Por fin pude volver a trabajar con Carol. Cuando ella me vio, saltó encima mío y me llenó de besos, cosa que me pareció tierna, ya que hace mucho nadie tenía esos gestos conmigo.—Bueno, ¿y cómo van las cosas con Máximo? —pregunta Carol.—Él dice que va a hacer todo lo posible para que volvamos a estar juntos, pero no lo sé. No creo que esto resulte.—Amiga, te diría algo alentador, pero no puedo. Solo espera que pase el tiempo y que él demuestre que así lo desea.—Sí, tienes razón, Carol.—Bueno, ¿y Ed? ¿Has sabido algo de él? —miro hacia otro lado con tristeza al recordar las duras palabras de Ed.—No, él no quiere saber nada de mí, Carol.—¿Amiga, tú y él tuvieron algo? —yo asiento, algo ida.—Nosotros nos acostamos —ella abre los ojos, sorprendida.—¡¿Te acostaste con Ed?!—¡Dios, Carol, baja la voz!—Lo siento, es que no esperé que te acostaras con Ed.—Ni yo, pero me dejé llevar. Yo estaba muy mal con lo de Máximo y Ed siempre fue un buen hombre. Él... él me hizo sentir amada, Ca
Caigo al suelo sintiendo un dolor punzante en mi espalda. Solo logro escuchar los gritos de Máximo y los de Ed gritando que no me duerma.—Lía, preciosa, no cierres los ojos— visualizo el rostro golpeado de Ed, quien toma mi mano dándome un toque de tranquilidad.—Pobre Lía, va a morir.—¡Déjala tranquila, Julieta! —grita Máximo con impotencia al no poder acercarse.—Vas a sufrir, Máximo, te voy a dar donde más te duele, y sé que esta chica te importa mucho, así que prepárate para verla morir— vuelve a levantar su puñal y, cuando lo va a clavar, las sirenas de la policía comienzan a sonar, haciéndonos saber que están cerca.—¡Joder! Te salvaste, perra, pero pronto vendré por ti— me da una patada justo en la herida y caigo al lado de Ed, algo mareada, mientras él sale con sus hombres. Ed me mira preocupado y le grita a Máximo que llame a una ambulancia.—Tranquila, Lía, todo estará bien.—Tengo miedo, Ed— digo en un susurro.—Aquí estoy, tranquila— Máximo se acerca y toca la herida para
Pov lia evansPor fin, después de tantos días, al fin salgo del dichoso hospital. Durante ese tiempo, todos estuvieron pendientes de mí y me dio la oportunidad para arreglar las cosas con Ed, cosa que no le gustó mucho a Max, pero que se joda, Ed es mi amigo y no terminaré mi amistad porque a él le moleste.— ¿Lista para irnos a casa? — dice Max, dándome una sonrisa.— Más que lista. — Salimos del hospital y nos dirigimos a casa - ¿Ya saben algo de la loca?— Aún no, cariño, pero no te preocupes por eso, yo me encargo de todo.— Max, es que sí me debo preocupar porque esa mujer está dispuesta a acabar conmigo. Mira todo lo que me ha hecho.— No permitiré que te vuelva a tocar, lo prometo.— No prometas cosas que no puedes cumplir. — Él toma mi rostro y hace que lo mire.— Te juro por mi vida que no dejaré que nada ni nadie te dañe de nuevo... eres mi vida entera, Lia. — Cada vez que lo escucho hablar así, siento cómo mi corazón salta de la emoción, pero intento controlarme porque no
Me quedo petrificada al ver a mis dos padres sentados en la sala mirándome fijamente, junto a mi marido.— ¿Qué... qué hacen aquí? — Dios, Lia, no es momento de tartamudear.— Así que es verdad que te casaste —dice mi madre al ver las alianzas.— Sí, me casé —en ese momento, Máximo interrumpe.— Mucho gusto, señor y señora Evans. Soy Máximo Bulton, el esposo de esta bella dama. — Mi padre toma su mano y lo mira fijamente.— No perdiste tu tiempo, querida hija. Primero nos robaste y ahora te fuiste de caza fortunas. — Cuando ella dice esas palabras, siento cómo mi corazón se estruja, pero Máximo habla.— Señora Evans, con todo el respeto que usted se merece, no permitiré que venga aquí a nuestra casa a insultar a mi esposa. — Una pequeña sonrisa sale de los labios de mi padre y mi madre se pone roja de la furia.— Lo mejor que pudimos haber hecho fue echar a una ladrona de la casa.— Si fue lo mejor, porque de no ser por eso, nunca la hubiera conocido. Lástima que la encontré en tan mal
