CAPÍTULO VEINTISIETE: CLUB VILLA HERMOSA Por un momento Gabriela sintió que podía volver a ser la mujer segura que ella siempre fue. Esa seguridad, ese vestido, esos pasos que daban adelante, todo ese mundo que ella podía estar pisando en ese momento podía volverse a sentir de la manera en que se sintió suyo cuando ella fue una gran mujer. La mujer de la familia Bracamontes.Esa noche la Gabriela de la familia Bracamontes volvía a ser de ella, ella volvía a ser un miembro de ellos y esa era la manera en que debía de sentirse. Sentir como la seguridad la hacía su presa en el momento.— ¡Bienvenida, señorita! — Saludó alguien antes de permitirle la entrada a la mujer.Llena de confianza, ella sonrió. Al menos eso era lo que quería dejar ver a los demás.—Por favor, pase, señorita—, pidió el hombre.Gabriela asintió con gracia, y luego, el hombre empujó la puerta para dejarla entrar. Adentro debía de estarla esperando aquel hombre que había pagado por su compañía. Solo la compañía y nad
CAPÍTULO VEINTIOCHO: UNA MUJER FÁCILEl Club al que todo el mundo desearía entrar, el Club que todo hombre desearía poseer era un no más que un club que pertenecía a un mafioso como cualquier otro, como de esos hombres con los que la familia Montiel llegó a tener contacto las primeras veces. Sin duda los Montiel no eran el tipo de personas que todos quería pensar, mientras el mundo pensaba que había sido una tragedia que mataran a los padres de los Montiel como lo hicieron, entre los mafiosos sabían que eso no había sido más que un favor que le debían a la persona que menos Sebastián podía creer.Zurita era el nombre de la persona que estaba a cargo de la casa club Villa Hermosa, todo iba perfectamente bien, la cantidad de dinero que estaban recibiendo esa noche era exagerada. ¿Y cómo no si los Montiel habían pagado mucho dinero porque la celebración se llevara a cabo en ese lugar. El hombre de nombre Zurita no era más que de esos mafiosos que ya habían pasado de moda y que ahora solo
CAPÍTULO VEINTINUEVE: MIEDO DE MADRE Y abajo del Club, justo donde Yahir Montiel tenía que presentarse con su dama de honor, la gente ay comenzaba a celebrar con copas de vino fino, con la música que le había sido contratada, todo iba perfectamente bien, ya se encontraba la gente que tantos deseos tenía Yahir por ver solo para hacer crecer los negocios que realmente, no eran suyos mientras Sebastián estuviera vivo. Ahora solo faltaba un pequeño detalle, que la mujer que le había sido traída hasta ahí se decidiera por tomar el dinero y todo lo que significaba tomar el dinero para que él pudiera salir con ella del brazo. ¡Qué pequeño era el mundo! ¡Vaya que lo era! Si tan solo Daniel supiera quién era la persona que le estaba pagando a su esposa para pasar una noche con él, ni siquiera el mismo Daniel sabría de lo que sería capaz. Y Gabriela, todo lo que quería, todo lo que deseaba en ese momento era salir de allí lo antes posible. No podía mostrar lo preocupada que estaba por sí mis
CAPÍTULO TREINTA: VIDA OLVIDADA En la mente de Gabriela, la decisión de no hacer nada que no quisiera pero también, ¿y su hija? Al final, solo era una mujer estúpida que se había dejado llevar por las palabras de su amiga y la necesidad de saber que era más mujer de lo que quería creer. Era momento de perder, perder y saber que lo había hecho. Sería una buena perdedora. Ese era el único orgullo que podía tener. Saber que sería una buena perdedora porque ya sabía que era momento de ceder ante las palabras de ese hombre.“¡Ay, Daniel! Entiende que este matrimonio no tiene fundamentos ni mucho menos para que uno esté cuidando de uno y de otro. No lo necesitas hacer, no necesitas preguntar a dónde voy porque este matrimonio no tiene fundamentos.”Era cierto que era un matrimonio sin fundamentos pero al final, él se había preocupado por ella de la manera más genuina, de la manera que siempre deseó que lo hiciera su ex esposo. Al final, sí necesitaba a Daniel. Lo necesitaba en ese momento,
