Hola, espero que estén bien. Ojalá pudieran ir a leer la precuela de esta saga, pues así podrían entender ciertas cosas. Se llama El Lado Oscuro de la Luna. Besos.
Después del percance con Zoe, ella se tomó la molestia de mandarme un mensaje diciendo que lo sentía mucho y que pronto me daría mi camiseta. A lo cual yo respondí que no era necesario pues tengo el dinero suficiente para comprar más de esas y ya. Pero ella fue muy insistente, como sea, dijo que la casa está lista. Que tiene unos detalles que muy pronto resolverá y que si yo quería podía habitarla hoy mismos. Por eso es que ahora mismo sostengo a Elizabeth cubriendo sus ojos para que no vea por donde andamos, pues creo que es una buena sorpresa saber que ya no estaremos en la casa de mis padres. Abro la puerta con la ayuda de mi pierna, pues mis manos están ocupadas con sus ojos. Mantengo la respiración un segundo, quizás no le guste o ni siquiera le agrede la idea. Respiro y susurro cerca de su oído —¿Lista?— le pregunto con un poco de emoción. Pues esta es la casa de Emma, pero por ahora será de ella. Se remueve un poco antes de chillar su respuesta —Sí. — Hago que de dos pasos má
Despierto enredado con algo... son las piernas de la pequeña Elizabeth. Con cuidado de no despertarla me levanto de la cama de forma cautelosa. Me despego de ella y eso la hace emitir un sonido de molestia el cual me da bastante risa. Es como un perezoso, apenas y se mueve. La miro por unos cuantos segundos, es bonita cuando duerme. Me gusta mucho cuando no está gritandome y insultandome. Muevo la cabeza, no puedo creer que exista alguien que puede llamarme estúpido y de miles formas despectivas y aún así duerme a mi lado. Es irreal y si alguien lo supiera se reirán de mí por dejar que una niña como ella me falte al respeto, pero aún y con eso, creo que Elizabeth me agrada. —¿Quien diría que estaría aquí después de cinco años?— susurro cuando llego a la sala de estar. —Se siente extraño, Emma— hablo en voz alta, pero con un volumen bajo, pues Eli está arriba y puede que se despierte y me escuche. —Sin ti las cosas siempre se han sentido extrañas, —camino hacia la cocina, alguna vez l
Soy una persona que no le gusta estar mucho tiempo en un solo lugar y a pesar de que Elizabeth me entretiene mucho, no quiero estar en casa. Es un lunes por la mañana y todo vuelve a la normalidad, pero esta vez no iré a la casa de Anthony ni veré a Zack. Tampoco hay escuela para Elizabeth y en general para todos no hay descansos más que para nosotros. Estar en casa encerrado no me ayuda demasiado pues las paredes me gritan por los poros que Emma estuvo aquí. Por eso es que le propuse a Elizabeth un pequeño viaje a la playa tal y como una vez se lo propuse a Emma, pero esta vez no voy a llevar a Elizabeth a la casa de playa de la familia. Eso sería una tortura y eso es lo que quiero evitar slaiendo de este lugar en el que dormimos.Una hora después, ambos estamos en mi camioneta. Eli ha decidido ser la que elige la música y quien controla el volumen de los altavoces. Grita y baila en el asiento arrebatandome las más sinceras y espontáneas risas.— Te ves muy feliz —comento de forma mel
El sonido de la marea me relaja. Llevo puestos mis lentes de sol mientras permanezco sentado en la arena. Eli, en cambio, deambula de un lado a otro con la cámara en mano. No me habla, solo se toma el tiempo necesario para tomar fotos y revisar con detenimiento si las ha tomado bien. Es como una danza, da unos cuantos pasos, enfoca y captura la imagen. Me entretiene mucho la forma en la que lo hace, parece ser toda una experta y eso me hace pensar que tiene un futuro. Debe de ser una gran fotógrafa en algún punto de su vida. En el navegador de mi móvil, busco las siguientes palabras "cámaras fotográficas " en la pantalla se despliegan varias imágenes. Hay de varios tamaños y varios precios, esto último es para mí lo de menos. Si Eli me lo pidiera, le compraría lo que ella quisiera, solo tiene que pedirmelo y listo.Pasa a mi lado y yo apago mi teléfono para que no ve nada sobre mi búsqueda. Quizás en algún punto sea su regalo de cumpleaños o de... nada, no creo que lleguemos al punto
