—¿Que no voy a soportar las consecuencias? —Luna se tapó la boca con la mano, y se rio. Sus ojos estaban llenos de desprecio hacia mí. Era como si yo fuera un insecto que ella podría aplastar fácilmente, sin siquiera darme un poco de su atención. Tras reír, le hizo una señal a su más fiel seguidor.El tipejo, con el cabello teñido de amarillo, inmediatamente le dijo a los demás que nos rodearan a mí y a mi profesor.—El profesor Pavone ya está tan viejo, si lo golpeamos un poco, seguro no se puede levantar de la cama por medio año.—Por los gastos médicos, puedo pagar lo que sea necesario.—Si tu hermana no sabe estar agradecida, no me importaría darle una pequeña lección.Que pasen por encima de nuestro cadáver. Estaba lista para lo que sea.—Luna, si quieres guerra, pues te daré guerra. Pero, tenlo por seguro que te arrepentirás llorando.Sin esperar que Luna dijera algo, me reí y miré a las personas que se acercaban a nosotros.—¿Qué ocurre? ¿Todavía no saben que yo y David firmamos
Aunque el certificado fue obtenido en la ciudad de Granería, no es reconocido en el país. En realidad, que no la quisiera como esposa no es algo que sorprenda. David siempre fue una persona de carácter orgulloso, por lo que, aunque le gustara Luna, no podía aceptar que su ex madrastra se convirtiera en su esposa actual.Aunque la relación de Luna con Augusto Vaillant fue muy corta, ella sí estuvo con él, ¡y eso no lo podía cambiar!Augusto era un tipo extremadamente mujeriego. Un pipi alegre. Cuando su esposa, la señora Vaillant, aún vivía, él ya tenía cuento con otras mujeres. Después de la muerte de ella, se volvió aún más desenfrenado. Era un hombre tan mujeriego que jugó con Luna, una joven ingenua. Luego, rápidamente se cansó de ella. Después de haberse casado en Granería, aún sin haber terminado su luna de miel, Augusto la dejó y comenzó con otra relación.Debido a que el matrimonio fue tan corto y el hecho de que fue en el extranjero, casi nadie sabe sobre esto. También, David,
Me aparté rápidamente de sus golpes y me reí.—¿Quién te crees tú para venir a decirme eso?He soportado tanto de ellos, solo quería un divorcio tranquilo, sin venganza, pero ¿y ellos?¡Me tratan como si fuera una estúpida, como si yo pudiera soportar cualquier cosa!Difundieron rumores, me difamaron, y eso no fue suficiente, ¡ahora quieren darle en la jeta a mi profesor!Luna, que no logró golpearme, se puso aún más furiosa, más descontrolada.—Esmeralda ¡¿cómo te atreves?! ¡¿Cómo carajos te atreves?!Nunca he podido ganarle a Luna. Frente a ella, siempre he sido la perdedora, lo que la hace verse como la victoriosa, la que siempre está por encima.Nunca imaginó que yo podría defenderme tan bien, devolviéndole el golpe y dejándola sin ninguna respuesta.¡Perdió el control por completo!Tomó una tetera que estaba sobre la mesa y me la lanzó.Estaba junto al profesor, y no pude esquivarla. La tetera me golpeó fuerte, causándome un dolor tan intenso que estuve a punto de llorar. Siempre
—Sabías que ella está débil de salud, tú…Antes de que terminara de hablar, yo respondí:—¡Apresúrese, llévala al hospital! ¡No vaya a ser que llegue tarde y ya no haya solución!David no esperaba que, además de no sentirme culpable, actuara de esa manera. Después de mirarme con una profunda decepción, levantó a Luna y se fue apresuradamente.Cuando se alejaron, mi orgulloso profesor me miró con una sonrisa.—Mira que tienes los ojos bastante grandes, ¿cómo es que eres tan ciega?—…No podía negar eso, ¡sí fui ciega!—Recuerdo que te lo advertí, ¿qué dijiste entonces?—Ay, que nuestro amor era verdadero, que él me amaría toda la vida. ¡Profesor, solo tienes que esperar a ver lo feliz que seré!—…—¿Y esto es lo que me muestras como felicidad? ¡Vaya felicidad la tuya!Mi profesor se rio con sarcasmo y parecía que quería seguir regañándome, pero al ver mi mirada tan triste, no continuó.—Está bien, cuando quieras, te presentaré a algunos hombres inteligentes y con buen gusto. Así no volv
