Narra Daniel.Jack y yo nos encontrábamos en el aeropuerto, hace unas horas atrás le habían avisado sobre Samantha, ella llegaría a Londres, era nuestra oportunidad de atraparla. Por suerte lo conseguimos, podrían a ver visto su cara de sorpresa al verme ahí esperándola, Jack se había encargado de que no huyera poniendo a personas al rededor de las salidas. — ¿Daniel a donde demonios me llevan? ¿Por qué todos esos hombres nos custodian? ¿Qué fue lo que hice para que me hagas esto? — dijo ella con lágrimas en los ojos y abrazando a su pequeño hijo. Su cara de sorpresa al vernos parados ahí esperándola fue evidente. — y todavía tienes el descaro de preguntar. — le contestó Jack, furioso. — por tu culpa estuve a punto de perder a mi hermana, no entiendo que fue lo que ella te hizo, para que hicieras tal cosa. — terminó de decir él, mirándola con profundo odio. Samantha lo miro con horror, al escucharlo decir aquellas palabras, pero se quedó muda no dijo nada. — Jack tranquilízate, el
Narra Robert.Mi padre, mi esposa y yo, llegamos a casa, ellos al saber del estado de mi hermana y la situación de los padres biológicos de ella, decidieron comprar una casa aquí. Mi madre se ha quedado con mi chaparra, pues mañana empezarán sus terapias. Pueden imaginarse la alegría que sintió mi corazón, al escuchar a mi madre decir que mi chaparra ya había despertado, por suerte, estaba aquí en Londres, en una reunión de negocios, mis padres no lo saben, pero estoy seguro que mi hermana ya no regresará a California, así que decidí invertir aquí y Daniel me ha ayudado mucho con eso. Eso será una sorpresa para ellos, porque aunque la matriz de esta empresa estará en California ellos pueden quedarse aquí, con mi hermana. Mi esposa, mi hijo y yo, también nos vendremos aquí, ya tengo personal capacitado y todo esta planeado, pues este proyecto se lleva acabo desde hace un año. Mi esposa acomoda a nuestro pequeño, para dormir, mientras yo voy al baño a preparar la tina, mientras ella
Narra Daniel.Llegamos aquel lugar, nuestros hombres tienen a un joven amarrado a una silla, Jack y yo nos acercamos a él. — Señor yo no sé nada, solo recibí la orden de ir al aeropuerto, por favor déjeme ir. — dice el joven, sin haberle preguntado y ya estándo cerca me doy cuenta que es muy joven todavía.— ¿Cuantos años tienes? — pregunto y Jack me mira extraño. — ¿Que haces? — me pregunta mi amigo, pero no le digo nada y me dirijo al joven. — Dime ¿Cuantos años tienes y cómo te llamas? — vuelvo a preguntar y veo como el chico traga saliva. — Me llamo Jonathan. Tengo... Tengo diesises años. — volteo a ver a Jack y esta sorprendido al igual que yo, pues los antesedentes del chico no son nada buenos o eso fue lo que Jack me dijo. — ¿Me dirás todo lo que quiero saber Jonathan? — le pregunto y puedo ver su evidente nerviosismo. — Señor, le juro que no se nada más que lo que me dijeron que hiciera, estaba en el aeropuerto, para interceptar a una persona, pero no llegaba, o más bien
Daniel y yo nos dormimos juntos, él hoy no quiso dejarme sola, a pesar que le insistí muchas veces en que estaría bien, aun así no se fue, pues me dice que ya extrañaba tenerme entre sus brazos.Él se acomoda aún lado mío, me abraza y besa repetidas veces mi cabeza hasta que yo consigo quedarme dormida.Daniel se ha ido muy temprano, dijo que tenía cosas muy importantes que hacer. Son la ocho de la mañana, estoy segura que mi madre, no tarda en llegar. Y tal como lo pensé, veo entrar a mi madre muy sonriente. — Esa sonrisa. — le pregunto y ella sonríe más. — Eres una pillina, comprendo por qué me pediste que me fuera a casa. — la miro, con un gran signo de interrogación. —¿De que hablas? Eso lo hice, para que descansará madre, has estado aquí cuidándome, y necesitas descansar. — Aja, más bien fue, porque Daniel se quedaría contigo, no es así. — rio ante eso. — Que cosas andas pensando madre y por cierto desde cuando ustedes dos se llevan bien, no entiendo muy bien so, pero debo
Narra Daniel. No he visto a Mariam desde hace casi ya tres días. No puedo verla, me siento tan mal, no sé qué hacer, ella es el amor de mi vida, de eso no me cabe ni la menor duda, pero mi madre, ella ya le ha hecho mucho daño, me aterra el hecho de pensar, que ella crea que yo también quise hacerle daño.No se que hacer, quiero estar con ella sin remordimiento alguno, y no descansaré hasta que mi madre page por lo que hizo, es mi madre y le debo respeto, pero intento matar a una persona, cometió un delito y tiene que afrontar las consecuencias. Me encuentro en mi casa, ni siquiera he querido hablar de esto con mi abuelo, pero ya pedí que lo traigan a mi casa, no quiero que esté otro día más cerca de mi madre. Me preparo rápido, para salir al trabajo, cuando mi teléfono suena, contesto de inmediato y al ver al remitente. — Harrison — digo y escucho a Robert, del otro lado de la línea — Daniel, Samuel a llegado a Londres, te veremos en la estación de policía, Jack ya va en camino.
