CAPÍTULO SESENTA Y CUATRO: DESILUCIONADO ¿Cuál era la historia de aquella mujer que no paraba de hablar con aquella mujer que le había traicionado queriendo hacerla pasar como la mujer de todos y a la vez, la mujer de nadie?Los ojos negros y profundos de Daniel se detuvieron justo en ella, sus ojos se quedaron fijos en el cuerpo esbelto de Gabriela, pero no habló aunque se moría por gritarle todo lo que estaba pensando. Habían compartido esa noche como una familia, finalmente habían sido una familia y ahora, ella estaba destrozando todo con solo sus palabras tontas en donde le hacía saber a Daniel que todo lo que había hecho, simplemente no había valido la pena.Él estaba enamorado de ella, no había por qué seguirlo ocultando. Él estaba enamorado de una mujer que no sabía cuándo parar o qué era lo que realmente quería para su vida. Gabriela no era tan inteligente como él quiso pensar y eso, eso a él le estaba matando.Mientras miraba a su esposa hablar con una traicionera, Daniel ma
CAPÍTULO SESENTA Y CINCO: PRIMER SENTIMIENTO Segundos, minutos, horas y horas seguirían pasando y para Edmundo jamás sería suficiente el tiempo. Tanto había pasado hasta donde iba la conversación con la persona que extrañaba ver en la casa, en la gran casa de los Montiel, en la empresa, en la gran empresa de los Montiel, ahí justamente donde sin saberlo, sin que ninguno de los dos lo creyera de esa manera, el lugar le estaba siendo robado. —Has pasado por tanto, Sebastián —dijo Edmundo al no poder creer todo lo que le había dicho.Ahora Sebastián –o como él mismo le había dicho ser– Daniel, era un hombre casado, un hombre que tenía una hija, un hombre que no ve más allá de los ojos de su hija y de su esposa. Era cosas que Edmundo no podía creer.—Daniel, un nombre muy diferente —, dijo Edmundo viendo a la ciudad que ya oscurecía.—Lo sé, lo sé.—Ahora has cambiado tanto, Sebastián, las cosas han cambiado tanto. Es tan difícil no verte sentado en la silla que ocupa ahora tu hermano
CAPÍTULO SESENTA Y SEIS: LA VERDAD LLEGA Gabriela había hecho tanto solo con esas palabras. Ese hombre estaba dispuesto a darles a ella y a su hija lo que nadie más les había dado antes y ahora ella estaba allí, tratando de hacerse más fuerte de lo que ya era. Tenía el apoyo de una persona, tenía lo que antes soñaba y ahora, fácilmente, le estaba diciendo que su dinero no significaba nada para ella, ni su protección, ni la preocupación ni mucho menos el amor que él le estaba dando. Ella sin dudar le había hecho mal. Ella sin dudar le había hecho saber que no necesitaba un hombre en su vida y, al mismo tiempo era bueno, era bueno saberlo, pero, ¿qué había de los hombres que eran buenos con las mujeres, los hombres que realmente sentían querer y necesitar el cariño de una mujer buena? Sin duda, Gabriela estaba muy equivocada con sus acciones.Una lágrima salió de sus ojos al saber el dolor que le había ocasionado a la misma persona que solo la había ayudado.Justo en un barrio relativa
CAPÍTULO SESENTA Y SEIS: AL DESCUBIERTO Una vez más el cielo sobre ella parecía ser aquello cielo que siempre fue parte de sus mañana desde el momento en que fue una niña adoptada por los Belmonte. Ella, todo lo que quería era seguir disfrutando de esa vida sin saber que todo estaba por cambiar.A su mente llegó aquella pregunta junto con más recuerdos.— ¿Has oído hablar de la familia Montiel? —Preguntó de pronto Daniel. Por supuesto que ella había oído hablar de la familia Montiel, por supuesto que ella sabía de esas personas aunque nunca tuvo la suerte de tratar con ellos. Ahora que él lo preguntaba no podía saber a qué venía su pregunta. Lamentablemente era de la familia Montiel de quien más terribles noticias había escuchado.—Solo sé que su familia junto con el hijo mayor fueron casi masacrados. —Dijo Gabriela bajando la mirada.Daniel bajó la mirada. Si tan solo ella supiera que estaba frente a esa persona de la que ella estaba hablando.— ¿Los conociste? —Preguntó.—No, la v
