Mi esposa

— ¡Hasta que por fin te veo la cara, querido!. — Siseó Vivian con sarcasmo, dejando la puerta abierta de su apartamento para que Edan entrara.

— Estuve muy ocupado. — Murmuró él.

Edan entró y cerró la puerta, de inmediato, comenzó a soltarse la corbata, preparándose para una apasionada reconciliación. Claro, luego de que le terminara de calmar el mal humor a Vivian.

Eso era lo usual en su relación.

— ¿Te llegó lo que envié?. — Preguntó Edan, en medio de la sala, notando que Vivian no volteaba para verle la cara.

— ¡¿Hablas de esas ridículas flores y de los chocolates baratos?!. — Gruñó ella, señalando hacia una mesa en un rincón, dónde los regalos seguían intactos, las flores comenzaban a marchitarse, pues no se habían puesto en agua. — ¡¿Crees que puedes comprarme con esa porquería?!.

— Vivian, ya te lo dije, mi padre estaba hospitalizado… — Ella volteó, bufando. — Él está muy grave.

Edan había llamado a Vivian varias veces para hablarle sobre la desafortunada situación de su
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP