Por fin me encuentro en casa. La verdad es que odio los hospitales, así que lo único que quería era salir rápido de ahí.—Ed, deja de cargar así a mi hijo, que lo vas a lastimar.—Pero si lo estoy cargando bien.—Sí, claro, el bebé parece que se fuera a descabezar. Mejor dámelo. —Tomo a mi hijo y lo comienzo a arrullar para que se duerma.—Sí que eres buena.—La verdad es que sí. Pensé que me iba a dar más duro esto de la maternidad, pero hay algo con lo que no he podido.—¿Con qué?—Cambiar su pañal.—Entonces, ¿quién lo está cambiando?—Pues, ¿quién va a ser? Máximo, él también es su hijo, así que debe cooperar, aunque no le hace mucha gracia cambiar el pañal. —Ed suelta la carcajada, pero yo lo pateo porque está haciendo mucho ruido.—Tienes que grabarlo haciendo eso y enviarme el video. —Niego con la cabeza de manera divertida, y como ya el bebé se durmió, lo subo a su habitación que Max decoró especialmente para él.—Duerme, mi angelito. —Lo arropo con su cobijita y le doy un beso
Me despierto temprano ya que el llanto de Salvador llama mi atención.—Hola, mi amor, aquí está mamá —lo tomo en brazos y le doy pecho ya que es hora de comer—. Cariño, ¡sí que eres glotón! —Él mueve sus manitos y me mira a los ojos.—Eres un bebé precioso - Al rato llega Carol.—Vaya, madrugaste para hacer visita.—Quería ver a mi sobrino hermoso —le paso a Salvador, quien se queda embobado viendo a Carol.—Carol, tengo que contarte algo.—¿Qué pasó, amiga?—Laura está buscando otra vez a Max.—Es una m*****a.—Lo sé —paso mis manos por mi cara porque me siento frustrada por esta situación—. Tengo miedo de que esa mujer se le meta hasta por los ojos a Max; me siento muy insegura.—Lia, Max te ama, lo puedo ver en su mirada y por cómo se comporta contigo. Él daría su vida por ti, y con respecto a sentirte insegura, pues vamos a hacer que tu seguridad vuelva.—¿Y cómo? —Ella me mira con malicia y se para con Salvador.—Poniéndote más sexy y hermosa de lo que ya eres. Así que vete a baña
Estoy dando de comer a mi hermoso bebe que cada dia esta mas hermoso, ahora que soy madre me doy cuenta el gran amor que le tienen sus madres a sus hijos, lastima que en mi caso no fue asi y la verdad duele, no se porque pero una lagrima cae por mi mejilla y antes de poderla limpiar entra max y al verme su cara se vuelve de preocupacion- nena, estas bien ? - se arrodilla frente a mi y limpia mi lagrima- es que me puse a pensar en mi madre, max no entiendo porque es asi conmigo, porque nunca me quizo - este acaricia mi mejilla- nena tal vez si te quiere pero no sabe como demostrartelo- no sabe ?? Y porque con luciana si sabe demostrarlo- no lo se amor, pero ya no pienses en eso te hace mal- lo se, es solo que ahora que soy mama me doy cuenta del gran amor que se tiene a un hijo- si amor justo me pasa a mi, nunca pense que me fuera a ver con hijos y ahora no imagino mi vida sin este pequiñin y sin ti- pero antes no querias - veo que su cara se trasforma a una extraña y justo ahor
Después de la propuesta de matrimonio, nos fuimos a casa. Al llegar, hicimos el amor en cada rincón, entre besos y caricias. La noche fue testigo de nuestro gran amor, de ese amor que será para toda la vida.- ¿En qué piensas, nena? - Max acaricia mi espalda de arriba a abajo, haciendo erizar mi piel. Me volteo y lo miro a sus preciosos ojos.- En cómo la vida nos cambió tanto. A pesar de todo lo que nos pasó, míranos ahora, con un hermoso bebé y a punto de casarnos por segunda vez.- Para mí, la primera no contó. Ahora en mi mente solo está que este será nuestro primer matrimonio y el último.- ¿Crees que esta felicidad dure para siempre?- No te puedo prometer que todo va a ser color de rosa, porque te estaría diciendo una gran mentira. Pero lo que sí te puedo prometer es que haré todo mi esfuerzo por hacerte la mujer más feliz del mundo. - Cuando dice esas hermosas palabras, mi corazón comienza a saltar de alegría, ya que por primera vez me siento completa y todo es gracias a él. De