CAPÍTULO TREINTA Y UNO: MI SALVACIÓNAbajo, todo lo que se podía decir era que la celebración estaba siendo un éxito. Toda esa celebración ahora llevaba el hombre de uno solo de los Montiel. Como siempre lo quiso Yahir, si tan solo supiera Sebastián y el más pequeño de los Montiel que esa era la razón por la que vivía y lo que parecía siempre darle más vida. Los secretos no eran para siempre, los secretos no siempre podían mantenerse debajo de las piedras donde el protagonista de la historia había decidido dejarlas, más pronto que tarde el mundo iba a despertar y todos se iban a dar cuenta lo que es capaz de hacer el odio en el corazón de una persona, el odio en la persona por la que sus venas corría la sangre de quien más pensaba dañar.La sonrisa de Yahir no podía ser más grande. Los inversionistas ya estaban ahí, esperando porque el gran Yahir Montiel se presentara y dejaran detrás, en sus más profundos recuerdos que fue una vez Sebastián quien llevaba esa empresa.—Me da tanto gus
CAPÍTULO TREINTA Y DOS: ¿QUÉ ES EL AMOR? ¿Qué era el amor? ¿Qué era la protección? ¿Qué era todo eso que se debe de sentir estando con la persona que hacía latir el corazón como si el mismo corazón supiera qué era la vida y qué era la muerte para que al final, se sintiera contento con vivir? Había tanto que ella había soñado, había tanto que ella hubiera querido al momento de formar una familia o al menos, casarse por segunda vez pero al final, nada de eso había valido la pena. Ni siquiera soñar despierta le había servido para creer que el mundo allá afuera podía ser un poco menos cruel de lo que había sido con ella. Aunque ahora que veía de cerca su salvación se daba cuenta de algo. Haber soñado todo eso, haber engendrado esos sentimientos sin la ayuda de nadie, había servido de algo, estando ahí, frente a su salvación ella era capaz de sentir algo que quizá, no era debido de sentir. ¿Quién era ese hombre que había llegado a rescatarla? Ni siquiera ella lo sabía. Sus hermosos ojo
CAPÍTULO TREINTA Y TRES: ARREPENTIMIENTOY entre esos hombres, unos más que no tenía miedo de nada, que veía a Daniel como un pobre hombre que no podía mover las manos, que no tenía la fuerza que sus hombres tenían. Una risa fue escuchada al momento. La mirada del hombre que tenía la tarjeta dorada entre sus manos al igual que Velvet y Daniel, se encontraron con la de la persona que reía. No era más que un hombre de estatura baja, con una enorme panza que lo hacía parecer como un pobre e insignificante hombre que podía ser terminado en un dos por tres. Ese hombre seguía riendo mientras los demás solo lo miraban como si se tratara de la persona más valiente.— ¡Oye, tú!, —llamó la voz del hombre. — ¿Esa pequeña perra es tuya? —Señaló el hombre a la mujer en el suelo.El hombre que aún mantenía la tarjeta en sus manos, se dio la vuelta para ver quién había dicho eso. Él solo quería pensar que había escuchado mal. El hombre no era más que uno de "sus amigos", alguien que también se ha
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO: CUBRE SUS OJOS ¡Qué pequeño era el mundo! ¿Hasta dónde era capaz de llegar la ambición de las personas pero sobre todo, hasta dónde era capaz de llegar el maldito odio que consume un corazón, incluso tratándose de un corazón que estaba atado a otro por las leyes más sagradas del mundo y que era las de la hermandad?Porque mientras abajo una celebración se estaba llevando a cabo y que no era nada y nada menos que de los Montiel, arriba, un Montiel, el más importante quizá estaba a punto de querer terminar con la vida de las personas que había insultado a la mujer que él más estaba protegiendo y que al final del día, era su esposa. Fuera por conveniencia, fuera porque en verdad la quería, era su esposa y era por su esposa y por su hija por quienes estaba sintiendo todo eso.Ahora no podían ser más que desconocidos si ellos llegaban a encontrarse. Mientras abajo Yahir Montiel sonreía y sentía el placer del poder en sus manos, arriba Sebastián Montiel era llam