Por la noche, cuando recién me había quedado dormida, me despertó el sonido urgente de unos golpes en la puerta.Como David siempre lograba saber la nueva contraseña, decidí ponerle una cerradura extra a la puerta. Ahora, solo podría abrirla desde dentro cuando regresara, así nadie podría entrar a mi casa sin mi consentimiento.—Esmeralda, ¡abre la puerta!Al escuchar la voz de David, me quedé sentada en el sofá en lugar de ir a ver quién era. Sabía perfectamente que venía a buscarme por lo que había ocurrido con Luna. Ahora que ella se había despertado, él tenía tiempo y ganas de buscarme problemas.No era tan boba, no iba a abrirle la puerta a alguien que venía a joderme.Pensé que él seguiría golpeando por un rato, yo no le prestaría atención y se iría enfadado, después de todo, el asunto de hoy había herido gravemente a su querida Lunita. No solo tendría que encargarse de esconder la historia, sino también tendría que consolarla y estar con ella.No tendría mucho tiempo para perder
Cuando llegamos al hospital, Luna estaba de pie en la azotea del hospital. Era pleno invierno, con temperaturas bajo cero y hasta caía nieve del cielo.Ella solo llevaba un vestido blanco sin mangas, de pie allí, expuesta al viento helado. Su presencia, en esta fría noche, la hacía parecer aún más frágil. Hasta los perros que pasaban por allí no podían evitar sentir lástima por ella. Mucho menos mi esposo. Él estaba completamente destrozado. Agarró a mi hermano que estaba a su lado.—¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué Luna subió a la azotea?Antes de que mi hermano pudiera responder, mi madre vio que yo estaba allí y corrió hacia mí para intentar golpearme.David, sin saber qué sucedía, pero preocupado por su amada, notó a mi madre y la detuvo antes de que me diera el golpe.—Mamá, no golpees a Esmeralda, ella…No dio tiempo a que terminara su frase, porque mi madre, con un grito desgarrador, exclamó:—¡¿Sabes lo que ha hecho?! ¡¿Lo sabes?!David la miró, intrigado.—¿Qué fue lo que hice?
David vio a Luna así y se asustó.—Luna, esto es muy impulsivo. ¡Créeme, aunque esto se haga público, no habrá problema! ¡No dejaré que esto te afecte de ninguna manera!Luna sonrió amargamente. Parecía tan desolada como una flor blanca en medio del viento invernal.—David, ya no me engañes. Vi todo, vi lo que dicen de mí...—David, de todas formas, no puedo estar contigo. Desde que me dejaste, ya perdí la esperanza de seguir viviendo. Ahora, de verdad, no quiero seguir viviendo ni un minuto más…Dijo esto mirando hacia mí, y su expresión se volvió aún más desesperada y angustiada.—Hermanita, sé que lo sabes. Sé que, porque mis padres me adoptaron, se llevaron el amor que te correspondía y por eso me odias, me desprecias.—Pero, siempre te he considerado como una hermana. ¿Por qué? ¿Por qué haces esto?—¿Por qué me sigues lastimando? ¿Qué hice para que me quieras ver muerta?Antes de que pudiera responder, ella de repente se rio.—Ya no importa… Ya nada importa, hermana. Voy a morir a
Al escuchar sus palabras, primero me quedé impactada. Luego, sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo. David lo sabe.¡Él sabe cómo es Luna! Sabe que ella no es la persona pura y bondadosa que aparenta ser, ¡ella es una víbora venenosa!¡Pero él…!¡Sabiendo todo esto, sigue consintiéndola, sigue cediendo a Luna!Si Luna quiere que muera, entonces él me llevará directamente al borde del techo, al lugar donde mi muerte será casi segura. Siempre había pensado que él, igual que mi familia, no conocía de verdad a Luna y por eso la amaba tanto.¡Pero no, él lo sabe!Y aun así…No.Quizás él no actúa así porque ame a Luna tanto, sino porque, como pensé antes, quizás él siempre quiso que me muriera. Y esta es su oportunidad perfecta, un accidente planeado para que Luna me mate sin que él ponga un dedo. Así, él se quedaría sin cónyuge y sin necesidad de repartir los bienes. Cualquiera de estas opciones hace que me sienta aún más aterrada. Si Luna sola ya quería que muriera, ahora con