Reviso mi atuendo del día de hoy. George quiere que vayamos a un antro de la ciudad que también está cerca de la playa, él asegura que ha ido y que a pesar de que a él no le gusta ese ambiente, lo ha llegado a disfrutar. Por eso, le dije que sí como las otras siete veces que me ha propuesto hacer algo antes. No todos los días salimos, pero durante estas tres semanas juntos nos hemos divertido al máximo. Días y noches de playa, tardes en una cafetería y mañanas juntos preparándonos el desayuno, ahora sé cocinar un poco más de platillos y todo gracias a él.
La falda negra que he decidido ponerme acentúa ligeramente mis curvas. No es tan pequeña, pero por alguna extraña razón, se me levanta más de atrás que de adelante... creo que mejor no la usaré. Es que carajo, se me ve tan bien que no quiero quitármela, pero mis ganas de estar cubierta sin que nadie pueda verme es más grande.
¿Por qué tendría que estar cubierta? Número uno, estamos en una zona de playas
Con los dos tragos en las manos, camino hacia cualquier otro lugar que no sea la zona de la barra. Ese encuentro extraño me dejó aturdida, ¿qué fue eso? Hemos frecuentado el lugar varias veces, podría decir que más de lo que puedo contar y en todas esas ocasiones no he visto al chico del trapo amarrado en la cabeza. Pero en cambio, él asegura que me ha visto antes y eso no puede ser si yo no he visto, en fin. El hombre quizás solo quería hacer amable y no estaba coqueteando conmigo, no todo acercamiento con un hombre significa eso, así que dejaré de hacerme falsas ilusiones porque si lo hago, todo saldrá mal. —¿A dónde ibas? Pareces una loca despistada y con la mirada perdida.— George habla cerca de mi oreja para que pueda escucharlo por encima de la música estruendosa y las voces. Tiene su mano en mi cintura, cosa que en las tres semanas no había hecho. ¿A caso se ha dado cuenta de que ese hombre de la barra me habló? Me muevo incómoda debajo de su mano e inme
Puedo mejor cuando no está detrás de esa barra, puedo admirar mejor su cuerpo. Es alto, un poco más alto que George, pienso que quizás mida 1.85 un poco más o un poco menos. Tiene una camiseta negra y unos pantalones de vestir del mismo color que le lucen tan bien que da envidia. Es de piel blanca, pero el bronceado constante le da un aire apiñonado delicioso. Su cabello es que toma protagonismo en este caso. —Hola, amigo— responde George con un poco de sequedad, puedo ver como le incomoda que Darian tenga los ojos puestos en mí en lugar de él. ¿Son celos los que percibo por parte del Vampiro? Espero que no lo sean, es lo que menos quiero por ahora, problemas de ese tipo no caben en mi nueva vida. George pasa una mano sobre la mía, el gesto me sorprende y hace que por inercia, yo retire la mano. Darian mira la escena a detalle, observa mi rostro y sonríe al ver que lo que ha hecho el Vampiro no me ha gustado. Y no, no me ha gustado, es mi amigo, ni debería de i
El corazón me late con fuerza, siento que en cualquier momento se saldrá de mi pecho por la fuerza en la que late desbocado. Las piernas tampoco me tiemblan y no puedo dar ni un solo paso.—Eli, vamos. Rápido. —Sus palabras son claras y las entiendo, pero no logro hacer que mi cuerpo responda, no puedo.— Dame la mano.— Siento la presencia de su piel contra la mía, toma mi mano y me jala hacia la casa de Daniel.La casa se ve impetuosa, grande y vacía. Las ventanas están cerradas y el pasto ha crecido al rededor de ella, está descuidada y eso me causa un sentimiento de tristeza. Esta casa es el reflejo de lo que siento o de lo que mi corazón siente y ahora me puedo dar cuenta, estot destruida, pero mis vacaciones hicieron que por un momento me sintiera otra. ¿También será el reflejo de Daniel? Espero que sí, espero que esté sufriendo más
¿Cómo debería de sentirme al escuchar sus palabras mal intencionadas? Así es como una total fracasada, todo mi esfuerzo y mis intentos por proteger a mi, ahora, mejor amigo del hombre al cual se supone que amaba, pero que no conozco, ha fracasado. Todo se ha ido por el retrete en cuestión de segundos. Pensé que había logrado llevar un perfil bajo, donde principalmente Daniel no supiera sobre mi paradero y sobre la nueva amistad que he forjado con el primo de su mejor amiga, pero al parecer Daniel es un todopoderoso. Pero no creo que sepa quien es George para mí, ha puesto a que solo sabe que he estado todas estas semanas con él. Pero aún y con eso, ¿qué otras cosas sabe? ¿Sabe en qué lugar he estado? ¿A qué deidad debo de rezarle para que eso no pase? Por favor, no puedo desear otra cosa más que eso, que él no sepa sobre mi nueva casa, mi nuevo hogar, porque he pensado en quedarme ahí para siempre.—¿Te ha comido la lengua el gato? Supongo que es verdad, puedo ver el miedo en
