capitulo 22
Caigo al suelo sintiendo un dolor punzante en mi espalda. Solo logro escuchar los gritos de Máximo y los de Ed gritando que no me duerma.

—Lía, preciosa, no cierres los ojos— visualizo el rostro golpeado de Ed, quien toma mi mano dándome un toque de tranquilidad.

—Pobre Lía, va a morir.

—¡Déjala tranquila, Julieta! —grita Máximo con impotencia al no poder acercarse.

—Vas a sufrir, Máximo, te voy a dar donde más te duele, y sé que esta chica te importa mucho, así que prepárate para verla morir— vuelve a levantar su puñal y, cuando lo va a clavar, las sirenas de la policía comienzan a sonar, haciéndonos saber que están cerca.

—¡Joder! Te salvaste, perra, pero pronto vendré por ti— me da una patada justo en la herida y caigo al lado de Ed, algo mareada, mientras él sale con sus hombres. Ed me mira preocupado y le grita a Máximo que llame a una ambulancia.

—Tranquila, Lía, todo estará bien.

—Tengo miedo, Ed— digo en un susurro.

—Aquí estoy, tranquila— Máximo se acerca y toca la herida para
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