- Charlotte, no podemos permitir que ese doctor haga tal cosa, ayer Mariam movió su mano, eso nos da esperanza de que pronto despertará. - De verdad Alice, ella movió su mano - me dice ella con sus ojos llenos de lágrimas - Si. - pero oye, y ¿Daniel? - pregunta y niego con la cabeza. - No lo sé, anoche no llego y nunca contesto mis llamadas ni mensajes, estoy preocupada. - ella suspira. - Saldré, para hablar con Jack y lo busque, esto tienen que saberlo los dos. - Sí. - le digo emocionada nuestra querida hija puede despertar sé que lo hará. Mi corazón brinca de la emoción, de solo pensar que ella puede despertar, dios por favor que mi hija despierte, prometo hacer las cosas bien esta vez, dame por favor la oportunidad nde volver a ver sus hermosos ojos. Narra Jack.He venido a buscar a Daniel, le marqué muchas veces, pero su teléfono me manda a buzón, estoy preocupado, sé que todo esto ya lo está rebasando, aunque él no quiera demostrarlo. Llego a su casa, pero la señora que
Después de asear a mi bella durmiente, me puse a leerle algo, pero vuelvo a ver que ella mueve su mano, me acerco a ella y la veo abrir poco a poco sus hermosos ojos, Dios mi hija está despertando y no saben la inmensa alegría que siente mi corazón en este instante. Ella parpadea un par de veces, para acostumbrarse a la luz de la habitación, al verla mis lágrimas no se pueden controlar y comienzo a llorar. - ¡OH mi cielo por fin despiertas! Mi vida no sabes cuanta falta nos has hecho - Ma... Má - ella trata de hablar pero se lo impidió. - No hables mi cielo, iré por el doctor mi amor espera - le dijo, y sin importarme nada, salgo de ahí. Salgo en busca del doctor, y gracias a Dios encuentro al doctor John - doctor por fin a regresado mi hija, Mariam a despertado - el doctor me mira, y corre a la habitación de Mariam. Él la revisa, mientras yo espero. - Bien señorita Mariam, ha dormido mucho, sus padres y amigos han estado al pendiente de usted. - le dice el doctor y veo que ell
Mónica trataba de comunicarse con los hombres que trabajaban, para ella. El miedo se estaba apoderando de su ser, lo que ella no sabía era que no sólo Samantha se había escapado, si no también Samuel, él había logrado salir de ese hospital, pues días después de haber llegado a ese lugar se dio cuenta de lo que querían hacer con él. Mónica empezó a desesperarse hasta que, aquella llamada fue contestada. — ¿Por qué diablos no atiendes el teléfono? — pregunto ella, en tono muy molesto, la paciencia no era una de sus virtudes y más en esta situación. — Disculpe señora, pero dígame ¿Cómo que puedo ayudarla? — contestó aquel hombre. — Quiero que se vayan ahora mismo al aeropuerto, y vigilen todas las salidas, Samantha esta por llegar, y tienen que evitar que Daniel sepa que ella está aquí, sé muy bien, que mi hijo está investigando lo del accidente y si Samantha abre la boca estoy perdía y todos ustedes también, así que eviten a toda costa que eso suceda, entendido. Yate envié una foto
Narra Daniel.Jack y yo nos encontrábamos en el aeropuerto, hace unas horas atrás le habían avisado sobre Samantha, ella llegaría a Londres, era nuestra oportunidad de atraparla. Por suerte lo conseguimos, podrían a ver visto su cara de sorpresa al verme ahí esperándola, Jack se había encargado de que no huyera poniendo a personas al rededor de las salidas. — ¿Daniel a donde demonios me llevan? ¿Por qué todos esos hombres nos custodian? ¿Qué fue lo que hice para que me hagas esto? — dijo ella con lágrimas en los ojos y abrazando a su pequeño hijo. Su cara de sorpresa al vernos parados ahí esperándola fue evidente. — y todavía tienes el descaro de preguntar. — le contestó Jack, furioso. — por tu culpa estuve a punto de perder a mi hermana, no entiendo que fue lo que ella te hizo, para que hicieras tal cosa. — terminó de decir él, mirándola con profundo odio. Samantha lo miro con horror, al escucharlo decir aquellas palabras, pero se quedó muda no dijo nada. — Jack tranquilízate, el