Los días pasan y, en menos de una semana, me caso con el amor de mi vida. Estos tiempos han sido los mejores; ahora sí puedo decir que somos una familia feliz. Salva es todo un caso, pero todos los días me enamoro más de él.- Ya, amor, aquí está mamá. - Salva está llorando porque está pidiendo su comida. Lo cargo y me siento con él en la sillita mecedora. - Ya, amor, ya te daré tu leche. - Dejo libre mi pecho y pego su boquita a mi pezón. - Sí que eres glotón.- Qué hermosa te ves. - Max se acerca y se sienta a mi lado.- Este bebé me está dejando sin pechos. - Escucho una fuerte carcajada por parte de Max.- Si eso llegara a pasar, te seguiría deseando de todas formas. - Beso mis labios y luego la cabecita de Salvador. - Ya me voy, amor. Ahora nos vemos en la tarde. Te amo.- Yo a ti. - Max se va, así que aprovecho para verme con Carol para ultimar detalles de la boda. La llamo.- Hola, Lia.- Hola, Carol. ¿Estás ocupada hoy?- No, para nada. ¿Por qué?- ¿Nos podemos ver para ultimar
Al escuchar esa voz, siento cómo todo se me va de la cara. Volteo lentamente y ahí veo a mi flamante hombre con cara de pocos amigos, queriendo matar al tipo que está enfrente de mí.- ¡Lárgate si no quieres que te dé una paliza! - El tipo levanta las manos en señal de rendición y se va, dejándonos solos.- Cariño, yo... - Él levanta su mano como queriendo decir "no te quiero escuchar".- En casa hablamos - Toma mi brazo y me arrastra hacia la salida. Desde lejos, veo cómo Stive se lleva a Carol y Max le hace una señal de despedida a este, mientras yo le hago una seña a Carol de que la llamaré después.Cuando llegamos a casa, Max se sirve un trago y me hace una señal de que me siente. Yo, sin rechistar, lo hago.- Lia, estoy jodidamente enojado contigo.- ¿Por qué estás enojado? - Me mira y parece querer atravesarme con la mirada.- ¿Y todavía lo preguntas? ¡Te fuiste a una fiesta como si estuvieras soltera, sabiendo que en unos días nos casamos!- Solo quería disfrutar con mis amigas,
Al fin, hoy es el gran día. Hoy me caso con el amor de mi vida. Ya contaba los días y las horas para casarme con Max, y ahora estoy en casa con varias personas encargándose de ponerme hermosa.- Carol, ¿dónde está Salvador? – miro a Carol, que no deja de comer dulces, lo que me causa risa, ya que desde que se enteró de que está embarazada no ha dejado de comer dulces. – Dios, Carol, deja de comer tanto dulce, le hará daño a la criatura.- Tú no te metas, Lia, deja que coma mis dulces – ruedo los ojos, ya que nunca me hará caso.- ¿Dónde está mi hijo?- Está con su padre, Max se está encargando de él. – Bueno, confío en el buen gusto de mi marido, sé que no pondrá a mi bebé como si fuera un payasito vestido con diferentes colores. En ese momento, entra mi padre y, cuando me ve, puedo ver cómo sus ojos se cristalizan, pero rápidamente parpadea para que no lo vea llorar.- Mi niña, estás hermosa – me da un abrazo y yo lo correspondo.- Gracias, papá – nos sentamos en un sillón grande mien
-hijo, no puedes seguir así. Estoy cansado de esa vida tan desenfrenada que llevas. Ahora eres un hombre de negocios, deberías sentar cabeza - dice mi padre molesto, mientras yo intento controlar mi ira. -Mira, desde que tengo la empresa al mando, las ventas han subido el doble, así que no te quejes. -Lo sé, pero a los inversionistas no les gustará que el jefe lleve una vida tan desenfrenada. - Bueno, ahí sí tenía razón. Tenía una vida desenfrenada: fiestas, alcohol, sexo... mucho sexo. Pero bueno, tengo 27 años, aún estoy joven. -¿Entonces, qué quieres que haga? ¿Que me case? -La mirada de mi padre se vuelve más seria de lo normal y ahí me doy cuenta de que algo trama. -Así es, hijo. Te vas a casar. No me importa con quién, pero lo harás. -¿Qué? ¡Estás loco si piensas que perderé mi libertad! -¿Es eso, hijo, o te quito la empresa? -¿Por qué lo haces? ¡Quieres arruinarme la vida! -Solo quiero ayudarte. Así que tienes 1 mes para conseguir esposa o si no, adiós empresa.- Lo miro