Me acerco a su rostro para ver su expresión, sus ojos brillan, se ven más oscuros y grandes de lo que ya son. Se ven como dos pequeñas luciérnagas que brillan, me gustan las luciérnagas, cuando era niño jugaba a atraparlas, lo hacía con mucho cuidado. No quería lastimarlas, por lo que las cuidaba, las tocaba de forma delicada y muy cuidadosa. Elizabeth es una luciérnaga, la voy a atrapar, la mantendré en mi mano y la tocaré delicadamente, al final la dejaré escapar. Por que a veces, cuando las mantenía mucho tiempo en mi mano, se morían, no quiero eso para Elizabeth. Ella debe de volar, debe de verse feliz siempre, como ahora, mirando su regalo, una camioneta que me ha costado casi una mínima parte de mi dinero, y por una extraña razón esperaba esta reacción. Felicidad, emoción y gratitud, eso es lo que noto en ella, no demuestra otro sentimiento que s
Mi madre se va a infartar en el momento en que la vea, se va a enfadaro quizás me colgará de la cabeza por ir parecer ir tan en serio con la rechazada de la que hablabla en la hora de la comida.&n
Entro a la casa hasta que las luces traseras de la camioneta de Elizabeth, desaparece de mi vista. Cierro la puerta y camino hacia las escaleras, pero una mano me detiene, me sostiene del brazo y me obliga a quedarme quieto, a no dar un paso más. Suspiro, porque sé quien es, no soy tonto, nadie en esta casa lo es.—Hablemos de esto, Daniel— la voz de mi madre es serena, tranquila, irradia paz, una temporal por supuesto, porque sé que después de esta frase va a venir un gran regaño, uno muy colosal.—Dime, mamá —respondo con el mismo tono de voz que ella, no voy a empezar con los gritos, no seré yo quien se exalte.—¿Qué estás haciendo, hijo? Háblame con la verdad, cariño. Por favor, ¿qué piensas hacer con esa niña?— el hecho de que la llame niña, me acompleja más, porque sé bien que ella es menor que yo
¿Qué le puedo responder? No quiero admitir que a veces me pone nervioso, ansioso porque siento que todo se me va a salir de las manos. Sin embargo, hoy quiero verla. No es una necesidad, no me gusta, no puede gustarme, simplemente quiero pasar una tarde con alguien y no solo en la casa de Anthony. Es impensable a veces estar tan solo, me duele ser el único que no tiene a alguien, yo creo que por eso me interesa verla. Me siento mejor con cuando estoy con ella, sé que no tengo interés en ella, solo que ella me hace sentir tranquilo, en paz y un poco feliz. Decido enviarle un mensaje a pesar de que he tardado un momento en responder«Hoy a las 4:30 pm ¿Te parece?» Envío ansioso por lo que pueda responder.«Si ¿En dónde
Llegamos a su manada en menos de lo que hubiera deseado, lastimosamente duele saber que el día se ha terminado y que los dos debemos de regresar a casa. Me estaciono enfrente de su casa, pero lo bastante lejos para que nos puedan ver desde allí, además, la zona boscosa nos cubre bastante bien. El silencio incómodo reina, no sé que decir ni que hacer, es bastante rara la situación, pero fingo que no. Volteo a verla, ella también lo hace y ahora no solo hay un silencio incómodo, sino también un encuentro de miradas bastante raro. —Mi familia te amó, me preguntaron sobre cuando te marcaré y cuando te convertiré en mi Luna —logro decir, así sin más y sin pensar. Ella se queda en silencio y me retira la mirada, creo que ahora sé que no fue una buena idea decir algo como eso de una forma tan precipitada y sin ser cierto. —No sé que decir,— suspira, no digas nada, solo ignora el hecho de que estoy mintiendo respecto a todo esto— eso me pone algo nerviosa, no hay fecha para