Narra Robert.Mi padre, mi esposa y yo, llegamos a casa, ellos al saber del estado de mi hermana y la situación de los padres biológicos de ella, decidieron comprar una casa aquí. Mi madre se ha quedado con mi chaparra, pues mañana empezarán sus terapias. Pueden imaginarse la alegría que sintió mi corazón, al escuchar a mi madre decir que mi chaparra ya había despertado, por suerte, estaba aquí en Londres, en una reunión de negocios, mis padres no lo saben, pero estoy seguro que mi hermana ya no regresará a California, así que decidí invertir aquí y Daniel me ha ayudado mucho con eso. Eso será una sorpresa para ellos, porque aunque la matriz de esta empresa estará en California ellos pueden quedarse aquí, con mi hermana. Mi esposa, mi hijo y yo, también nos vendremos aquí, ya tengo personal capacitado y todo esta planeado, pues este proyecto se lleva acabo desde hace un año. Mi esposa acomoda a nuestro pequeño, para dormir, mientras yo voy al baño a preparar la tina, mientras ella
Narra Daniel.Llegamos aquel lugar, nuestros hombres tienen a un joven amarrado a una silla, Jack y yo nos acercamos a él. — Señor yo no sé nada, solo recibí la orden de ir al aeropuerto, por favor déjeme ir. — dice el joven, sin haberle preguntado y ya estándo cerca me doy cuenta que es muy joven todavía.— ¿Cuantos años tienes? — pregunto y Jack me mira extraño. — ¿Que haces? — me pregunta mi amigo, pero no le digo nada y me dirijo al joven. — Dime ¿Cuantos años tienes y cómo te llamas? — vuelvo a preguntar y veo como el chico traga saliva. — Me llamo Jonathan. Tengo... Tengo diesises años. — volteo a ver a Jack y esta sorprendido al igual que yo, pues los antesedentes del chico no son nada buenos o eso fue lo que Jack me dijo. — ¿Me dirás todo lo que quiero saber Jonathan? — le pregunto y puedo ver su evidente nerviosismo. — Señor, le juro que no se nada más que lo que me dijeron que hiciera, estaba en el aeropuerto, para interceptar a una persona, pero no llegaba, o más bien
Daniel y yo nos dormimos juntos, él hoy no quiso dejarme sola, a pesar que le insistí muchas veces en que estaría bien, aun así no se fue, pues me dice que ya extrañaba tenerme entre sus brazos.Él se acomoda aún lado mío, me abraza y besa repetidas veces mi cabeza hasta que yo consigo quedarme dormida.Daniel se ha ido muy temprano, dijo que tenía cosas muy importantes que hacer. Son la ocho de la mañana, estoy segura que mi madre, no tarda en llegar. Y tal como lo pensé, veo entrar a mi madre muy sonriente. — Esa sonrisa. — le pregunto y ella sonríe más. — Eres una pillina, comprendo por qué me pediste que me fuera a casa. — la miro, con un gran signo de interrogación. —¿De que hablas? Eso lo hice, para que descansará madre, has estado aquí cuidándome, y necesitas descansar. — Aja, más bien fue, porque Daniel se quedaría contigo, no es así. — rio ante eso. — Que cosas andas pensando madre y por cierto desde cuando ustedes dos se llevan bien, no entiendo muy bien so, pero debo
Narra Daniel. No he visto a Mariam desde hace casi ya tres días. No puedo verla, me siento tan mal, no sé qué hacer, ella es el amor de mi vida, de eso no me cabe ni la menor duda, pero mi madre, ella ya le ha hecho mucho daño, me aterra el hecho de pensar, que ella crea que yo también quise hacerle daño.No se que hacer, quiero estar con ella sin remordimiento alguno, y no descansaré hasta que mi madre page por lo que hizo, es mi madre y le debo respeto, pero intento matar a una persona, cometió un delito y tiene que afrontar las consecuencias. Me encuentro en mi casa, ni siquiera he querido hablar de esto con mi abuelo, pero ya pedí que lo traigan a mi casa, no quiero que esté otro día más cerca de mi madre. Me preparo rápido, para salir al trabajo, cuando mi teléfono suena, contesto de inmediato y al ver al remitente. — Harrison — digo y escucho a Robert, del otro lado de la línea — Daniel, Samuel a llegado a Londres, te veremos en la estación de policía, Jack ya va en camino.