La forma en que se distribuye una fuerza sobre una superficie es lo que conocemos como presión. Pero este no es su único significado, ya que la presión también puede denominarse como fuerza moral o influencia ejercida sobre una persona para condicionar su comportamiento. Así se sentía el grupo ante Luca, con mucha presión. Tras el incidente ocurrido en el restaurante, Luca entró en un estado de nervios enorme, convirtiéndose en una persona con la cual era difícil de dialogar. No paraba de meter prisa a todos, diciendo que tenían que marcharse de ese sitio urgentemente. Alan le contradecía todo el rato, reprochándole que ellos no eran su marioneta y, que estaban cansados de hacer todo el tiempo solo lo que él decía. Era una discusión tan poco agradable, que Colin, Alice y Dana decidieron no entrometerse para no empeorar aún más la situación. —Os lo digo enserio, tenemos que irnos, conozco a un amigo que vive a varios kilómetros de aquí y sé que podemos confiar en él. — comentó Luca.
TRES AÑOS ANTES, LUCA La música de un tocadiscos le daba un toque distinto a una habitación que estaba completamente desordenada. Cada canción que sonaba parecía estar específicamente hecha para ese lugar. El uno para el otro. Un chico estaba tumbado boca arriba en una cama que parecía que no se hacía desde hace varios días. Una almohada por aquí, otra almohada por allá. Pero al chico no parecía importarle mucho todo el desorden que había en ese cuarto.Llamaron tres veces a la puerta y, sin ni siquiera esperar una respuesta afirmativa, un hombre entró dando pasos lentos hasta llegar hacia el centro de la habitación. —Luca, esto no puede seguir así, debes de ordenar todo esto, no sé puede casi ni andar de todas las cosas que hay tiradas por el suelo. — dijo el hombre señalando al suelo. —Qué más te da a ti si se puede andar o no, si casi nunca estás en casa, y menos en mi habitación. — respondió el chico con pocas ganas. —Lo digo porque así no se puede vivir, esto no son formas de
Tenía mucho dinero, se notaba a leguas. A parte de tener su propio avión privado, vestía con una ropa que con solo mirarla podías darte cuenta de que era de marca. Se movía con una sutileza inimaginable, mientras se guardaba las gafas del sol en uno de sus bolsillos. —Este es otro pesado como Luca. — susurró Alan mientras veía como se acercaba el chico. —No te dejes engañar por las apariencias. — contestó Alice, susurrando también. Parecía que le había tocado la lotería, sonreía de tal manera que parecía que iba a deslumbrar a alguien en cualquier momento. Tanta felicidad empezó a provocar muchas preguntas. —¡Hola, amigo! — exclamó Luca mientras le daba un abrazo acompañado de una palmada en la espalda. —¡Qué gusto volver a verte! —Lo mismo digo, han pasado muchos años. Y veo que no vienes mal acompañado. — dijo el nuevo acompañando la frase con una sonrisa de oreja a oreja. —Cierto, os presento. Chicos, este es Oliver. Oliver, estos son Alan, Alice, Dana y Colin. A vosotros os
Al sonar el timbre todos los alumnos del instituto North Trail se encaminaron a sus respectivas clases. Quedaban pocos días para las vacaciones y se notaba un ambiente de cansancio pero a la vez de felicidad. Todos tenían ganas de disfrutar del verano y pasar horas y horas sin hacer absolutamente nada. Los profesores ya no ponían tanto empeño en sus clases, primero porque ellos también estaban cansados y, segundo porque los alumnos ya no echaban cuenta a las explicaciones. Para que hacer esfuerzo de más si nadie te escucha. Era última hora y los estudiantes deseaban irse a casa y pasar un fin de semana divertido. Una parte de ellos pintarrajeaban las hojas de sus cuadernos pensando que así pasaría más rápido el tiempo y el resto deslizaban el dedo por la pantalla táctil del móvil, viendo seguramente las redes sociales. Un bostezo por aquí, otro bostezo por allí. Parecía que alguien había congelado el tiempo y no tenía pensado en volver a dejarlo como estaba. Un minuto era igual a ci
