—¡Hay mucho trabajo para hoy! No te lo voy a negar. Al escucharla, Ángel caminó despacio mientras contestó. Eso es bueno, si no hay trabajo, no se come. —¡Señor, primero hay una cosa que debe saber!, Olga, su asistente, renunció. Encontramos a otra chica, ella estará aquí pronto. —Personalmente, me encargué de su agenda. Como no sabía que iba a venir, no tiene citas agendadas, pero si es necesaria su presencia en una de las fábricas, al parecer están teniendo problemas con el personal. Le informó su secretaría. En ese momento, Ángel abrió la puerta de su oficina y contestó. —Bien, iré de inmediato. Por cierto, sabes que odio cambiar de asistente. Debes pulir muy bien a la persona que tomé el lugar de Olga, dejar claro que no me gusta tenerla todo el tiempo encima de mí. —¡Cómo usted diga! La secretaria salió sin decir más nada, y minutos después Ángel también lo hizo, requerían de su presencia en una de las fábricas, y el problema era tan grave que quizás no vuelva ese día. Lo c
—¡Uy amigo, se nota que te quiere mucho!. Nixon se burló de su amigo, no es muy común que una chica lo rechace y mucho menos que lo insulte y lo trate así de mal. De inmediato, la secretaría carraspeó la garganta y al sujetar del brazo añadió. —¡Discúlpate de inmediato, el señor Roquefeller es nuestro jefe! En ese momento, Ángel la miraba de pies a cabeza, y pese a tener la mirada sombría, solamente podía preguntarse del porqué estaba ella ahí, si ese es su edificio. Meses atrás, Ángel volvió al hospital, pero nadie le dio razón de ella, desde entonces estaba desaparecida para él. –¡Us…! ¡Usted es mi jefe! La chica titubeó con pesar. –Así es, ves el gran rótulo que está al frente del edificio, hay dice «edificio Feller». Refutó Ángel, y justo en ese instante, Nixon volvió a abrir su gran boca. —Ángel, amigo, en realidad, casi nadie sabe que tú eres el dueño…—Cállate, cuando te pregunten, entonces contesta a la de menos mantenerte callado. El joven lo fulminó con una mirada. —T
Tiempo después, Ángel recibió la fatídica noticia de que la madre de Melany sufrió un accidente y que ambas perdieron la vida…–¡No puede ser! ¿Eres Melany Hilton? Necesito controlarme, ¿acaso no estaba muerta? ¿Qué sucedió? Por supuesto que solamente lo pensó. En ese momento se puso de pie y, por primera vez, sus manos temblaron, y caminó de un lado a otro, mientras que la chica lo miraba desconcertada. —¿Dije algo que le molestó? Señor Roquefeller, creo que no debí decirle nada, olvida que estuve aquí, usted tiene razón, sería un error si trabajo para usted. Al ponerse de pie, se le cayó el teléfono, y en cuanto se agachó para recogerlo, vio la mano de Ángel sobre el teléfono. —¡Melany, no te vayas! No sin antes decirme, ¿por qué?! ¿Por qué, me dejaste solo en el mar? Esta pregunta no logró salir de su boca, por alguna razón. Su boca se negaba a decir lo que su cerebro pensaba, simplemente la miró a los ojos y preguntó. —¿Por qué te das por vencida tan fácilmente? Ángel no tuv
13 Al abrirse, Fabricio salió y no le permitió ni siquiera asomarse. —¡Mi amor, estabas aquí, lo siento, estaba en el baño, arreglándome para salir, no te escuché! El hombre fingió sorpresa, y supo cómo distraerla. –¡Vamos juntos a casa! Contestó la joven… —¡Fabricio!, estuve pensando, siempre te quejas de que no sé cocinar, así que quiero tomar un curso de cocina, prepararé los mejores platos para ti.Ante esas palabras, el hombre se detuvo y la interrumpió. —¡No, tú no naciste para la cocina, todo lo quemas y tu comida, nadie la puede comer, es mala idea! Si quieres gastar tu tiempo, no sé, busca un gimnasio. Termina tu carrera, te ruego que no te metas a la cocina. Evidentemente, este hombre es machista hasta los huesos, y en lugar de apoyarla le quita el ánimo. Minutos después, la joven subió al auto con desilusión, había imaginado que él se pondría feliz, pero fue todo lo contrario. Durante el camino, Melany no dijo ni una sola palabra, el hombre tampoco lo hizo, ni siquiera