Un perro en casa, pero uno que es bastante educado y muy cariñoso, en especial con Elizabeth. No solo estoy en una casa prácticamente nueva, viviendo con una chica extraña, sino que también tengo un perro. He escalado demasiado rápido y tengo miedo de caerme de la misma forma, es decir. Hasta hace muy poco estaba en el departamento con Bethany apunto de salir de Virginia y ahora estoy en una relación. Si es que se le puede llamar relación, claro. Sostengo una taza de café mientras analizo lo compleja que es mi vida ahora. Hay una chica arriba, debe de estar durmiendo y junto de ella está un perro y yo estoy ahora mismo en este lugar. Y todo paso demasiado rápido, tan rápido que no me di cuenta de que he dejado de vivir con mis padres para pasar a vivir con Elizabeth. Bebo un trago de café, mi vida es diferente ahora, pero bastante tranquila, de hecho. Es distinta en una buena forma, he visitado lugares viejos con personas nuevas, he estado haciendo cosas que no solía hacer nunca. Y a
Es extraño saber que puedes establecer relaciones con personas sin que sean sexuales. Es decir, lo que separa a unas personas de ser amigos o de ser novios es justo eso, el sexo. Cuando era más pequeño pensaba que ser amigos y ser novios era lo mismo solo que cambiaba la palabra porque vamos, eres un niño y no sabes las diferencias. Pero cuando creces y te das cuenta de que los novios se besan y los amigos no, entiendes porque no puedes tener más de una novia. Lo entendí a la mala, pero estaba en el instituto, no era un experto. Aprendes a separar las cosas, entiendes que no siempre puedes ser novio de alguien y que también tener un amigo o amiga que puedes llagar a amar es parte de ser un humano. Por eso es que sonrío al leer el mensaje de mi mejor amiga Bethany. Esa mujer vampiro que puede romperme la cabeza si ella así lo quisiese, además, le encanta meterse en mi cabeza y jugar conmigo cada que puede o se le da la gana, pero aún y con eso no se me puede olvidar lo importante que e
Los ojos de Bethany me escudriñan, se meten casi en mi mente y eso es posible si es que yo no pusiera resistencia a sus n poderes de manipulación. Alza las cejas incrédula de lo que he dicho, ella sabe cuales son mis alcances porque vivió conmigo por más de dos años, Bethany conoce de mí lo peor y en cierto punto, lo mejor, pero no conoce al nuevo Daniel. Mantengo el contacto visual con ella, los dos estamos en una lucha de miradas desafiantes. —Daniel, viene a eso, porque aunque tú pienses que tienes una coraza fuerte e indestructible, sabes bien que eso no es cierto. —Habla demasiado pacifica y tranquila. Bethany siempre es así, siempre dice las cosas muy segura y no teme nunca decir la verdad aunque duela y lastime. Que ella esté aquí creo que es una buena idea, porque ella me dará una opinión poderosa sobre la situación. —Estoy bien, Beth. Por lo que dices suena a que estás aquí porque mi mamá te lo pidió, ¿no es así?— Bethany me mira mal, pero sé que lo que digo es verdad, po
—¡Bethany!— es la alegría en la voz de mi mamá la que me hace sonreír. Estoy feliz de verla contenta por ver a una buena amiga como lo es la vampira. La vampira más querida por toda la familia Clark y en general por la manada Luna Negra. Bethany es una más de la familia y una más de la manada, a pesar de ser mucho mayor que todos nosotros en conjunto. Y también apesar de ser una vampira que bien podría ser nuestra enemiga, aun y con eso, todos la estiman, pero no más que mi madre. Valeria Clark ama a Bethany, la quiere demasiado porque sabe que ella fue mi soporte en mis peores días y sabe que por esa misma razón suelo hacerlo caso en todo. O al menos si tomo en serio sus consejos.— Señora Valeria, pero que guapa esta –pongo los ojos en blanco, Bethany nunca dejará d coquetear con mi madre, pero no puedo acostumbrarme a escuchar o a ver cuando lo hace. Además de eso no puedo evitar sentir arcadas. —Paren, paren, papá te va a linchar si sigues coqueteando con su esposa —le advierto e