Narra Daniel.Estoy con Mariam, y aun no puedo creer que este en coma, no saben cuanto daría por qué ella estuviera bien, no saben cuanto daría por estar yo en su lugar, me siento mal al verla así, me siento frustrado, enojado, decepcionado. Decepcionado por qué mi propia madre me separó de la mujer que amo, eso jamás se lo perdonaré, mi cabeza comienza a pensar en muchas cosas, hasta que mi abuelo entra. — hijo ¿cómo te sientes? — pregunta preocupado. Agradezco que aun no se haya enterado de lo que mi madre hizo. — Mal abuelo, no sabes cuanto daría ser yo en esta cama y no ella. — Tranquilo Daniel, tienes que ser fuerte, ella saldrá de esto, no es una mujer fácil de vencer. — lo que mi abuelo dice me hace asentir. — En eso tienes razón abuelo, es la mujer mas fuerte que he conocido, su familia no lo sabe, pero ella ya sabía que era adoptada y se lo guardo, abuelo tengo miedo de que nunca despierte. — No pienses eso, ya verás que pronto despertará, pero tengo noticias Daniel, y n
— Daniel ¿cómo estas? — me pregunta y yo suspiro, se perfectamente que le cuesta reconocer que se equivoco. — bien, probablemente mañana me den de alta. — Qué bien, eso me da gusto, sabes yo... — Robert, vamos nos conocemos desde que íbamos a la secundaria, sé lo que me vas a decir. — sonríe apenado. — Sí bueno, sabes que me es difícil, pero tengo que decirlo, sabes cuanto amo a mi hermana, es la princesa de la casa y daría la vida por ella, también sabes cuanto la cuido y me pesa saber que no lo pude hacer esta vez, dios estuvo a punto de morir, y aunque está en estado de coma, sé que despertará, mi hermanita es una mujer fuerte. Daniel viéndolo desde este punto de vista, agradezco que tú hayas estado a su lado. — Sabes que no tienes nada que agradecerme, lo haría una y mil veces. — Lo sé, y ahora comprendo que ambos son víctimas de nuestras madres, aunque la mía se ve arrepentida, de lo que hizo y eso me a llevado a pensar que tal vez tu madre está detrás de todo esto. — me qu
Ha pasado ya medio año desde aquel día tan trágico y ella no despierta, no saben cuanto daría por verla sonreír, por verla correr hacia mí, por verla hacer esos pucheros que tanto me gustan, por ver sus hermosos ojos, pero parece que ella quiere seguir en ese sueño profundo en el que está. Hoy me quedo con ella, y aunque mañana es un día ajetreado, para mi no me importa, lo único que quiero es estar con ella. Jalo una silla y me siento junto a ella. — Amor, no sabes cuanto te extraño, me encantaría que abrieras esos hermosos ojitos tuyos, que me dijeras cuanto me quieres — suspiro — daría lo que fuera para que no estuvieras aquí en esta cama. Veo con tristeza algunas cicatrices que le quedaron, acaricio su cabello con ternura y le doy un beso en su frente. No pierdo las esperanzas de verla despertar, porque como dice un dicho la esperanza es lo último que muere. Me dio pesar dejarla, pero tenía que estar en este evento tan importante, hoy se inaugura otra joyeria, todos han puesto
Narra Mariam Suspiro, realmente no se en donde estoy, pero aquí no siento miedo, me siento bien, no siento dolor ni nada, es un lugar muy bonito hay muchas flores y nubes el en cielo, puedo ver un arroyo a unos metros de mi también una hermosa casa cada, me dirijo hacia el arroyo y me siento en la orilla, meto mis pies y el agua es cálida, realmente no se porque estoy aquí, pero me gusta. — Te sientes a gusto ¿aquí? — me preguntan y esa voz yo la conozco, volteo de inmediato. — ¿Abuela? — digo al verla y me levanto, y corro a sus brazos. Ella me abraza. — Abuela, de verdad eres tú ¿que haces aquí? — le pregunto y ella suspira — Pequeña, quiero hablar contigo, quiero decirte que ya has dormido mucho, tú todavía tienes mucha vida por delante y hay muchas personas esperando a que despiertes, sabía bien que te convertirías en una gran mujer, has demostrado ser muy fuerte, pero pequeña tú no perteneces aquí — la interrumpo. — Pero abuela, aquí me siento bien, me siento a gusto no s