—¡Agarra tus cosas, y lárgate, te salvas de que no te desaparezca! Lo que sucedió hace un rato fue un accidente, pero Ángel tenía razón de estar enfadado, si el rótulo les hubiera caído encima ellos hubieran muerto aplastados, evidentemente, estaba furioso y se desquitó con el hombre a cargo. —Ángel, me prometiste que me llevarías a desayunar. Adriana ignoró lo que sucedió, le gusta que el mundo de Ángel gire en torno a ella, pues quiere toda la atención de quien considera es su novio, por lo tanto, le recordó mientras le sacudía la espalda, la chica se emocionó tanto, que le sacudió el pantalón y con osadía toco una otra vez los glúteos del hombre. ¡Eso no era necesario! Dijo Ángel con molestia, no le gusto que la chica le tocará los glúteos frente a todos. —Señorita Melany, olvida el café, saldré con Adriana, cuando vuelva quiero que veamos juntos el asunto del nuevo comercial. Asintiendo, Melany pasó junto a los trabajadores, y por el reflejo del cristal de la puerta, pudo ve
Ambos tenían diferentes pensamientos. —¡Volvamos a repasar, quizás cambiemos de parecer! Ángel propuso, y es que no quería que Melany le llevara la contraria. –¡Tengo la solución! Añadió Melany. “Será un empate”, combinaremos los dos proyectos, el comercial puede empezar desde el nacimiento de la plantación hasta ser degustado por sus fieles. Cómo sabemos el vino es bueno en todo momento. Ella lo dijo con tanta emoción que se puso de pie y movía sus manos con motivación. Le gustó lo que pensó, de los dos proyectos podría formar uno que fuese realmente excepcional. —¡Lo que no creo que sea bueno, es que tengas que premiar a todos! Ángel miraba asombrado a la chica, él es muy competitivo, y jamás hubiera declarado un empate. —¡Un empate está bien, el premio lo puedo cubrir, tengo unas cabañas en el bosque, el premio es un fin de semana! “Reúne al equipo, anunciaré la decisión”. Ángel se quitó un peso de encima y mató dos pájaros de un tiro. Minutos después, el pasillo se llenó co
16 Era una llamada de su esposo, esto la dejó más anonadada, pues su esposo nunca la llama. –¡Cariño, estuve pensando en que últimamente he sido muy frío y cruel contigo, así que quiero que almorcemos juntos! Fabricio utilizó un tono cariñoso. Y es que es cierto que él puede manejar la fortuna de los Hilton, sin embargo, para sustraer grandes sumas, necesita la firma de su esposa. Fabricio me encantaría, pero creo que no almorzaré, estaba pensando, nunca he gastado nada de tu dinero, nunca te pido nada, pero me acabo de dar cuenta que necesito un auto, no manejaré, contrataré a un chófer. Melany discutamos eso en el almuerzo. A Fabricio no le agradó la idea de que ella se comprara un auto. –¡Entonces envíame la ubicación del restaurante, nos vemos ahí, de todos modos muero de hambre! A medio día recogió su bolsa de mano y salió del edificio y como era su tiempo no tenía que avisar nada. Ángel había salido dos minutos antes, y mientras esperaba a su chófer la vio abordar un taxi.
17 –¡Te lo juro! Melany mírame, cómo puedes desconfiar de mí, ni siquiera puedo cumplirte a ti, crees que podría con otra mujer. Una vez más el hombre se excusó con la enfermedad que se inventó. –¡cierto! Melany inclinó la cabeza avergonzada, pensó que ella había juzgado mal a su esposo. —¡Mi vida, levántame la mirada, sé que me quieres y por eso me celas, no te preocupes, eso es normal! La hipocresía de este hombre no tiene nombre, sabe que puede manipular a Melany a su antojo. Y para que Melany se sintiera mejor, dijo. –¡Intenta salir temprano, iremos por el auto que quieras, te esperaré en la agencia! —¡De verdad! Melany aplaudió como una niña y su ánimo se elevó, por ende, acabó todo lo que su esposo ordenó. Mientras que Fabricio formuló un plan, la compra del auto es favorable para él, puede conseguir la firma de Melany sin tener que persuadir en la cama o con tragos. En otro restaurante, Ángel llegó a tiempo a su encuentro con los Chilenos, y el vino que degustaron es el nu