Hubiera preferido que mi regreso a la hermosa casa que me ha acogido por semanas, fuera un poco más feliz, pero en su lugar he llorado todo el trayecto. En ocasiones, tuve que detenerme a la orilla de la carretera y esperar a que las convulsiones post llanto disminuyeran o se fueran, pero cada vez que se iban, un llanto arrasador me invadía y me veía obligada a parar. No hay otra cosa peor que viajar estando triste y totalmente destruida por el hombre que aún amas. Espero que esto no se vuelva a repetir, esta sensación de humillación y despojo no la quiero sentir otra vez en mi vida.Abro la puerta de la casa esperando una silueta que me pudiera abrazar y consolar por todo lo que he pasado en tan solo un día. Pero en vez de eso, me encuentro con una estancia en silencio y a oscuras. Encuentro el interruptor de la luz con mi mano y enciendo la luz, me topo con un florero lleno de flores y una nota a su costado. El corazón que tengo en el pecho se vuelve loco por los nervios, ne
Cada palabra que sale de la boca del guapísimo hombre que discute con mis nuevos amigos flotan por el aire. Son difíciles de entender para mí, solo noto como mueve sus labios, no había notado sus labios.—¿Los conoces?— su voz suena rara para mí, pero logro entender lo que dice. Solo me limito a negar con la cabeza y ha intentar de dejar de ver doble y con colores más intensos de lo normal, pero me resulta una tarea imposible. —No sé porque demonios siento que debo de ayudarte a salir de aquí y eso que es mi sitio, yo lo manejo y confío en la incorruptible seguridad.Cada paso que doy se siente como un brinco sobre nubes esponjosas, es como si Darian me llevara volando en vez de caminando. ¿Estoy caminando? Creo que no lo estoy haciebdo en verdad, mi mente no está confundida después d todo. No voy caminando, Darian va caminando conmigo en brazos. ¡Darian me está cargando! Repentinamente, el bullicio de la gente y la música cesan, se escuchan muy poco, casi nada,
Con ayuda de mis manos, hago fuerza para ponerme de pie y para sopresa de Darian, lo hago bastante bien, no me tabaleo ni me mareo. Es como si estuviera sobria.—¿Ves? Solo necesitaba unos cuantos minutos para reponerme.— Arreglo mi ropa con las manos e inmediatamente me muero de la vergüenza por mi atuendo. El pantalón que llevo puesto es de mezclilla clara, es tan fácil que si lo manchas, la mancha se mire a kilómetros de distancia. —Ya es hora de que me vaya, mi noche fue interrumpida. —Mi queja no le hace mella, no le importa haber interrumpido mi diversión con esas nuevas y desconocidas personas.—¿Te vas tan pronto?—¿Debería de quedarme más tiempo?— observo su rostro, especialmente su reacción. Se ve decepcionado, ¿pero por qué tendría que estarlo? ¿Por qué me tendría que quedar con él? Si ni siquiera me ha preguntado nada por mí, no tiene interés por mí.—Además... dices que estaba corriendo peligro con Alex y sus amigos, pero, ¿estoy a salvo contigo?
Dos años antes... (época en la que Elizabeth y Daniel se conocieron)DANIELDesenredo mi cabello con ayuda de mis dedos, instalarme de nuevo en mi vieja habitación que dejé sola por cinco años hizo que todas mis cosas desaparecieran cuando más las necesito. Si quiero una botella con perfume, bueno, no la encuentro, pero si no quiero el otro calcetín que quería ponerme ayer, lo encuentro mágicamente.Después de cinco años estoy de nuevo en Parsons, en mi manada y en mi habitación de adolescente, no estoy tan viejo, solo han pasado cinco años y ya, no toda una vida. Aunque esos cinco años han sido suficientes para hacerme ver como un señor de treinta y no alguien que está a punto de cumplir los 24 años. No, no quería celebrar mi cumpleaños porque sencillamente llevo todo este tiempo que he pasado fuera de casa sin celebrarlo, se me hace totalmente innecesario, sin embargo, mamá cree que es una buena idea hacerlo para que todo el mundo sepa