- Charlotte, no podemos permitir que ese doctor haga tal cosa, ayer Mariam movió su mano, eso nos da esperanza de que pronto despertará. - De verdad Alice, ella movió su mano - me dice ella con sus ojos llenos de lágrimas - Si. - pero oye, y ¿Daniel? - pregunta y niego con la cabeza. - No lo sé, anoche no llego y nunca contesto mis llamadas ni mensajes, estoy preocupada. - ella suspira. - Saldré, para hablar con Jack y lo busque, esto tienen que saberlo los dos. - Sí. - le digo emocionada nuestra querida hija puede despertar sé que lo hará. Mi corazón brinca de la emoción, de solo pensar que ella puede despertar, dios por favor que mi hija despierte, prometo hacer las cosas bien esta vez, dame por favor la oportunidad nde volver a ver sus hermosos ojos. Narra Jack.He venido a buscar a Daniel, le marqué muchas veces, pero su teléfono me manda a buzón, estoy preocupado, sé que todo esto ya lo está rebasando, aunque él no quiera demostrarlo. Llego a su casa, pero la señora que
Después de asear a mi bella durmiente, me puse a leerle algo, pero vuelvo a ver que ella mueve su mano, me acerco a ella y la veo abrir poco a poco sus hermosos ojos, Dios mi hija está despertando y no saben la inmensa alegría que siente mi corazón en este instante. Ella parpadea un par de veces, para acostumbrarse a la luz de la habitación, al verla mis lágrimas no se pueden controlar y comienzo a llorar. - ¡OH mi cielo por fin despiertas! Mi vida no sabes cuanta falta nos has hecho - Ma... Má - ella trata de hablar pero se lo impidió. - No hables mi cielo, iré por el doctor mi amor espera - le dijo, y sin importarme nada, salgo de ahí. Salgo en busca del doctor, y gracias a Dios encuentro al doctor John - doctor por fin a regresado mi hija, Mariam a despertado - el doctor me mira, y corre a la habitación de Mariam. Él la revisa, mientras yo espero. - Bien señorita Mariam, ha dormido mucho, sus padres y amigos han estado al pendiente de usted. - le dice el doctor y veo que ell
Mónica trataba de comunicarse con los hombres que trabajaban, para ella. El miedo se estaba apoderando de su ser, lo que ella no sabía era que no sólo Samantha se había escapado, si no también Samuel, él había logrado salir de ese hospital, pues días después de haber llegado a ese lugar se dio cuenta de lo que querían hacer con él. Mónica empezó a desesperarse hasta que, aquella llamada fue contestada. — ¿Por qué diablos no atiendes el teléfono? — pregunto ella, en tono muy molesto, la paciencia no era una de sus virtudes y más en esta situación. — Disculpe señora, pero dígame ¿Cómo que puedo ayudarla? — contestó aquel hombre. — Quiero que se vayan ahora mismo al aeropuerto, y vigilen todas las salidas, Samantha esta por llegar, y tienen que evitar que Daniel sepa que ella está aquí, sé muy bien, que mi hijo está investigando lo del accidente y si Samantha abre la boca estoy perdía y todos ustedes también, así que eviten a toda costa que eso suceda, entendido. Yate envié una foto
Narra Daniel.Jack y yo nos encontrábamos en el aeropuerto, hace unas horas atrás le habían avisado sobre Samantha, ella llegaría a Londres, era nuestra oportunidad de atraparla. Por suerte lo conseguimos, podrían a ver visto su cara de sorpresa al verme ahí esperándola, Jack se había encargado de que no huyera poniendo a personas al rededor de las salidas. — ¿Daniel a donde demonios me llevan? ¿Por qué todos esos hombres nos custodian? ¿Qué fue lo que hice para que me hagas esto? — dijo ella con lágrimas en los ojos y abrazando a su pequeño hijo. Su cara de sorpresa al vernos parados ahí esperándola fue evidente. — y todavía tienes el descaro de preguntar. — le contestó Jack, furioso. — por tu culpa estuve a punto de perder a mi hermana, no entiendo que fue lo que ella te hizo, para que hicieras tal cosa. — terminó de decir él, mirándola con profundo odio. Samantha lo miro con horror, al escucharlo decir aquellas palabras, pero se quedó muda no dijo nada. — Jack tranquilízate, el