Llego a casa con un sentimiento diferente, observo desde mi balcón todo lo que me rodea, casi todo es verde y café, los colores de un bosque profundo que me da la bienvenida a mi nueva forma de ver la vida. Pero esta sensación se ve afectada gracias a el tono de llamada de mi móvil, suena desesperado en mi bolsillo, así que lo tomi y le contesto a la persona que pide se atendido por mí.—¿Si?— respondo un tanto de mal humor.—Señor Daniel— reconozco esa voz— soy Harry— eso ya lo sé, pero al saber quien es mi curiosidad incrementa enormemente. —Tengo información nueva sobre Bruno.—¿En serio? Dimela Harry.— Bruno era una persona por la cual me veía interesado por mi pasado, pero ahora, también es parte del presente en el que estoy viviendo, es el padre de Elizabeth.—Pues acabo de ver a Bru
He aguantado casi todo el día sin saber noticias de Elizabeth, no quisiera ir a buscarla, ni siquiera sé si ella esté bien o si Bruno le dijo la verdad, pero de lo que sí estoy seguro es de que necesito tener contacto con ella. Casi son ya las siete de la tarde y Harry aun no me reporta nada, si no es por parte de él, por Elizabeth debo de enterarme de algún detalle. Así que escribo: «Adolorido, pero feliz. Otros días como estos...Mi mamá mañana dará una cena respecto a su cumpleaños, ¿quieres venir? ¡Avísame!P.D. Mamá espera contar con tú presencia.P. D.2 Te quiero, y yo también quiero que vengas, quiero presumirte con mis primos.<3» Lo de la fiesta es real, mamá es una mujer muy extrovertida, le gusta ser el centro de atención y de vez en cuando hace reiniones familiares. Claro que ella no sabe que ahora mismo estoy invitando a Elizabeth a esa fiesta como excusa para sacarle algún tipo de información. Mis primos sinceramente son lo de menos, sé que l
Zack es la persona más puntual que conozco, porque a pesar de que no tenemos un horario establecido, él siempre llega antes que yo. No me molesta, pero me sorprende que sea tan responsable en temas como estos, no por nada es mi mejor amigo y en su debido tiempo deje que fuera el novio de mi única hermana, —Hermano— me saluda este con una sonrisa burlona, ¿qué tiene en la mente este maniaco?—¿Qué necesitas... Zack?— pregunto con mucha cautela.—Tengo una buena idea para ti, es sobre lo que hablamos ayer, sobre que debes de demostrarme, que realmente no buscas vengarte de Bruno por medio de la pobre chica.— A pesar de que estoy de buen humor, esta mierda me está sacando de mis casillas.—Para ya, Zack, no necesito demostrarte nada, ni a ti ni a mi propia madre, así que toma tus ideas y vete ahora mismo con ellas, no haré lo que tú quieras.— Dejo mi chaqueta en mi perchero y me arreglo el cabello con actitud desigual, mi amigo debe de entender que no estoy de humor para él y sus golpes
Es una linda puerta de madera, supongo que es madera cara y de pino. Fuera de la casa hay un número que indica justo el número de la dirección que Harrry me envió, ahora no dudo que este es el lugar correcto. También hay un pequeño cartel que dice: bienvenido, familia Cox. Me siento halagado, pero no creo que mi visita sea tan buena para los que ahora mismo están dentro de esta casa. Sin ningún sentimiento de por medio, toco tres veces la puerta, ni titubeo en ninguno de esos golpes, son fuertes y pausados. —Tranquilo, amigo— dice Zack por milésima vez.—Zack, vuelves a decir algo y te cuelgo— susurro, la puerta se abre de par en par, pero no es quien esperaba, la puerta ha sido abierta por una mujer muy guapa. Sonrío al verla, sí que es bastante linda, una mujer de más de 35 años con cuerpo esbelto y con curvas. Ya veo que Bruno no perdió el tiempo.—Hola chicos, ¿necesitan algo?— una mujer de cabello negro y largo nos recibe, tiene la piel blanca como la porcelana. Tiene una linda