Narra Daniel. Despierto poco a poco, siento un dolor en mi cabeza, llevo mis manos hacia ella y esta vendada. Recuerdos vienen a mi mente, por dios Mariam, trato de levantarme pero me mareo, una enfermera corre hacia mí, al ver lo que intento hacer. — Señor Harrison, por favor tranquilícese. — Dices que me tranquilice, dime¿Dónde esta la mujer que estaba a mi lado? Responde — pregunto desesperado. — Señor yo no sé nada, mi turno acaba de empezar, déjeme investigar, pero por favor no intente levantarse y no mueva mucho su brazo izquierdo. La enfermera sale, y pongo atención en lo que me ha dicho. Mi brazo también está lastimado, pero eso es lo último que me importa, yo lo único que quiero saber es como esta Mariam. Supongo que la enfermera ha llamado a un médico, porque unos minutos después entra médico. — Señor Harrison, por fin ha despertado — dice un hombre con bata blanca, el cual supongo es mi doctor. — Dígame ¿cómo se encuentra Mariam? — pregunto, en cuento lo veo entrar.
Narra Daniel.Todo lo que Jack me dijo me tiene conmocionado, yo seria incapaz de hacerle daño a Mariam, la amo, y daría la vida por ella, sin ella yo no soy nadie ¿cómo se atreve a pensar? Que yo quería que esto pasara. Mi madre llega muy preocupada — Daniel hijo ¿cómo estás? ¿Cómo te sientes?— Bien mamá, estoy bien, no fue nada grave. — respondo. — Perdón hijo, por llegar a esta hora, pero mamá ya está aquí para ayudarte. — Gracias mamá. — Te quiero hijo, supe que Mariam también estuvo en este accidente, sabes ¿cómo se encuentra ella? — me sorprende su pregunta, no creí que lo fuera hacer así que la miró, para ver si no he escuchado mal. — No me mires así, y tampoco usted — le dice a mi abuelo. — Bueno creí que estarías feliz de saber que ella está mal, sé muy bien que Mariam no es de tu agrado. — Bueno si hijo, pero es la mujer que amas, que puedo hacer. Mi abuelo no dice nada y yo le digo todo lo que medio se, excepto de que me culpan por todo lo que he pasado. Ella está
Narra Alice. Estaba en la habitación de mi hija, aún no puedo creer en el estado en el que se encuentra, me siento tan mal, porque en parte soy responsable de eso, jamás creí que Mónica fuera a cumplir su promesa, porque estoy segura que ella fue. Por fin la bomba se destapó y saque esta carga que traía adentro, sé que decepcioné a Roberto, que decepcioné a mi hijo también y estoy segura, que lo mismo pasará con Mariam. Actúe así porque creí que eso sería lo mejor, pero al ver todo el dolor que Mariam sentía me di cuenta que me había equivocado, aunque despues de aquella llamada donde ella amenazaba a Mariam, confirme el porqué tenía miedo de que Mariam se enamorará de Daniel, pero en el corazón no se manda y entendí que ellos se aman profundamente, no hable de aquello en aquel momento, tenía miedo, miedo a perder a mi familia, pero al ver a mi hija ahí en esa cama, no lo pude aguantar y luego verla a ella con su cara de preocupada, me dio más coraje. No estoy orgullosa de lo que hic
Narra Daniel.Estoy con Mariam, y aun no puedo creer que este en coma, no saben cuanto daría por qué ella estuviera bien, no saben cuanto daría por estar yo en su lugar, me siento mal al verla así, me siento frustrado, enojado, decepcionado. Decepcionado por qué mi propia madre me separó de la mujer que amo, eso jamás se lo perdonaré, mi cabeza comienza a pensar en muchas cosas, hasta que mi abuelo entra. — hijo ¿cómo te sientes? — pregunta preocupado. Agradezco que aun no se haya enterado de lo que mi madre hizo. — Mal abuelo, no sabes cuanto daría ser yo en esta cama y no ella. — Tranquilo Daniel, tienes que ser fuerte, ella saldrá de esto, no es una mujer fácil de vencer. — lo que mi abuelo dice me hace asentir. — En eso tienes razón abuelo, es la mujer mas fuerte que he conocido, su familia no lo sabe, pero ella ya sabía que era adoptada y se lo guardo, abuelo tengo miedo de que nunca despierte. — No pienses eso, ya verás que pronto despertará, pero tengo noticias Daniel, y n
