CAPÍTULO OCHENTA Y TRES: TENGO TODO LO QUE TÚ NO TIENES DOS DÍAS DESPUÉSEn la villa de la familia Belmonte, las alfombras persas estaban delicadamente colocadas en el suelo, los lujosos sofás brillaban bajo el sol dorado y dos hombres de mediana edad en los sofás estaban sentados en ellos riéndose. Mucho estaba por pasar con la llegada de aquel hombre especial y es que era la historia la que estaba llegando a su final, todo estaba tomando el lugar y la posición que siempre debió de tomar. Un lugar estaba a punto de ser reclamado por la persona que ellos mismos creyeron enterrar menos una.En cuanto a la mujer que estaba de pie junto a ella era una mujer elegante y lujosamente vestida, había llegado el dueño de la familia Belmonte, el Sr. Belmonte, el verdadero dueño del Club y esposo de la madrastra de Gabriela en su mente, el mismo que no sabía mucho, solo lo que él mismo quiso escuchar cuando la gente le dijo Gabriela estaba esperando un hijo que no era de la persona con la que es
CAPÍTULO OCHENTA Y CUATRO: DECEPCIÓN Y NADA MÁS QUE DECEPCIÓNDOS DÍAS DESPUÉSHasta ese momento, ¿qué era lo que había pasado en la vida de Gabriela? Dos días habían pasado desde el momento en que tantos secretos habían terminado de salir a la luz, no sabía si siquiera iba a ser posible perdonarle que él le hubiera ocultado tanto de la manera en que lo hizo. Tantas cosas de las que ella se había enterado en ese momento que le era difícil que todo le viniera a la mente para poder encontrar la manera de armar aquel rompecabezas, se sentía tan tonta, se sentía como la persona más estúpida del mundo, ahora entendía tantas cosas, y ahí, de esa manera ella se mantenía, Gabriela siempre con la misma actitud, con esas ganas de seguir adelante aunque en ese momento no lo pareciera así, todo se había tornado tan complicado, su hija, la única hija que él tenía, la niña que lo era su todo, la misma que estaba pasando por la cirugía más dura para al final, ser ella la que estuviera sufriendo las
CAPÍTULO OCHENTA Y CINCO: EL SECRETO YA NO MÁS SIENDO SECRETO Más tiempo en el hospital, no sabía cuánto tiempo más ella iba a soportar estando ahí. El dinero ya no era suficiente, su hija, la situación de su hija estaba empeorando cada minuto más y todo en lo que podía pensar era en Sebastián viéndolo como su único salvador. Tenía la tarjeta de ese hombre, él mismo le había dicho que no durara en tomar el dinero de ahí si era lo que ella necesitaba. Ella ya no quería deberle nada a un hombre que le había mentido toda la vida, ella ya no quería deberle nada al hombre que más había jugado con ella. Valía más la vida de su hija que todo el coraje que él podía sentir por ella. Eso era un total hecho. Así que valiéndose de eso, sabiendo que primero estaba su hija antes que cualquier odio o resentimiento que ella pudiera tener en el corazón, su hija era quien valía la pena. Ya no era Daniel sino, Sebastián Montiel. Ahora todo tenía una explicación.Los recuerdos llegaron a ella.Banco d
CAPÍTULO OCHENTA Y SEIS: EL FINAL ESTÁ LLEGANDO No podía seguir viendo más en el daño que él le había hecho cuando la realidad era que él siempre estuvo a su lado, es que cómo ella se pudo haber enamorado de un mentiroso como él, un hombre que solo la había usado de la peor manera. No quería verlo, no quería voltear, no quería saber ya nada de él.— ¡Gabriela!Aquella voz logró hacer palpitar su corazón. Ese hombre estaba una vez más ahí solo para… mentirle más de lo que ya había hecho. Es que ella ya estaba enamorada de él, de la persona que le había mentido de la peor manera. Con resignación, Gabriela volteó a ver a la persona que estaba detrás. La misma que le estaba haciendo latir el corazón de esa manera —Daniel —dijo ella suspirando no porque se hubiera confundido de nombre sino porque, ella realmente se había enamorado de Daniel y era el mismo Daniel quien le había mentido.Sin más tiempo que perder, sin más fuerzas que lo hiciera dar un paso atrás y corrió a ella como nu
