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— De acuerdo, me quedaré un rato con ustedes sólo porque no quiero tener que llegar a quedarme sólo en casa — dice Christopher con una sonrisa. 

— ¡Genial! Vamos a comer, pero en mi habitación, Melany y yo estamos en guerra, estamos jugando Mario Kart en la nintendo switch que me regaló mi papá el fin de semana, por eso hicimos la pijamada, vente, vamos a jugar, ella ya perdió esta carrera, ahora, te toca competir a ti contra mí, las reglas son sencillas; el que pierde pasa el control, ¿Estás de acuerdo? — le dice Melany con emoción. 

— Si, de acuerdo, vamos, en ese juego al menos te podré ganar — dice Christopher tratando de no sonar resignado, y preocupado por lo que pasó en el bar. 

Samantha le miró, tratando de comprender a que se refería su hermano con aquel comentario, pero no le encontró lógica, y en lugar de preguntarle acerca de qué le pasaba, prefirió ignorarlo, e irse caminando detrás de él y de Melany para no arruinar una noche tan divertida como lo estaba siendo aquella. 

Los chicos suben a la habitación de Melany a seguir jugando, lo hacen sin saber que Christopher estaba siendo espiado en ese instante por Noah, pues este estaba viendo todo desde la ventana, le siguió a Christopher desde el primer momento en que lo echó del casino, esperó sólo un par de minutos a que este siguera su camino sin forma de que pudiera devolverse para no ser descubierto por él, y entonces, decidió seguirle hasta que llegó a la casa de Melany. 

Le siguió porque quería confirmar que Christopher hiciera lo que él le pidió, quiso confirmar que Christopher hablara con su hermana, y le contara el lío en el que este estaba metido. 

Aunque Noah no pudo validar esa noche que Christopher le mencionara lo de su apuesta con su hermana, al menos, este pudo verla, y convencerse a sí mismo de que la chica tenía que ser suya por una noche. 

Noah sabía muchas cosas de sus clientes, cada que iba al casino un apostador nuevo, este lo mandaba a investigar con sus guardaespaldas fortachones, los fortachones se dedicaron a seguir cada paso que daba Christopher desde su primera llegada al casino desde hace 1 año, siguieron sus redes sociales, y por medio de ellas, supieron que este chico tenía dinero gracias a sus padres, y sobre todo, el mismo Noah se había encargado de revisar las redes sociales de su hermana, y fue allí cuando él supo todo de ella, y su belleza le hizo querer obsesionarse con ella hasta el punto de pedir su virginidad a cambio de que Christopher pagara la deuda. 

Noah arrimó esa noche a casa de la mejor amiga de Samantha no sólo para asegurarse de su cometido, sino que también quería volver a verla, no quería verla más en redes sociales, quería verla más bien desde creca, y así confirmar todo; la esbelta figura de la chica era todo lo que él quería para saciar su sed, su sed de sexo, pues hace mucho que no lo hacía desde la última vez, desde la última vez que le obligó a esconderse dentro de las paredes del casino porque lo que sucedió fue culpa de su osesión, y esta vez quería asegurarse de que todo marchara bien, y él pudiera salir ileso de su cometido. 

Además de que pudiera disfrutar de un cuerpo como el de Samantha, un cuerpo que a sus 19 años era perfecto, delgado, más no mal dotado de sus purezas femeninas, sus pechos eran de buen tamaño, perfectos para poder ser agarrados y masajearlos con toda la delicadeza y sensualidad del mundo porque no eran ni demasiado grandes, ni muy pequeños. 

Su cuerpo tenía una curva espectacular, no se comparaba con ningún otro cuerpo de los que él ha conseguido tocar en su vida, siempre han sido chicas planas que a duras penas tenían un poco de trasero para agarrar, Noah estaba cansado de ello, y que la hermana menor de uno de sus apostadores sea bien dotada de ello, le excitaba demasiado. 

Samantha no sólo tenía senos y curvas, también tenía piernas y trasero, y cuando Noah le vio asomarse en la sala de la casa usando un sólo conjunto de pijama de short de ceda rosa, y camiseta de tiras del mismo color, Noah no dudó en sentir que su miembro se excitaba en medio de su jean, alterando su paciencia y deseo de hacer que esa chica fuera suya en la cama. 

Noah se aleja de la casa de melany en cuanto ve que los 3 chicos se alejan de la sala y desaparecen por el pasillo para buscar la habitación de Melany. 

Noah camino por unos metros alejándose de la casa de Melany, y luego, simplemente, dio un salto tan fuerte que le hizo perderse entre las hojas de los árboles. 

Pero no se dio cuenta de que en ese momento en que desapareció, un chico de 10 años que andaba montando en su bicicleta con su casco puesto, sus guantes puestos, y hasta rodilleras puesta sapra evitar rasparse la piel y lastimarse cuando se cayera de la bicicleta al suelo, este le había visto, y se había quedado sorprendido e hipnotizado viendo hacía los árboles en espera de que Noah volviera a aparecerse. 

Y para sorpresa del chico, Noah si se apareció, pues al subirse a la punta de uno de los árboles, ahí se quedó, de pie, mirando hacía el exterior las calles vacías y oscuras de la ciudad, y fue en ese momento en que él se percató de la existencia del niño, no sólo porque lo vio, sino porque su olor era tan fuerte que provocó que este volviera a bajar rápidamente del árbol, se quedara mirando al niño a los ojos, y luego, simplemente, un grito aterrador se escuchó en la noche.

Aunque se escuchó sin alertar a los vecinos que dormían en el interior de sus casas, pues ninguno de ellos se despertó para salir y revisar que había sucedido.

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