CAPÍTULO SESENTA Y UNO: UN SENTIMIENTO DE TRAICIÓN Una familia, la imagen de una familia era todo lo que podía ver el hombre al que le habían llevado aquella información. No podía creer que frente a sus ojos se pintara el rostro feliz de la mujer que él tuvo a su lado duramente mucho tiempo. Y es que cuando el mal se une, es cuando la destrucción comienza a tocar las puertas de las personas que creían que el mundo de la felicidad podía ser de ellos por un momento en la vida.— ¿Es ella la mujer de ese tal inmigrante llamado Daniel? —Preguntó Yahir.Los hombres que habían tomado la foto de aquella feliz familia, asintió. —Sí, señor, ella es.— ¿Sabes ya donde vive?—Sí, ya tenemos conocimiento del lugar donde trabaja el hombre.Yahir sonrió. Finalmente lo tenía, tenía a su hermano en la mira y con eso, ya podía tener el mundo. Ahora solo bastaba hacer el mismo movimiento que hizo cuando destruyó a la familia Montiel. Sí, estaba bien dicho, Yahir Montiel no era un Montiel realmente. B
CAPÍTULO SESENTA Y DOS: CARA A CARALa noche había terminado, el día más feliz de la vida de Velvet había pasado a ser solo recuerdos para el momento en que Gabriela ya abría la puerta de la pequeña casa. Todo había sido solo diversión en ese día, ¿quiñen diría que los días de felicidad estaban llegando al final?— ¡Fue muy divertido, papá! —Expresó la niña.Gabriela rió junto a Daniel.— ¡Lo sé! Lo sé, mi princesa. ¿Te divertiste, Gabriela?— ¡Claro! Y sin más, la pequeña familia que se había compuesto por amor, entró en la casa que ya los esperaba y que parecía siempre ser más acogedora desde el momento en que los sentimientos de amor comenzaron a reinar ahí.En la pequeña mesa de la cena se sentaron dos adultos y una personita, y finalmente en algún momento hablaron cálidamente. Daniel levantó la vista, y los enormes ojos negros miraron a Gabriela, luego bebió la sopa lenta y cuidadosamente. — ¿Por qué dijiste eso del dinero, Gabriela?Daniel aún no se podía sacar de la cabeza q
CAPÍTULO SESENTA Y TRES: ESPERANZA DE VUELTAEsas palabras de parte Gabriela hicieron a Daniel adoptara una posición distinta. Él sabía claramente que había sido la amiga de Gabriel ala que la había llevado hasta eso. Era ella la única culpable de que todo, era por ella que Gabriela y la niña estaban a punto de pagar las más terribles consecuencias al mismo tiempo que la identidad de Daniel también estaba a punto de ser descubierta. —Eleonor, ¿qué es lo que quieres? —Continuó preguntando Gabriela.—Gabriela, comprendo lo que estás pasando, por lo que estás pasando junto con la niña pero también.—Por favor, solo… solo dime a qué llamaste. No quiero tener que volver a escucharte después de ahora.Sin que Gabriela lo viera, unas lágrimas caían de Eleonor. Era su amiga la que la estaba rechazando, ¿cómo decirle que la había obligado? ¿Cómo decirle que era Jessica, la misma que había sido su amiga durante años, la que estaba detrás de todo lo que le había pasado a Gabriela?—Por favor,
CAPÍTULO SESENTA Y CUATRO: DESILUCIONADO ¿Cuál era la historia de aquella mujer que no paraba de hablar con aquella mujer que le había traicionado queriendo hacerla pasar como la mujer de todos y a la vez, la mujer de nadie?Los ojos negros y profundos de Daniel se detuvieron justo en ella, sus ojos se quedaron fijos en el cuerpo esbelto de Gabriela, pero no habló aunque se moría por gritarle todo lo que estaba pensando. Habían compartido esa noche como una familia, finalmente habían sido una familia y ahora, ella estaba destrozando todo con solo sus palabras tontas en donde le hacía saber a Daniel que todo lo que había hecho, simplemente no había valido la pena.Él estaba enamorado de ella, no había por qué seguirlo ocultando. Él estaba enamorado de una mujer que no sabía cuándo parar o qué era lo que realmente quería para su vida. Gabriela no era tan inteligente como él quiso pensar y eso, eso a él le estaba matando.Mientras miraba a su esposa hablar con una traicionera, Daniel ma
