Capítulo31
Por primera vez, ni siquiera podía sostener el teléfono.

Sus dedos largos temblaban mientras enviaba un mensaje a ella, a ella que ya no volvería.

—Chiquilla, hermanito ha vuelto.

Y tú, debido a que hermanito se había ido para siempre.

El fuego, avivado por el viento, era feroz, y no se extinguió hasta el amanecer.

—¿La encontraron?— Miró a Damián, preguntando con voz tranquila, pero solo él entendía la aguda angustia en su corazón.

Damián bajó la cabeza y dijo:

—Don Andrés, todavía estamos investigando el origen del incendio. Se cree que comenzó en la cocina...

—¡Te estoy preguntando si la encontraron!— Su tono se volvió instantáneamente feroz.

Damián bajó la cabeza y, respirando profundamente, dijo:

—El fuego era demasiado intenso, ardió durante casi tres horas, la mansión entera quedó en ruinas. Encontrar sus restos llevará tiempo, o puede que nunca los encontremos...

—¡Encuéntralos! ¡Incluso si es solo ceniza, encuéntralos!

—Así será.

Andrés miró los escombros mientras su teléfon
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