— Daniel ¿cómo estas? — me pregunta y yo suspiro, se perfectamente que le cuesta reconocer que se equivoco. — bien, probablemente mañana me den de alta. — Qué bien, eso me da gusto, sabes yo... — Robert, vamos nos conocemos desde que íbamos a la secundaria, sé lo que me vas a decir. — sonríe apenado. — Sí bueno, sabes que me es difícil, pero tengo que decirlo, sabes cuanto amo a mi hermana, es la princesa de la casa y daría la vida por ella, también sabes cuanto la cuido y me pesa saber que no lo pude hacer esta vez, dios estuvo a punto de morir, y aunque está en estado de coma, sé que despertará, mi hermanita es una mujer fuerte. Daniel viéndolo desde este punto de vista, agradezco que tú hayas estado a su lado. — Sabes que no tienes nada que agradecerme, lo haría una y mil veces. — Lo sé, y ahora comprendo que ambos son víctimas de nuestras madres, aunque la mía se ve arrepentida, de lo que hizo y eso me a llevado a pensar que tal vez tu madre está detrás de todo esto. — me qu
Ha pasado ya medio año desde aquel día tan trágico y ella no despierta, no saben cuanto daría por verla sonreír, por verla correr hacia mí, por verla hacer esos pucheros que tanto me gustan, por ver sus hermosos ojos, pero parece que ella quiere seguir en ese sueño profundo en el que está. Hoy me quedo con ella, y aunque mañana es un día ajetreado, para mi no me importa, lo único que quiero es estar con ella. Jalo una silla y me siento junto a ella. — Amor, no sabes cuanto te extraño, me encantaría que abrieras esos hermosos ojitos tuyos, que me dijeras cuanto me quieres — suspiro — daría lo que fuera para que no estuvieras aquí en esta cama. Veo con tristeza algunas cicatrices que le quedaron, acaricio su cabello con ternura y le doy un beso en su frente. No pierdo las esperanzas de verla despertar, porque como dice un dicho la esperanza es lo último que muere. Me dio pesar dejarla, pero tenía que estar en este evento tan importante, hoy se inaugura otra joyeria, todos han puesto
Narra Mariam Suspiro, realmente no se en donde estoy, pero aquí no siento miedo, me siento bien, no siento dolor ni nada, es un lugar muy bonito hay muchas flores y nubes el en cielo, puedo ver un arroyo a unos metros de mi también una hermosa casa cada, me dirijo hacia el arroyo y me siento en la orilla, meto mis pies y el agua es cálida, realmente no se porque estoy aquí, pero me gusta. — Te sientes a gusto ¿aquí? — me preguntan y esa voz yo la conozco, volteo de inmediato. — ¿Abuela? — digo al verla y me levanto, y corro a sus brazos. Ella me abraza. — Abuela, de verdad eres tú ¿que haces aquí? — le pregunto y ella suspira — Pequeña, quiero hablar contigo, quiero decirte que ya has dormido mucho, tú todavía tienes mucha vida por delante y hay muchas personas esperando a que despiertes, sabía bien que te convertirías en una gran mujer, has demostrado ser muy fuerte, pero pequeña tú no perteneces aquí — la interrumpo. — Pero abuela, aquí me siento bien, me siento a gusto no s
- Charlotte, no podemos permitir que ese doctor haga tal cosa, ayer Mariam movió su mano, eso nos da esperanza de que pronto despertará. - De verdad Alice, ella movió su mano - me dice ella con sus ojos llenos de lágrimas - Si. - pero oye, y ¿Daniel? - pregunta y niego con la cabeza. - No lo sé, anoche no llego y nunca contesto mis llamadas ni mensajes, estoy preocupada. - ella suspira. - Saldré, para hablar con Jack y lo busque, esto tienen que saberlo los dos. - Sí. - le digo emocionada nuestra querida hija puede despertar sé que lo hará. Mi corazón brinca de la emoción, de solo pensar que ella puede despertar, dios por favor que mi hija despierte, prometo hacer las cosas bien esta vez, dame por favor la oportunidad nde volver a ver sus hermosos ojos. Narra Jack.He venido a buscar a Daniel, le marqué muchas veces, pero su teléfono me manda a buzón, estoy preocupado, sé que todo esto ya lo está rebasando, aunque él no quiera demostrarlo. Llego a su casa, pero la señora que