Estaba atónito ante aquella confesión, ella tenía demasiado que ofrecerle a un hombre así que le hable
—bien, me aseguraré de que se te pase un poco la borrachera— la lleve al baño y la duche sin mojar su cabello, disfrutando de tocarla parte por parte como si fuera la primera vez que tocaba a una mujer, pero ella era demasiado. La puerta fue tocada y le di una bebida para la borrachera, no quería hacer nada que le perjudicara su consciencia después.—¿ya te sientes mejor?— la sábana cubría su cuerpo me miró—G-Gracias por eso, estoy avergonzada...——¿por lo que me propusiste? ¿De tomar tu virginidad?——¿es vergonzoso ser Virgen a los 20?— la miro y entro un mechón de cabello por su oreja—yo diría que es demasiado sexy ser Virgen a los 20– ella ríe y niega—entonces Duncan, ¿quieres mi virginidad o no?— pensé que lo había dicho borracha, mis ojos se llenan de sorpresa y mi cara cambió a una llena de lujuria, me quite el saco y la camisa, ella se quedaba viéndome y al ver mi cuerpo tatuado creo que se sorprendió más—tienes tantos tatuajes— dijo en voz baja y audible y le sonreí—¿no te gustan tatuados?— Me baje el pantalón y volteo su cara sonrojada. Metió su pulgar a su boca mordiendo su uña. Caminé hacia ella y me senté en la cama—si te arrepientes dime que pare y lo haré, pero si me dejas probar tú boca aunque sea una sola vez no hay vuelta atrás aurora y serás mía para siempre ¿entendido?— sus ojos cafés me miraron profundamente—no nos vamos a volver a ver, no quiero—Reí suavemente y la acosté subiéndome sobre ella. Le di un beso en la mejilla y probé su boca. Sus labios tibios y suaves me agradan demasiado y aunque no tenía tanta experiencia trataba de besarme. Metí mi lengua en su boca buscando la de ella y sus brazos no me abrazaban así que se lo pedí—abrázame— en voz baja.Con lentitud acariciaba mi espalda mientras con mis manos apretaba su cintura y con la otra acomodaba su cabeza para poder besarla mejor.Me deslicé por su cuello lentamente y mi lengua dejaba su recorrido detrás de su oreja, su cuello y su clavícula. Deslice las sábanas de su cuerpo y sentía cómo temblaba debajo de mí.—eres tan hermosa aurora— le susurré mientras besaba su vientre de arriba abajo deteniéndome en su pecho izquierdo el cual succioné y gimió con ternura. Chupe ambos pechos suavemente y poco a poco fui deslizándome por su vientre, pero detuvo mi cabeza—q-que haces ahí?— su temblor era tan obvio que empezaba a sudar—lo que haré te gustará demasiado, te lo prometo ahora déjame abrir tus piernas——no se si pueda continuar— di un beso en su vientre bajo—te dije que si me dejabas besarte no había marcha atrás—separé sus piernas con dureza sin verme violento—ya no hay vuelta atrás aurora, ahora eres mía— y mientras la miraba mi lengua se deslizó en su clitoris sin piedad, se retorció queriendo ocultar los gemidos y hacía presión hacia abajo en mi cabeza mientras sus pies estaban inquietos—que es- esa- sensa-cion- que-que siento— y soltó un grito placentero que me hizo sentir tan satisfecho y tembló. Mis dedos masajeaban la zona humedad con sus piernas totalmente abiertas y besaba su boca desesperado escuchando sus gemidos tiernos—creo que estás lista—le susurré y tomé mi pene en mi mano, jugué varias veces con el en su entrada y ella abrió los ojos, estaba tan adormecida y sonrojada. El calor empezaba a llegar y al verlo soltó un respingo asustada—si entras todo eso dentro de mí, no podré caminar en una semana—se había afincado en sus codos—te puedo cargar toda esa semana— le susurré y lo traté de entrar, pero cayó nuevamente a la cama—n-o ¡agh!——¡shhh! Aún no lo entró, solo es la punta— ella abrazó mi cuerpo me acomode para que me brace y la abracé a ella—te daré una sola estocada, para que duela una sola vez— bese su mejilla y así lo hice solo entrando la mitad y soltó ese grito desgarrador—¡AAAAAAAAHHHHH!— de cuando uno hombre te toma por primera vez.—voy a moverme ahora— le susurré—no quiero, me dolerá—habían lágrimas en sus ojos y mucho miedo.—no te dolerá así, las demás veces que lo hagamos——no quiero más veces Duncan, solo esta vez, con eso suficiente— sonreí, ella no tenía idea de que había firmado un pacto conmigo al habérseme entregado toda ella.Me moví despacio tratando de que se acostumbrara al grosor —¿puedo hacerlo un poco más duro?