No dejen que huya.

32 —¡Buenas noches, señor, nos veremos mañana! Melany se libró de Ángel, al cerrarle la puerta en la cara. Una vez que estuvo adentro, la chica se reprochó. ¿Cómo pudiste pensar que te haría una propuesta indecorosa? Ese joven no haría eso, él tiene muchas jóvenes hermosas a su alrededor, además, estoy casada y él lo sabe muy bien.

Del otro lado de la puerta, Ángel sonrió y dijo. —¡Por supuesto que sé lo que pensabas! Pero te pondré las cosas difíciles, seré tu único pensamiento. Mientras caminaba hacia su cabaña vio a Rubén que todavía merodeaba por ahí.

—¡Puedes ir a descansar! Mañana te quiero a primera hora.

Ángel se encerró y no se fue a la cama hasta que terminó de hablar con su hermana. Yeimy lo puso al tanto de todo lo que hizo Luis durante el día.

Mientras que en la otra cabaña, Melany hablaba dormida, al parecer sus pesadillas la atormentan otra vez.

—¡Miguel, por favor vuelve aquí! ¡No me dejes, por favor, no lo hagas! En ese momento, se puede ver en medio del mar y ba
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