiar. Lo había visto antes en las noticias, en las revistas, etc. Su mujer y el habían sido los favoritos de la prensa durante mucho tiempo. Eran una pareja aristócrata, guapísimos los dos, y por lo que decían, muy felices. Pero dos años antes, habían salido en las noticias por una tragedia: la muerte de su esposa Constanza se alegraba de estar sentada o se habría caído al suelo - ¿Se encuentra bien? .- Le preguntó él inclinándose, poniendo una mano en su frente. Su piel era cálida y le hizo sentir una especie de cosquilleo - Si, no, la verdad es que no - Baje la cabeza Enrique empujó suavemente su cabeza para colocarlas sobre su rodilla. Había pasado mucho tiempo desde que un hombre la tocó. Había estrechado la mano con muchos por supuesto, pero no recordaba la última vez que alguien lo hizo para consolarla y era muy agradable. Pero el roce estaba provocando otras sensacion
Era una carrera que me gustaba y se me daba bien, a demas lo que hago ahora me gusta mucho, yo hablo por los niños para que no tengas que sentarse frente a un juez, no voy a dejar que los que han abusado de ellos vuelvan, a convertirlos en víctima obligándolos a repetir lo que sufrieron soy abogada pero a veces no hay a quien odie más que a otros abogados. La pasión que sentía por su trabajo su vocación era evidente, la mujer que esperaba un hijo suyo había hecho de defender niños su carrera. ¿Podría haber elegido a alguien mejor? En lugar de una persona fría, ahora veía a una mujer, dispuesta a defender a los más débiles, y eso es lo que estaba pensando. El Matrimonio no estaba en su agenda, ya había estado casado, y había amado a su mujer, pero ni siquiera el amor y el respeto los habia hecho felices al final. El no habia sabido resolver los problemas de Constanza y su mujer había pasado los últimos meses de su vida sola, y eso era algo que tendría que llevar en su conciencia tod