—Ella sintió y moví más rápido mi cintura, estaba volviéndome loco. Sus paredes me apretaban sintiendo que quería engullirlo y no dejarlo salir nunca. Sus gemidos eran cantos para mis oídos gemía demasiado hermoso y nunca dejó de abrazarme ni yo a ella. Nos besamos mientras movía mi cintura y cuando estuve apunto de correrme no tuve el valor de sacarlo gemí duro y lo entré todo haciendo que grite mientras yo me corría dentro de ella y temblaba.Nos quedamos dormidos ella sobre mí y cuando desperté no estaba. Sonreí cree que iba a escapar de mí después de dejarme perdido en su cuerpo para siempre—no importa si huyes aurora, tú eres mía. Anoche mediste todo el permiso de ser mía y nunca te dejare libre de mí, menos ahora después de tenerte en mis brazos.—Tocó las sábanas sucias de sangre y me muerdo el labio inferior riendo.Me duele todo y despierto sobre él, paso la mano por mi cara y veo la sangre en las sábanas trato de moverme despacio y con dolor recojo mis cosas, pido un taxi en la recepción y me voy.Al llegar a casa mi amiga está en casa y al verme grita de emoción —¿lo hiciste verdad?— veo la ilusión en su rostro—si sueño que duele tanto no lo hubiese hecho, estoy demasiado cansada—ella sonríe como si no fuera nada —¿así que él es todo un semental?— preguntó —necesito dormir, déjame en paz— se acuesta a mi lado —¿dime que hablaron ustedes?— trato de pensar, pero no recuerdo nada y le respondí —recuerdo que se llama Duncan y que me le ofrecí como una desvergonzada y le dije que tomara mi virginidad, creo que dijo que después de eso yo era de él para siempre, pero estoy segura de que todo se le olvidará, así son los hombres— pero ella no pregunta nada más y yo me duermo profundamente.Ha pasado dos semana desde que tuve sexo con un desconocido que se llama Duncan, suelo soñar con esa noche a
Llevo una hora sentada pensando en lo que me había dicho grace suspiro y toca mi puerta—aurora perdóname, no lo hice con malas intenciones, pero ese tal Duncan es muy persuasivo-No le respondo y vuelve a los minutos a pedirme perdón. La escuchó resoplar al ver que no le respondo y por último vuelve —oaky aurora, prometo que si me abre te haré el desayuno por un mes y créeme que estoy sufriendo desde ya— abro la puerta y alzo las cejas —un mes sin faltar un día me harás el desayuno— me sonríe y me abraza —de verdad lo siento, ¿podemos dejarlo solo una semana?— la tomó por los hombros —así como tuviste palabra para él, tienes que tener palabra para mí grace— refunfuña y me pone ojos de gatito herido —pliiiiiiisssss!— juntando sus manos chasqueo la lengua —NO— Terminamos riendo y tomo las flores y recojo la nota, al voltearla me doy cuanta qué hay un número de teléfono +896437799975 niego ni loca que este lo llamaría grace lo ve—¿vas a llamarlo?— la miró con incredulidad —no h
Temprano en la mañana grace y yo estamos en el hospital, estoy temblando y no dejo de mover las piernas. Tenemos el turno siete y trato de contener las lágrimas. Grace busca un café para ella y a mi me lleva un chocolate caliente, pero al darme el primer sorbo siento las ganas de vomitar y corro al basurero.—creo que es un hecho amiga— me dice y lloro en sus hombros. Las personas pasan y ven como de mis ojos brotan lágrimas, pero aquí a nadie le importa tu vida nadie se va acercar para preguntarte porque lloras.Una enfermera viene con un diagnóstico y se acerca a nosotras —¿aurora robles?— asiento y me levanto —la siguiente es usted en cuanto el señor pase— asiento nuevamente y el teléfono de grace suena, pero dice desconocido ella se levanta y me hace seña para que me quede ahí la veo perderse en el pasillo y bajo un poco la cabeza jugando con mis pies por la ansiedad. Alguien pasa frente a mí su perfume es suave y se siente demasiado caro. Siento que alguien se sienta al lado mí
Al aterrizar, nos dirigimos a mi casa le había pedido al mayordomo que preparara ropa clásica para mí, tenis blancos, pantalones finos y camisa blanca.Tome una ducha, me cambie y salí de casa rápido.Cuando estaba frente al hospital uno de mis hombres me dijo que la vio llorar junto a su amiga de la cual ya tenía el número.Hice que la llamarán por teléfono y luego la trajeron hacia a mi, estaba muy nerviosa —no te preocupes, no te voy a morder—Ella respira y toca sus rodillas —estuve llamándote ayer y el número ya no existía, eres un poco misterioso— frunzo el ceño —¿por qué dices que soy misterioso? ¿aurora no te dijo nada?— ella sonríe algo confundida —¿que tenía que decirme ella? No es como que recuerde mucho de lo que sucedió contigo y me metiste en un gran problema, tuve que decirle la verdad que me pagaste para quedarte con ella— reí sin mostrar los dientes y no deje de mirarla —¿podrías dejar de mirarme así? Parece como si me vas a matar y de por si, me da un poco de ner