CAPÍTULO OCHENTA Y SIETE: UN PADRE QUE JAMÁS VIO A SU HIJA Entre lo mucho que ella dijera y lo poco que quisiera, la realidad era que ella no entendía la razón por la que él había corrido sin darle una explicación a ella. Tantas cosas pasaron por su mente en ese momento en que lo vio irse, no sabía qué era lo que había dicho de mal, no sabía que le había traído ella de vuelta, no sabía simplemente lo que había pasado.— ¡Daniel, Daniel! —Gritó Gabriela. — ¡Daniel, espera!Su hija ni nadie ya estaban ahí, estaba sola, ahora más que nunca ella estaba sola, Daniel siendo Sebastián, la había abandonado de esa manera. Era demasiado tarde para amar, era demasiado tarde para decirle a Daniel que ella se había enamorado de él y no de Sebastián, que se sentía decepcionada, que ya lo sabía todo, ahora su único punto fuerte era su hija, su hija debía de salir de aquella cirugía siendo una niña sana, su hija debía de estar bien porque al final, ella era todo lo que tenía en la vida. Tan pront
FINAL: FÍN DE UN PARAÍSO DE SECRETOS En la lujosa casa que había visitado el Sr. Muriel estaba la misma mujer quejándose de todo, aquella mujer de nombre Rubí, quien sentía tanto odio por la misma persona que sentía, le había robado el cariño de su ex novio cuando ella había sido la primera en marchar y hacerle mal con el propio hermano de su ex novio.Los hombres ahí no dijeron nada, solo se miraron entre sí al momento en que ella entró. No mucho después, dentro de la hermosa habitación, entró Yahir Muriel.— ¿Estás bien? —Preguntó el hombre al ver a su novia entrar de esa manera.Rubí lo miró con el peor sentimiento que podía tener ella guardado en el alma. Ahora finalmente había conocido a la mujer culpable de todo, la mujer que no merecía el lugar que alguna vez ella tuvo frente a la gran ciudad.— ¿Qué te importa cómo esté?— ¿Viste a la mujer como me dijiste que harías? Creo que su nombre es Gabriela, Gabriela Belmonte, ¿no es así? —Dijo Yahir riendo.Ante la mención del nombre
EPÍLOGO¿QUIÉN ERES? Un corazón que había sido roto en mil pedazos, un corazón que no había sido capaz de hacerle frente al daño que había ocasionado él mismo. Y es que no podía dejar de pensar en la situación de su hija y de la mujer que quería. Por supuesto estaba al tanto de lo que había pasado en el hospital ya tenía gente investigando la situación, el por qué Gabriela no podía salir del hospital cuando esa cirugía no resultaba ser la más agresiva. Y entre todo lo que sabía era que alguien le había hecho daño a su hija.Sebastián tenía algo que hacer y tal vez, eso era lo último que iba a hacer antes de poder regresar con la verdad ante Gabriela porque si algo tenía ella por seguro era que él iba a regresar ante la mujer que más adoraba en la vida. Ella era todo lo que él quería en su vida. Si se habían encontrado dos veces en la vida era por una sola razón. Estaban destinados a estar juntos.— ¿Ya tienes la información? —Preguntó Sebastián a Edmundo, quien entraba por las grand
Gritos, sollozos y tristeza. Así es como podemos describir el paisaje que a la muerte le encanta mirar desde la esquina de ese lugar. La gente con sus batas blancas corría aquí y allá y, en una de las bancas, ella estaba allí. La desesperación estaba impresa en su cara, no había nada cuando su corazón ya había sido destrozado sin piedad con aquellas palabras que habían salido de los labios de aquel doctor sin compasión alguna. Y es que ellos no sabían entender de problemas económicos, ello solo sabían procede4 si había dinero de por medio. “Necesitamos hacer algunos estudios, su hija necesita algunas cirugías, si nosotros no la operamos, su vida correrá peligro”.En la vida de Gabriela no había nada más que su hija y las palabras del doctor.¿Cómo fue posible eso? Si ya la habían operado innumerables veces, ella no podía estar más rota. Diez mil de dólares, sabía que tenía que conseguir diez mil dólares desde que el doctor ya le había hable de eso antes. Solo que no pensó que fuera a