Aranza tenía una expresión de asombro y de felicidad. NO PUEDE ESTAR SUCEDIENDO ESTO, ELLOS DOS SON MATEEEEEES. El destino hizo que conociera a Aranza, eso es lo que pasó. 

—¿Eres mi mate?—preguntó Aranza sorprendida.

—Eso parece—susurra tranquilamente —que extraña sensación.

—¿Qué se hace en estos casos? Que incomoda me siento estando entres ustedes dos, por favor salgan de mi habitación y hablen.—Empujo a Aranza hacia mi hermano, sé que ella no quiere pertenecerle a alguien.

—Ven, vamos a mi despacho—Le dice mi hermano a Aranza.

Dejo que estos se vayan, quiero una ducha así que la tomo. Después de esto me pongo un short y una camiseta blanca básica. Realmente me estoy muriendo de hambre, aunque no sé como anden las cosas abajo, no creo que vaya mal porque James es un caballero, pero de todas formas no quiero traumarme de alguna forma. Realmente fue una coincidencia que nos conociéramos, quizás ellos se conocerían en el instituto, pero de todas formas siento que no hubiera sido igual, tan al menos presencié el momento.