CAPÍTULO SESENTA Y OCHO: MENTIRA POR SALVACIÓN Vestido de traje negro, entrando por la gran sala en donde solo ese hombre que tanto le había ayudado en sus peores planes para ser quien era ahora, Yahir Montiel sonrió tan pronto como se dio cuenta que su plan comenzaba y este sería el último. Estaba dispuesto a ir en contra de todo, estaba dispuesto a que el poder fuera completamente de Yahir Montiel.—Mi querido Yahir Montiel, ¿a qué debo tu visita? —Preguntó el mismo hombre que ya tenía protagonismo ahí y que era el mismo hombre que algún día Sebastián llamó Enrique.— ¿Cómo está, señor Enrique?—No tan bien como tú. ¿Es cierto lo que me dijiste por teléfono? ¿Tienes todo listo para el último ataque?—Por supuesto que le dije la verdad. Lo tengo todo listo para que Sebastián desaparezca de este mundo. Es momento de que comencemos a actuar.—Quiero ser yo quien mate a ese imbécil.—Tendrás el honor. No te preocupes de eso.— ¿Qué más sabes de eso?—Mi querido hermano está casado con
CAPÍTULO SESENTA Y NUEVE: AQUELLA VERDAD OCULTA Gabriela miró a su pequeña niña ahora, con una sonrisa en el rostro. Gabriela no pedía mucho para la vida, ella solo quería dar lo mejor de ella al mismo tiempo que hacía de esa pequeña casa la mejor, hacer vivir a su hija una vida pacífica, ver a su hija crecer segura y feliz, esto era suficiente para ella. Pero el dolor en el corazón de Gabriela fue tocado por su pequeña hija. En sus ojos había algunas lágrimas aún.—Bueno, mami tiene que esperar a que Velvet crezca, esperar a que Velvet proteja a mami, ¿tú me vas a esperar, verdad? —Preguntó Velvet con una gran sonrisa en su rostro. —Definitivamente dejaré que mamá viva una buena vida, ¡lo garantizo! —Los pequeños puños de Velvet estaban fuertemente cerrados y su pequeño rostro era inusualmente firme. —Y papá también vivirá feliz, cuando tenga suficiente dinero, mi papá construirá una casa grande para nosotros, ¡así no tendrá que trabajar bajo el sol y solo ver dibujos animados todos
CAPÍTULO SETENTA: LOS ERRORES SE PAGANDespués de haber dejado en la escuela de la niña las tareas que había hecho la pequeña en todo ese tiempo en que no se había podido presentar en la escuela debido a que la cirugía estaba muy cerca, Gabriela y su hija continuaron su camino por el parque haciendo que la madre de la pequeña le comprar un rico helado. La cirugía estaba muy ceca y todo lo que quería hacer Gabriela era darle fuerzas a su hija para que se pudiera enfrentar a lo que viniera. —Este es mi sabor favorito, mamá —dijo la pequeña al momento que madre e hija se sentaban en un lugar en el parque.—Eso lo sé, mi amor, por eso fue que te compre este helado.La niña sonrió sin dejar de comer su helado. Por un momento todo quedó en silencio, es que el hecho de ver a los niños adelante jugando le hizo a Gabriela imaginar lo que sería la vida de las dos después de la cirugía. —Mami —llamó la pequeña niña.—Dime, mi amor.— ¿Cuándo salga del hospital crees que pueda jugar con mi pap
CAPÍTULO SETENTA Y UNO: EL BESO ESPERADO Como cualquier otra mañana donde solo la esperanza era todo lo que podía reinar en ese momento, el sol había salido una vez más, las risas de Velvet sonaban como una melodía para Gabriela en esa casa. No necesitaba nada más que su hija y la felicidad que ella le podía producir. Esa era la razón por la que se despertaba todos los días, era la razón por la que peleaba día a día y siendo la pequeña su motor, iban a salir adelante con o sin ayuda de Daniel y de Eleonor.¿Qué decir de Daniel? Sin saberlo, las risas de Velvet por la casa y la sonrisa de Gabriela ablandaron su corazón. Esa era la vida que quería vivir por todo el tiempo que le quedara y ahora, él estaba allí, viviendo lo que siempre quiso, pero de repente, todo era difícil. Todo era un secreto, todo era una irrealidad, todo era algo que no era seguro siendo Daniel y Sebastián al mismo tiempo.— ¡El agua está lista para ti, toma un baño para aliviar tu fatiga! —Gritó Gabriela, cargand