No estoy loca.

En lo que Ángel reflexiona, el toro Tristán se voló la cerca, el ganado estaba siendo sustraído por forasteros, y el animal dio aviso con su bufido y varias embestidas a un mural.

—¿Qué sucede? Se preguntó Ángel al levantarse, luego se apresuró y encendió la luz y buscó su escopeta.

En ese momento, Efraín también salió con prisa de la casa y ambos se encontraron de camino.

—¡Señor, sucede algo en los corrales, Tristán ha bufado y solamente lo hace cuando hay forasteros.!

—¡Lo sé, Efraín, corre! A pasos ligeros, los hombres se subieron a un pickup y pronto llegaron a los corrales, pero era demasiado tarde. Nuevamente, la cerca fue cortada y se robaron varios novillos.

Por desgracia, Tristán tampoco se encontraba cerca.

¡Oh, oh…! —Tristán no está, se lo han robado, ese es el mejor toro de toda esta zona. Ángel se enfureció al saber que el animal no estaba.

En ese momento, llegaron más peones y Ángel descargó su furia contra ellos.

—¿Qué demonios hacían? Se supone que les pagó para
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