CAPÍTULO SESENTA Y CINCO: PRIMER SENTIMIENTO Segundos, minutos, horas y horas seguirían pasando y para Edmundo jamás sería suficiente el tiempo. Tanto había pasado hasta donde iba la conversación con la persona que extrañaba ver en la casa, en la gran casa de los Montiel, en la empresa, en la gran empresa de los Montiel, ahí justamente donde sin saberlo, sin que ninguno de los dos lo creyera de esa manera, el lugar le estaba siendo robado. —Has pasado por tanto, Sebastián —dijo Edmundo al no poder creer todo lo que le había dicho.Ahora Sebastián –o como él mismo le había dicho ser– Daniel, era un hombre casado, un hombre que tenía una hija, un hombre que no ve más allá de los ojos de su hija y de su esposa. Era cosas que Edmundo no podía creer.—Daniel, un nombre muy diferente —, dijo Edmundo viendo a la ciudad que ya oscurecía.—Lo sé, lo sé.—Ahora has cambiado tanto, Sebastián, las cosas han cambiado tanto. Es tan difícil no verte sentado en la silla que ocupa ahora tu hermano
CAPÍTULO SESENTA Y SEIS: LA VERDAD LLEGA Gabriela había hecho tanto solo con esas palabras. Ese hombre estaba dispuesto a darles a ella y a su hija lo que nadie más les había dado antes y ahora ella estaba allí, tratando de hacerse más fuerte de lo que ya era. Tenía el apoyo de una persona, tenía lo que antes soñaba y ahora, fácilmente, le estaba diciendo que su dinero no significaba nada para ella, ni su protección, ni la preocupación ni mucho menos el amor que él le estaba dando. Ella sin dudar le había hecho mal. Ella sin dudar le había hecho saber que no necesitaba un hombre en su vida y, al mismo tiempo era bueno, era bueno saberlo, pero, ¿qué había de los hombres que eran buenos con las mujeres, los hombres que realmente sentían querer y necesitar el cariño de una mujer buena? Sin duda, Gabriela estaba muy equivocada con sus acciones.Una lágrima salió de sus ojos al saber el dolor que le había ocasionado a la misma persona que solo la había ayudado.Justo en un barrio relativa
CAPÍTULO SESENTA Y SEIS: AL DESCUBIERTO Una vez más el cielo sobre ella parecía ser aquello cielo que siempre fue parte de sus mañana desde el momento en que fue una niña adoptada por los Belmonte. Ella, todo lo que quería era seguir disfrutando de esa vida sin saber que todo estaba por cambiar.A su mente llegó aquella pregunta junto con más recuerdos.— ¿Has oído hablar de la familia Montiel? —Preguntó de pronto Daniel. Por supuesto que ella había oído hablar de la familia Montiel, por supuesto que ella sabía de esas personas aunque nunca tuvo la suerte de tratar con ellos. Ahora que él lo preguntaba no podía saber a qué venía su pregunta. Lamentablemente era de la familia Montiel de quien más terribles noticias había escuchado.—Solo sé que su familia junto con el hijo mayor fueron casi masacrados. —Dijo Gabriela bajando la mirada.Daniel bajó la mirada. Si tan solo ella supiera que estaba frente a esa persona de la que ella estaba hablando.— ¿Los conociste? —Preguntó.—No, la v
CAPÍTULO SESENTA Y OCHO: MENTIRA POR SALVACIÓN Vestido de traje negro, entrando por la gran sala en donde solo ese hombre que tanto le había ayudado en sus peores planes para ser quien era ahora, Yahir Montiel sonrió tan pronto como se dio cuenta que su plan comenzaba y este sería el último. Estaba dispuesto a ir en contra de todo, estaba dispuesto a que el poder fuera completamente de Yahir Montiel.—Mi querido Yahir Montiel, ¿a qué debo tu visita? —Preguntó el mismo hombre que ya tenía protagonismo ahí y que era el mismo hombre que algún día Sebastián llamó Enrique.— ¿Cómo está, señor Enrique?—No tan bien como tú. ¿Es cierto lo que me dijiste por teléfono? ¿Tienes todo listo para el último ataque?—Por supuesto que le dije la verdad. Lo tengo todo listo para que Sebastián desaparezca de este mundo. Es momento de que comencemos a actuar.—Quiero ser yo quien mate a ese imbécil.—Tendrás el honor. No te preocupes de eso.— ¿Qué más sabes de eso?—Mi querido hermano está casado con