Narra Mariam.Llevó ya varios días sin ver a Robert, no ha venido a visitarme, pero lo que más me preocupa es que Daniel tampoco ha venido a verme, no contesta mis llamadas y mucho menos mis mensajes, realmente no se que es lo que está pasando, mi madre no me dice nada, por mas que le he preguntado, me estoy volviendo loca. Daniel salió ese día de aquí y no lo he visto, acaso hice algo, para que no volviera, Dios mío que está pasando, ya quiero recuperarme y salir de este hospital, ya estoy harta de estar encerrada en estas cuatro paredes blancas y con olor a desinfectante. Afortunadamente mi recuperación va avanzando muy rápido, ya puedo dar pasos con las muletas, así que decido levantarme de esta cama y camino hacia la puerta, pero antes de abrirla escucho a mi madre. — Robert mi vida, tu hermana pregunta por ti y por Daniel me pregunta ¿por qué no han venido a verla. Ya me canse de darle escusas sin sentido, sabes bien que tu hermana es muy lista y sabe que algo está pasando. —
Narra Alice.Salí de esa habitación, con muchas cosas en la cabeza, me merezco todo lo que ella dijo, porque fui mala madre, me enzañe con ella, cuando ella solo necesitaba amor de mi parte, y no puedo creer que ella sabía la verdad. Llegó a casa y Roberto me ve llorando, corre hacia mí. - ¿Alice? Mi amor ¿que te pasa? ¿Pasó algo con Mariam? Por dios mujer habla. - por mas que intento decirle algo, no puedo el sentimiento de culpa, de arrepentimiento de dolor, no me dejan decir ni una sola palabra y lo único que hago es abrazarlo, él me corresponde y besa mi cabeza. - haber mi vida ven. - me dice llevándome a la sala. Nos sentamos, o más bien el me hace sentarme y yo no puedo parar de llorar. - Alice, tranquilizate por favor, y dime. ¿Qué es lo que está pasando mi amor? - pregunta y yo de verdad que no se como explicarle, aun así trato de responderme. - Ella me odia. - digo y él mira extraño y no entiende mi comentario. - ¿Quién te odia Alice? - me pregunta y yo le digo todo. -
Narrador.Mientras Mariam luchaba con sus recuerdos. Al otro lado de la ciudad Mónica hacía de las suyas, fue a ver a su suegro a casa de su hijo, ella sabía perfectamente que él señor estaba solo con los sirvientes, en ese momento, le dio tanto coraje cuando se dio cuenta que Daniel se había llevado a su abuelo con él, y ya que su hijo quería más a su abuelo que a su propia madre, quería vengarse de él.Mónica llegó a la casa, después de tocar el timbre, una empleada la hizo pasar, el anciano estaba leyendo el periódico, al verla el señor recordó todo lo que su nieto le había dicho. - Tú. ¿Qué demonios haces aquí? Sabes bien que aquí no eres bienvenida. - soltó el abuelo con mucha rabia hacia ella. - Ja, ja, ja, es la casa de mi hijo, puedo venir cuando quiera. Él abuelo estaba apuntó de decir todo lo que quería, pero recordó que su nieto estaba buscando las pruebas necesarias para atraparla. - ¿Qué es lo que quieres? Tu hijo no está, así que puedes irte. - le dijo el abuelo, pe