CAPÍTULO OCHENTA Y SEIS: EL FINAL ESTÁ LLEGANDO No podía seguir viendo más en el daño que él le había hecho cuando la realidad era que él siempre estuvo a su lado, es que cómo ella se pudo haber enamorado de un mentiroso como él, un hombre que solo la había usado de la peor manera. No quería verlo, no quería voltear, no quería saber ya nada de él.— ¡Gabriela!Aquella voz logró hacer palpitar su corazón. Ese hombre estaba una vez más ahí solo para… mentirle más de lo que ya había hecho. Es que ella ya estaba enamorada de él, de la persona que le había mentido de la peor manera. Con resignación, Gabriela volteó a ver a la persona que estaba detrás. La misma que le estaba haciendo latir el corazón de esa manera —Daniel —dijo ella suspirando no porque se hubiera confundido de nombre sino porque, ella realmente se había enamorado de Daniel y era el mismo Daniel quien le había mentido.Sin más tiempo que perder, sin más fuerzas que lo hiciera dar un paso atrás y corrió a ella como nu
CAPÍTULO OCHENTA Y SIETE: UN PADRE QUE JAMÁS VIO A SU HIJA Entre lo mucho que ella dijera y lo poco que quisiera, la realidad era que ella no entendía la razón por la que él había corrido sin darle una explicación a ella. Tantas cosas pasaron por su mente en ese momento en que lo vio irse, no sabía qué era lo que había dicho de mal, no sabía que le había traído ella de vuelta, no sabía simplemente lo que había pasado.— ¡Daniel, Daniel! —Gritó Gabriela. — ¡Daniel, espera!Su hija ni nadie ya estaban ahí, estaba sola, ahora más que nunca ella estaba sola, Daniel siendo Sebastián, la había abandonado de esa manera. Era demasiado tarde para amar, era demasiado tarde para decirle a Daniel que ella se había enamorado de él y no de Sebastián, que se sentía decepcionada, que ya lo sabía todo, ahora su único punto fuerte era su hija, su hija debía de salir de aquella cirugía siendo una niña sana, su hija debía de estar bien porque al final, ella era todo lo que tenía en la vida. Tan pront
FINAL: FÍN DE UN PARAÍSO DE SECRETOS En la lujosa casa que había visitado el Sr. Muriel estaba la misma mujer quejándose de todo, aquella mujer de nombre Rubí, quien sentía tanto odio por la misma persona que sentía, le había robado el cariño de su ex novio cuando ella había sido la primera en marchar y hacerle mal con el propio hermano de su ex novio.Los hombres ahí no dijeron nada, solo se miraron entre sí al momento en que ella entró. No mucho después, dentro de la hermosa habitación, entró Yahir Muriel.— ¿Estás bien? —Preguntó el hombre al ver a su novia entrar de esa manera.Rubí lo miró con el peor sentimiento que podía tener ella guardado en el alma. Ahora finalmente había conocido a la mujer culpable de todo, la mujer que no merecía el lugar que alguna vez ella tuvo frente a la gran ciudad.— ¿Qué te importa cómo esté?— ¿Viste a la mujer como me dijiste que harías? Creo que su nombre es Gabriela, Gabriela Belmonte, ¿no es así? —Dijo Yahir riendo.Ante la mención del nombre
EPÍLOGO¿QUIÉN ERES? Un corazón que había sido roto en mil pedazos, un corazón que no había sido capaz de hacerle frente al daño que había ocasionado él mismo. Y es que no podía dejar de pensar en la situación de su hija y de la mujer que quería. Por supuesto estaba al tanto de lo que había pasado en el hospital ya tenía gente investigando la situación, el por qué Gabriela no podía salir del hospital cuando esa cirugía no resultaba ser la más agresiva. Y entre todo lo que sabía era que alguien le había hecho daño a su hija.Sebastián tenía algo que hacer y tal vez, eso era lo último que iba a hacer antes de poder regresar con la verdad ante Gabriela porque si algo tenía ella por seguro era que él iba a regresar ante la mujer que más adoraba en la vida. Ella era todo lo que él quería en su vida. Si se habían encontrado dos veces en la vida era por una sola razón. Estaban destinados a estar juntos.— ¿Ya tienes la información? —Preguntó Sebastián a Edmundo, quien entraba por las grand
