CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO: LA HIJA DE LOS DOS¿Qué era eso que Daniel –o mejor dicho– Sebastián Montiel, podía estar sintiendo al sentirse tan cerca de su lugar, el lugar que nunca debió de dejar? Todo había cambiado tanto, aquella vida llena de lujos ya no parecía hacerle ni cosquillas cuando había descubierto que la paz se puede y se encuentra en los lugares más recónditos del mundo.Podría vestir igual que aquellos días, podría seguir conduciendo en autos último modelo pero ya nada de eso importaba cuando en casa, una pequeña casa estaba lo que realmente él quería y necesitaba para vivir. Una sonrisa se pintó en su rostro al pensar en ella. Claro que era ella todo lo que estaba bien, claro que era la mujer a la que siempre quiso cuidar, sin importar nada, siempre quiso estar a su lado y al lado de su hija. No sabía lo que estaba sintiendo pero eso no significaba que fuera menos obvio cuando estaba demasiado cerca de ella, había estado con ella dos noches, la había visto débil, l
CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO: LA FAMILIA QUE QUIERO Nunca antes nadie había llegado tan de pronto diciendo lo que ese hombre le había hecho saber. Ella no estaba más sola en el mundo.Por el otro lado estaba todo eso que Daniel estaba sintiendo siendo Daniel y lo que había vuelto a sentir siendo Sebastián. Tenía una vida llena de secretos, alguien que lo estaba esperando en aquel otro mundo. Alguien que él había dejado para protegerla. Su novia. Una novia a la que quiso mucho pero a la que también le falló. Él se había prometido regresar a ese mundo cuando en sus manos llevara la venganza hecha no solo para retomar su lugar en las empresas sino también, para recuperar su corazón pensando que ella sería la única en su vida sin saber que a su vida llegaría una mujer que le estaba haciendo sentir más de lo que él imagino que podía sentir en toda una vida. Tratando de evitar las lágrimas, Gabriela apartó la mirada al mismo tiempo que pensó que podría deshacerse de sus pensamientos. Ella n
CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS: LAS PRIMERAS DUDAS No muy lejos, en un piso, a unos quinientos metros de la ventana de donde se podía ver todo el paraíso, lo acompañaban dos guardaespaldas, y en medio, un señor con ropa muy descuidada. El final estaba llegando, el mismo final del que Sebastián quiso prevenir a Gabriela. No todos los secretos podían ser eternamente guardados y más temprano que tarde, Sebastián se iba a dar cuenta de todo.— ¿Estás seguro de que ese hombre estaba allí? —Preguntó Yahir al hombre que sus guardaespaldas habían atrapado.—Sí, él estaba ahí. —Contestó el hombre no muy seguro de lo que debía de decir o de lo que no.Sebastián mejor que nadie le había dicho que tenía que notificarle cualquier movimiento extraño en contra de Gabriela, él mismo le había ido que nadie tenía que saber de la conversación que ellos tuvieron.—Dime, ¿cuánto te ofreció? Porque todo lo que me digas en este momento puede ser comprado por el doble de dinero que él te prometió —dijo Yahir hac
CAPÍTULO CINCUENTA Y SIETE: UN ALIADOEsa noche pasó como si nada, aunque Gabriela durmió a lado de su esposo, ella no dijo nada, ella no supo preguntar nada, Daniel parecía estar muy cansado. Gabriela no podía dormir bien, no podía evitar pensar en lo que había pasado y todas las ideas que pasaban por su mente.Finalmente, el sueño se apoderó de su cuerpo y estando así, se durmió a lado de Daniel. Tan pronto como llegara la nueva mañana, todas sus ideas tendrían respuesta. Ella estaba dispuesta a preguntarle y sacarse de una vez por todas, esas dudas. Llegó la mañana, Daniel se levantó al instante, en cuanto se dio cuenta que no tenía mucho tiempo para desayunar, salió. La tarde anterior había sido un completo desastre que había dormido de más. Gabriela parecía estar destinada a quedarse con sus dudas y lo peor era que entre más pensaba en ello, más dudas tenía de la persona con la que estaba viviendo. Ella había visto claramente a Daniel en ese auto, ella no tenía d
CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO: ENAMORADA O, ¿ENTREGADA? Una sonrisa se hizo en el rostro de Daniel. Él estaba sintiendo algo más por ella. Pero, ¿qué había de su vida? La vida que él estaba ocultando y la misma vida que podía afectarle a la mujer que más quería proteger. ¿Qué sería de su vida si no llevaba la venganza en sus manos? Simplemente, ¿perdonaría a los que le quitaron todo? Simplemente, ¿lo haría por el amor que estaba sintiendo en el interior por la niña y por su esposa?A su mente llegaron esos eventos que había tenido con su esposa. Él realmente se estaba volviendo loco por ella. Estaba dispuesto a renunciar a todo por ella y más que eso, estaba dispuesto a llevar esa vida solo si estaba con ella.— ¿Te digo algo? —Preguntó Daniel a su amigo.— ¿Qué hiciste ahora, Daniel?—Incluso la seguí al centro comercial para comprar pollo para la niña, oí que ahora más que nunca el pollo la va a ayudar a enfrentar esa cirugía —aceptó el hombre sonriendo como solo podía hacerlo él.— ¿
CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE: AQUEL PASADO Entonces, esa noche fue diferente para ella. Había estado tan estresada, su rutina nunca cambió y tomando la palabra de sus amigas, decidió ir con ellos esa noche al bar más cercano.Se estaban divirtiendo, ella estaba bebiendo como si no hubiera bebido en su vida, tal vez, después de todo, sus amigas no eran amigas de verdad, tal vez lo que ellas realmente querían y estaban deseando era tener la vida que tenía Gabriela y viendo esa como su oportunidad de terminar con ella y con su dignidad, de mujer. De pronto fueron tres hombres los que se le acercaron de pronto, como si alguien los hubiera mandando, empezaron a bailar con ella, cuando ella ya estaba muy asustada, unos amigos que decían haber quedado encantados con su belleza cuando ella les preguntó quiénes eran. No les resultó difícil coquetear con ella.Frente a Gabriela estaba su oportunidad de sentir lo que creía que cualquier hombre podía darle y eso, era protección, atención y amor. U
CAPÍTULO SESENTA: ALGUIEN ACECHANDO EN LA OSCURIDADFinalmente, después de tanto tiempo, después de haber platicado de todo lo que una mujer de avanzada edad podía aconsejarle a una joven mujer con una niña. Tanto había aprendido Gabriela en esa caminata que era una pena que hubieran llegado al final.—No tienes que hacer esto, creo, ¡no era necesario! —Continuó diciendo la señora tímidamente por todo el camino que había hecho caminar a Gabriela y a la niña.—Ya le dije, no estaba haciendo nada en casa, así que esta caminata fue lo mejor que me pudo pasar hoy y sobre todo, venirla a traer hasta su casa —continuó Gabriela tomando la mano de Velvet.—Pero, la caminata no fue fácil.—Pero quería que vieras a tu esposo, quería acompañarte, ¿cuál es el problema? Ahora solo te quité el tiempo.Gabriela solo sonrió. Eso era cierto, la señora había insistido tanto en acompañarla a ver a Daniel y darle la comida que le habían preparado pero era demasiado camino para que la señora lo recorriera
CAPÍTULO SESENTA Y UNO: UN SENTIMIENTO DE TRAICIÓN Una familia, la imagen de una familia era todo lo que podía ver el hombre al que le habían llevado aquella información. No podía creer que frente a sus ojos se pintara el rostro feliz de la mujer que él tuvo a su lado duramente mucho tiempo. Y es que cuando el mal se une, es cuando la destrucción comienza a tocar las puertas de las personas que creían que el mundo de la felicidad podía ser de ellos por un momento en la vida.— ¿Es ella la mujer de ese tal inmigrante llamado Daniel? —Preguntó Yahir.Los hombres que habían tomado la foto de aquella feliz familia, asintió. —Sí, señor, ella es.— ¿Sabes ya donde vive?—Sí, ya tenemos conocimiento del lugar donde trabaja el hombre.Yahir sonrió. Finalmente lo tenía, tenía a su hermano en la mira y con eso, ya podía tener el mundo. Ahora solo bastaba hacer el mismo movimiento que hizo cuando destruyó a la familia Montiel. Sí, estaba bien dicho, Yahir Montiel no era un Montiel realmente. B