La noche del viernes al sábado fue relativamente tranquila. En todos los hogares estaba puesta la televisión para estar al tanto acerca del terremoto que se suponía que iba a llegar en la tarde del viernes. Pero no fue así. En la mañana Alice decidió ordenar su habitación justo después de desayunar un bol de cereales. No se sentía con muchas ganas de hacerlo, pero era eso o llevarse un sermón por parte de su madre. Pero por otro lado estaba contenta porque tenía ganas de hablar con Janet y preguntarle como le estaba yendo el día. Recogió el cuarto como medianamente pudo y cogió un libro que tenía pendiente de leer de su estantería. Pasaban los minutos y el teléfono no sonaba. Empezó a preocuparse porque la hora de comer se acercaba y Janet le había dicho el día anterior por mensaje que la llamaría por la mañana porque en la tarde tenía que cuidar de su hermano pequeño. Un montón de pensamientos empezaron a aflorar en la mente de Alice, desconcentrándola por completo de la lectura. P
El mal tiempo no hacía las cosas más fáciles.La tormenta de lluvia era muy fuerte y traía consigo un viento gélido que se metía en el cuerpo y no dejaba parar de temblar a uno.El sonido de las cenizas y chispas que soltaba una pequeña hoguera hacía que la situación pareciese más reconfortante y llevadera. Ésta hoguera estaba situada bajo un gran puente, que conectaba las distintas carreteras de la ciudad. Alrededor de ella se encontraba un pequeño grupo de personas formado por dos chicos y una chica. Uno de ellos, que llevaba una sudadera bastante sucia pero que antes era muy colorida, se dispuso a echar agua en una pequeña cazuela. Tenían planeado cocinar algo para intentar llenar sus estómagos.El agua comenzó a hervir y la chica que se situaba justo delante de él empezó a echar unos polvitos de un paquete. Se trataba de una sopa instantánea que se cocinaba en tan sólo unos minutos. Rápido y fácil de hacer; eso ponía en el sobre. Si no fuese por la luz que emanaba del fuego, el l
"El esfuerzo la mayoría de las veces tiene una recompensa. Nosotros mismos decidimos si vale la pena luchar por ello o no." Alice tenía esa frase grabada en su cabeza desde hacía muchos años. Cada vez que sentía que no podía más o que estaba muy cansada para seguir intentándolo, repetía esas palabras una y otra vez hasta que recobraba el sentimiento de querer seguir hacia adelante. Ese mismo día se encontraba en una situación parecida, por eso mantenía en bucle esa frase en su mente. Realmente nada tenía sentido, o al menos esa era la sensación que podía percibir. ¿Luchar para que? ¿Sobrevivir? En los libros de clase no te explicaban que pasos eran los correctos para seguir en una situación como esa. Como el deporte, hasta que no lo practicas, no sabes si realmente eres capaz de dominarlo y hacerlo bien. ¿Pasa lo mismo con la capacidad de sobrevivir? Pero, ¿cómo la prácticas? Se supone que uno intenta vivir con la mayor facilidad posible, evitando en todo momento situaciones que pue
El túnel mediante el cual habían llegado entrando por la rendija parecía un extenso laberinto sin salida. Tampoco era muy cómodo moverse por ese terreno ya que tenían que ir agachados en todo momento para no golpearse la cabeza contra el techo. Habían avanzado, o eso pensaban, bastante. Por ese motivo no querían dar marcha atrás y, además, esa parecía ser su única salida. El problema era el sentimiento de confusión, de no saber exactamente a donde iban a llegar. Habían hecho caso a las palabras del misterioso hombre de la radio por pura desesperación de querer salir de ese sótano.Iban uno detrás de otro, con una separación de aproximadamente dos metros para no chocarse entre si. A medida que avanzaban el lugar se volvía más y más oscuro ya que no había ninguna ventana por la cual pudieran colarse algunos rayos de luz. La esperanza volvió a inundar sus cuerpos cuando de repente pudieron divisar a unos veinte metros una luz blanca de una procedencia que les resultaba totalmente desco