Gritos, sollozos y tristeza. Así es como podemos describir el paisaje que a la muerte le encanta mirar desde la esquina de ese lugar. La gente con sus batas blancas corría aquí y allá y, en una de las bancas, ella estaba allí. La desesperación estaba impresa en su cara, no había nada cuando su corazón ya había sido destrozado sin piedad con aquellas palabras que habían salido de los labios de aquel doctor sin compasión alguna. Y es que ellos no sabían entender de problemas económicos, ello solo sabían procede4 si había dinero de por medio. “Necesitamos hacer algunos estudios, su hija necesita algunas cirugías, si nosotros no la operamos, su vida correrá peligro”.En la vida de Gabriela no había nada más que su hija y las palabras del doctor.¿Cómo fue posible eso? Si ya la habían operado innumerables veces, ella no podía estar más rota. Diez mil de dólares, sabía que tenía que conseguir diez mil dólares desde que el doctor ya le había hable de eso antes. Solo que no pensó que fuera a
CAPÍTULO UNO: SOLO UNA TONTA Gabriela estaba haciendo todo lo que podía, usando todas las herramientas que tenía en sus manos. Sólo se escuchó una risa sarcástica de la otra línea. No importa cuánto ella había orado, no importa cuánto ella le había explicado la situación, todo lo que ella pudo haber escuchado en ese momento fue su estúpida risa.— ¿Qué dijiste? ¿De verdad? —preguntó David riendo.—David, te estoy diciendo la verdad.— ¡No me importa! —David la interrumpió.—David, por favor, ayúdame, lo juro, te pagaré, ¡necesito tu ayuda ahora! Si sentiste algo por mí alguna vez, ayuda por favor, ayúdame.Sólo una risa en la otra línea. — ¿Qué cosas tú dices? ¿Si tuve sentimientos por ti? Tú ¿Eres demasiado estúpida para decirme eso? No los tuve, Gabriela, jamás los tendría, nunca tendré sentimientos por ti, era sólo un plan, ¿no lo entiendes? La empresa depende de mí, te guste o no! ¡Eso es todo! Oh, por cierto, no puedo ayudarte. Mi viaje apenas comienza, así que por favor, no me
CAPÍTULO DOS: SOLO OSCURIDADGabriela estaba perdiendo la cabeza. Sin una palabra, caminó a través del pasillo del autobús, se sentó en uno de los asientos más alejados. No había nada que decir. Ella no pudo evitar recordar sus mejores momentos. Ahí fue donde ella se vio a ella misma siendo feliz. La verdad era que ella no tenía nada ahora, nada literalmente, no podía reclamar nada solo la ropa que ella estaba usando en ese momento.Cuando el autobús llegó a su destino, Gabriela se bajó del autobús y caminó hacia ese lugar prometido. No era lo mejor pero al menos, ella tenía algo allí.La mayoría de la gente que habitaba ahí eran inmigrantes, simplemente pobres hombres cuyo deseo era tener un lugar estable para dormir o en menos, dormir libre de preocupaciones. En ese pequeño lugar, Gabriela estaba alquilando una habitación, ese lugar era su todo.Sin tanta fuerza en su cuerpo, Gabriela logró empujar la puerta vieja hasta que esta se abrió.El lugar pequeño, viejo y diminuto fue dibu
CAPÍTULO TRES: UN MILAGROElla nunca había probado su paraíso, ella nunca había sentido la necesidad de buscarlo en él pero ella estaba segura de que todo lo que él podía ofrecer era oscuridad.— Buenas noches—, saludó Gabriela con un sonrisa en su rostro.El hombre solo asintió sin decir nada. A decir verdad, ese silencio entre ellos ya no era incómodo como las primeras veces. Gabriela ya estaba acostumbrada a eso.Para no sentirse incómoda con su no existente presencia, Gabriela sacó su celular para distraerse mientras él estaba allí pero lo que ella no esperaba, por lo que ella no había apostado era que su compañero de renta estaba caminaría hasta ella en el momento en que le extendió algo con uno de sus manos y lo dejó en la barra en la que ella se apoyaba. Luego, se alejó sin decir una palabra.Gabriela no pudo evitar mirarlo asombrosamente. El hombre no dijo nada, solo se concentró en preparar su cena.En ese momento en que ella se aseguró de que él se había ido miró una tarjet