Me acerco lentamente y cada vez que me acerco más a la escena, escucho mejor.—¡No puedo creer que me cambiaras por esa!—No te permito que le hables así, Lia es mi esposa y la amo —sonrío como una estúpida cuando dice eso.—¿La amas? ¡Pero si hace unas semanas te acostabas conmigo diciendo que ella no significaba nada!—Laura, estaba confundido, pero ya no. Me di cuenta de que amo a Lia y quiero que este matrimonio funcione, por eso lo mejor es que cortemos esto.—No permitiré que me dejes, Máximo.—Lo siento, Laura, pero ya lo hice —ella lo toma del cuello e intenta besarlo, pero él se lo impide - Laura, no te humilles más, ya no me busques.—Te juro que esto no se quedará así, Máximo.—Haz lo que quieras, Laura —se aleja y no sé por qué siento algo de alivio al saber que ya Máximo no estará con ella.—¡Carol, llegué!—¡Lia, no tienes que gritar, por Dios!—Lo siento, amiga. Más bien dime, ¿qué tienes para mí? —digo bastante animada.—Veo que hoy estás feliz.—Así es, pero luego te c
Carol y yo nos volteamos de golpe al escuchar la voz de Stiven y Máximo.—¿Qué hacen aquí? —dice Carol, algo borracha.—¿Acaso no podía venir? Dios, estás borracha, Carol.—La idea era esa.—Claro, para que otros se aprovechen de ti.—¡Deja de ser idiota! —veo cómo Carol se va y detrás de ella sale Stiven, dejándome sola con Máximo.—¿Te estabas divirtiendo, esposa mía? —dice algo tenso.—Sí, pero tú dañaste mi felicidad.—Claro, te veía muy feliz bailando sexy para esos hombres.—No vayas por ahí, Máximo, que estoy enojada contigo.—¿Estás enojada conmigo por ser sincero contigo?—¡Estoy enojada porque eres un insensible! ¡Solo piensas en ti!—Eso es falso, siempre pienso en ti, pero entiende que no quiero hijos, Lía.—¿Por qué no? —digo al borde del llanto y él lo nota.—Nena, no llores. No me gusta verte llorar. Ven, mejor salgamos de aquí —no sé por qué, pero decido hacerle caso y salgo con él en medio del frío. Subimos al carro y él conduce hasta la casa. Al llegar, me da una taza
Estoy en la oficina trabajando para un nuevo proyecto que Carol y yo tenemos en mente, pero aún le faltan algunos detalles. Solo espero que todo salga perfecto.- Hola, preciosa. - Volteo de golpe y siento cómo mi corazón late de alegría al ver a Ed parado en la puerta con una gran sonrisa.- ¡Ed! - Corro hacia donde está y me tiro a sus brazos, abrazándolo fuerte.- Veo que me extrañaste.- ¡Mucho! ¿Dónde estabas metido?- Estaba en Nueva York, quería alejarme un poco de todo. - Cuando dice eso sé perfectamente a qué se refiere.- ¿Y ahora cómo estás?- Bien, linda. Regresé hace dos días, así que quise venir a verte.- Me alegro de que hayas venido a verme. En serio, te extrañé mucho. - Entra Rosa, la asistente de Carol, y nos interrumpe.- Disculpe, señorita Lia, la señorita Carol la solicita en su oficina.- Oh, sí, dile que ya voy. - Rosa sale y nos deja solos.- Veo que tienes trabajo. ¿Qué te parece si vamos a comer esta noche? - Hum, creo que eso no le gustará a Max... pero Ed e
Cuando Max dice la palabra "divorcio", siento como si mi mundo se partiera en dos. Es una sensación que jamás había sentido.- Max, ¿qué dices? ¿Por qué?- ¿Y me lo preguntas, Lia? ¡Yo quise confiar en ti, pero al ver esas fotos me di cuenta de que eres una mala mujer! Mejor vete con ese imbécil... quiero el maldito divorcio.- Max, es todo un malentendido. Nunca pasó nada entre Ed y yo. Tienes que creerme.- ¡NO TE CREO, M*****A SEA! ¡POR TU M*****A CULPA SOY EL MARIDO CUERNUDO!- Max, si te preocupa eso, podemos hablar con la prensa y explicar lo que pasó.- ¿Y qué quieres explicar, Lia? ¿Que mi mujer me traiciona con su supuesto amigo? Sabes, Lia, eres lo peor que me ha pasado en la vida. Me arrepiento de haberte recogido ese día. - Siento como cada palabra que dice me perfora el alma hasta lo más profundo de mi ser y, sin pensarlo, las lágrimas empiezan a caer.- ¡NO LLORES! TUS LÁGRIMAS YA NO SIRVEN CONMIGO. - Toma de golpe y trago y luego me mira.- Quiero que tomes tus cosas y t