Volvemos al vehículo y le pido al chofer que se detenga en una reposteria que había cerca que me gustaba mucho, él se detiene y nos quedamos esperando, alguien toca la puerta con una caja el hombre que está en el copiloto toma la caja paga y nos volvemos a poner en marcha. Extiende su mano y me entrega la caja y la colocó en sus piernas ella me mira sin entender —es para ti, disfrútalo— y cuando la abre sus ojos se aclaran cómo un bebé —¿por qué compraste un pastel entero?— su amiga ríe y ella le da un codazo —no es gracioso— ella le dice que admita que si y resopla. Mientras vamos al hospital come el pastel y no evita el gemido del disfrute y abre los ojos mientras la observo con una sonrisa poco pronunciad y se sonroja avergonzada.Al llegar al hospital el chofer abre la puerta su amiga sale del coche y ella también, pero al hacerlo vomita sin contenerse grace la ayuda y me acercó rápidamente y me colocó a su altura —qui-tate, es vergon- buaaaa— uno de mis hombres se acerca con
Llegamos a casa y la cargué en mis brazos se había quedado dormida. Cuando entre pude ver al mayordomo sorprendido —señor, ¿quiere que le prepare una habitación?— me niego rotundamente —ella se quedará en mi habitación— subo las escaleras y la acuesto tranquilamente, le doy un beso en la frente y cierro la puerta. Al bajar le hablo al mayordomo nuevamente —quiero que preparen comidas saludables para ella, tiene anemia y necesito que se cure cuanto antes, lo que ella pida se le da, iré con mi padre cuando despierte dígale que vuelven en tres horas-El asiente y no hace preguntas, por eso es mi Mayordomo. Salgo de la casa y me subo al coche tenía que reunirme con mi padre, espero que aurora no se estrese cuando sepa que no deje con ella su teléfono.***Mi cuerpo se siente que esta sobre plumas no quiero abrir los ojos me cuesta, pero lo hago. Iba a frotar mis ojos y recuerdo lo que grace me dice que no lo haga. Suspiró y veo todo el lugar es una habitación enorme, decorada de forma
Me hace levantarme de la bañera y me cubre con la toalla —pensé que no dejarías que te vea desnuda, eres tan tímida— me regala una breve sonrisa y hasta sus dientes son hermosos, pero salgo de esos pensamientos y con visible cansancio le hablo—me quitaste la virginidad y el mismo día me diste un hijo, creo que me vería ridícula sintiendo vergüenza después de todo lo qué pasó— pero mi sorpresa es mayor cuando me carga y me lleva a la cama —estás siendo extremista otra vez aurora—le reprocho—no es como que me voy a partir— me sienta en la cama y veo algunas bolsas ahí —eso es para ti, tuve el atrevimiento de pasar por una tienda por eso tarde un poco más— observo las bolsas y la marca y luego lo miro a él —¿sueles explicar por qué llegas tarde o temprano?-Camina hacia mí y se sienta a mi lado, quita el gancho de mi pelo y con sus dos manos le da forma —no, pero como serás mi esposa tengo que decirte porque tardo— mientras me habla acomoda mi cabello sin mirarme directamente, pero
Llego a casa de mi padre, tiene una esposa no muy agradable para mí, su voz me parece chillona y por todo hace un drama. Aunque siempre busca la manera de querer ser amable conmigo no se porque razón, ya le he dejado claro que no me interesa ser cercano a ella. Es quince años menor que mi padre técnicamente podría ser mi hermana.Al llegar ella me recibe con una sonrisa estúpida —bienvenido Duncan— y la miro sin ganas y le devuelvo el saludo. Dos de mis hombres vienen detrás de mí y ella me sigue el paso no se que quiere de mí—¿que quieres Julieta?— ella se detiene y siempre se viste como una señora, no se si finge que quiere a mi padre, pero me da igual, que haga su vida como le plazca —¿quiero saber qué pasará con tu compromiso con jazmín?— abro un poco la boca y frotó mi ojo izquierdo —¿que tienes tú que ver con eso? ¿Acaso mi padre te colocó de anfitriona o te dijo que tú tratarás de convencerme de algo? Acuérdate cuál es tu lugar— pero mi padre llega justo en ese momento y la