CAPÍTULO TREINTA Y CINCO: NI EL MISMO INFIERNO ¿Qué tan cerca estaba la sangre que siempre tuvo que estar unida de la otra? ¿Qué tan diferentes podían ser los mundos de uno y otro? ¿Cuál había sido aquella vida que uno y otro vivía? ¿Cuál era la realidad de lo que los mantenía separados? Los tres Montiel, hombres que fueron traídos al mundo por la misma mujer, concebidos en el mismo vientre, por sus venas corriendo la misma sangre, un pedazo de uno y otro que al final, solo eran un complemento.Mientras uno de los Montiel había jurado regresar con la venganza hecha en sus manos el otro de los Montiel disfrutaba momento a momento en que Sebastián no estaba ocupando el lugar que por derecho le correspondía.Las copas de vino que pegaban una y otra por cada brindis que se hacía abajo mientras arriba el puño de Daniel que golpeaba con el rostro del hombre que más había ofendido a Gabriela.Tal vez, frente a los ojos de los demás, Daniel era un hombre salvaje que no tenía respeto, integri
CAPÍTULO TREINTA Y DOS: TRAICIÓN Con el sentimiento de satisfacción que todos los hombres deben de sentir cuando llegan a la cima de la montaña, Yahir Montiel tomó su copa de vino al mismo tiempo que se dirigía al punto más alto del salón. —Su atención por favor, señores —pidió Yahir con una sonrisa en el rostro. Todo quedó en silencio. Eso era lo que más disfrutaba, que el mundo hiciera lo que quería en cuanto así lo quería. —En un momento estaremos dando la rendición de cuentas, el progreso de la compañía y mostrando a nuestra dama del vino, por favor, sigan disfrutando un poco más. —Terminó diciendo Yahir para después, bajar del pequeño escenario y continuar disfrutando de lo que él mismo había hecho. Abajo del escenario, la mujer que alguna vez fue de su hermano ya lo esperaba, mirándolo como el tesoro más grande que ella podía alcanzar. Ese era quizá el hombre de muchas mujeres, creer a los hombres un tesoro antes que creerse ellas mismas el premio. Rubí no era una mujer ma
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE: UNA DECISIÓN TOMADA Incluso si había sido él quien la defendiera no una vez, no dos, sino incontables veces, incluso si había sido él el único que le había ofrecido su protección para aquella familia, ella también había sabido hablar en su contra antes de que los dos lo lamentaran. No sabía quién era Daniel verdaderamente, no sabía quién podía ser cuando se trataba de problemas pero algo era cierto ahí, ella comenzaba a temer de la fiera que parecía nacer por cada vez que el mundo iba en su contra. En el momento en que Gabriela se dio cuenta que Daniel no parecía poder detenerse, en el momento en que ella pensó que todo lo que Daniel quería hacer era conseguir la muerte de ese hombre, Gabriela supo arrastrarse por su celular sin que nadie lo viera, sin descubrir los ojos de su hija quien ya podía tener una idea de lo que estaba pasando ahí.Ante los ojos de Daniel ella lo pudo haber traicionado pero en el corazón de la misma Gabriela sabiendo que eso que e
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO: LA SALVACIÓNDaniel mejor que nadie había visto la injusticia frente a sus ojos día y noche, Daniel había vivido en la injusticia, estaba harto de ella, la misma injusticia por qué se escondía y vivía dos vidas porque mientras viviera, siempre iba a vivir dos vidas a la vez. Ese era su destino, esa era la manera en la que se desarrollaba en un mundo tan hostil. Nadie había podido reconocerlo excepto aquel hombre del que la tarjeta ya se había caído de sus manos sin que Daniel lo notara pues de lo contrario, se habría esforzado por callarlo, mismo hombre quien casi suplicaba por su vida y si no hubiera sido por su hija, tal vez hubiera pasado por lo mismo que el hombre que seguía hablando basura de su mujer frente a él.Todo lo que quería aquel ser era regresar el tiempo y no haber tenido que insultar a esa mujer de esa manera porque si de algo estaba seguro era que los Montiel sabían vengarse, sabían cobrarse el daño por el doble. Era esa la misma razón por la
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE: CÁLIDA IMAGEN Mientras tanto, en la habitación privada en la que la familia había estado habían casi tres hombres que se habían reído de una mujer, y en el mismo privado había al menos dos hombres golpeados, ya había llegado la policía, allí no había nadie de la gente que logró salvarse del puño de Daniel, no más que gente que estaba temiendo de algo que la policía no sabía hasta ese momento.— ¿Qué rayos está pasando aquí? —Pronunció Yahir al ver a la policía entrar en el primer piso.De un momento a otro, solo silencio. Aquella fiesta con la había soñado, aquella celebración que no le serviría más que para hacerse más fuerte en la empresa, había terminado de un momento a otro, la policía había llegado y él ni siquiera sabía la razón.— ¡Hey, ¿qué rayos está pasando aquí?! —Gritó Yahir acercándose al oficial del cargo más arriba.—Señor Montiel, hemos recibido una llamada de emergencia. Una pelea en el club privado.— ¿Qué?—Con su permiso, señor.Y ahí se
CAPÍTULO CUARENTA: LA DECISIÓN CORRECTA Quizá si tan solo en ese momento pudiera pedir un deseo, seguramente Daniel hubiera pedido aquel que se había estancado en su corazón al haber conocido el dolor de una madre, el dolor que es capaz un hijo de ocasionar en el corazón de quien más le quiere. Seguramente si una sola estrella fugaz se hubiera detenido en su camino en ese momento para esperar por su deseo, Daniel sin dudad hubiera pedido que informara a su madre que en todos menos en su corazón la semilla del odio, que en ninguno pero sí en su corazón el deseo de tener una familia como de la que cuidaba en ese momento y que era la que más protegía sin importarle su propia vida.De repente, recuerdos llegaron a su mente. Recuerdos de una vida pasada, recuerdos de una vida que no debía de volver no importaba qué. Su mente fue asaltada por aquellas imágenes que quería sacar de su mente para así, sentir que era capaz de comenzar una nueva vida, una vida en la que la semilla del odio jam
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO: NERVIOSISMOa sorpresa en los ojos de Yahir Montiel era evidente. Aun no podía creer en lo que había terminado su fiesta, bastó que sus ojos se posaran en aquel lugar en donde un asesinato casi había ocurrido. ¿Cómo él no pudo darse cuenta de lo que estaba pasando estando presente en el mismo lugar? Seguramente su ambición y viendo esa celebración como una oportunidad para conocer más accionistas lo había hecho ignorar el mundo entero. Solo un maldito salvaje tuvo que haber sido capaz de eso, solo un imbécil que no era capaz de razonar, solo… solo quien tanto odio en el corazón es capaz de guardar.Y sin saberlo, dos Montiel estuvieron tan cerca uno del otro, infierno y cielo en el mismo lugar, traición y lealtad. ¡Qué diferentes podrían ser los hermanos, los seres que habían sido concebidos en el mismo vientre! Tan pronto como los policías se dieron cuenta de lo mal que estaba el hombre en el suelo, llamaron a los paramédicos. Nadie podía quitarse de la ca
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS: DESEO PROHIBIDO Un par de lágrimas que caían de los ojos de la misma persona que había llevado a ese lugar a su amiga. Muy tarde se daba cuenta que no había tranquilidad para ella a donde quiera que fuera, no parecía haber nada bueno para la pobre de Gabriela, la misma a la que habían echado de la casa sin que la dejaran hablar, sin que su padre adoptivo hubiera sabido lo que realmente había pasado, siempre creyéndole al mismo que ahora se hacía cargo de todo. Bastó que David lo dijera todo, dijera que la niña de la que él había cuidado por casi seis años no era su hija y encima, la madre no supiera de quien era hija para que el padre adoptivo de Gabriela diera autorización completa de sacarla de la casa. Sin dinero, sin cosas que pudiera llevarse, con una maleta que guardada los vestidos más viejos, sin alimento, sin nada, dejándolas en la calle a su suerte. Más pronto que tarde el mundo se iba a dar cuenta lo que equivocado que había estado su padre al dej