Llego al bar Cliff and Mills cuando los chicos ya están sentados y con sus bebidad en su mesa. Hubiera llegado antes, pero es que mi mente estaba confusa, si no me tomaba un pequeño descanso podría hacerme daño conduciendo. Lo que me dijo Lilly ha echo que no pueda para de pensar que es lo que trama Daniel intentando comprar la casa de su ex mate. Tan al menos tiene la decencia de no ir personalmente a cerrar el trato en su defecto ofertar una propuesta. Ahora, lo único que necesito es saber que es lo que piensa hacer, ¿la compra por nuestro antiguo plan de iniciar en los bienes raíces o simplemente porque se trata de ella? Deseo que sea por lo primero, porque de otra forma no puede ser.
—Hola—saludo en cuanto llego a la mesa de mis amigos quienes conversan animadamente, incluso siento que he llegado a interrumpir con mi presencia. —Siento llegar tarde, tuve un contratiempo en el camino— miento.
—No te preocupes, Eli, hemos pedido una botella de vino, además
Mantengo la calma, no puedo quedar como una niña inmadura ante ella. Mis amigos me observan atentos al ver mi cambio de humor repentino y creo que de los dos, solo George sabe por qué estoy tan tensa y con ganas de que la tierra me trague. Ella está ahí, parada junto a mi auto esperándome, acechándome como una verdadera cazadora a punto de atrapar a un pequeño corderito. Pero me temo que el corderito no se dejará atrapar ni intimidar.—¿Eli?— la masculina voz no me saca de mi trance, nada más me distrae. —¿Es ella?— susurra cerca de mi oreja para que mi amiga no escuche, agradezco su discreción ante una situación que no quisiera que nadie supiera.— Bueno, nos vemos luego, Eli, llevaré a Sofía por un café, supongo que el vino le afecto un poco la cordura— le echo un vistazo a mi amiga, efectivamente tiene la pinta de no
—¿Cómo sabes eso?— responde alarmado, está como un niño que ha sido descubierto haciendo una travesura. —¿Ella te lo dijo?—Con tantas preguntas me revuelves la cabeza, así que escucha solo lo que te voy a decir, Daniel. No tengo ni la más mínima idea de lo que tramas, ni lo que ocultas, solo sé que esto rebasa mis límites. Ella me siguió, me espiaba cuando estaba con mis amigos, no sé si está loca o está muy afectada por lo que le hiciste, también me comportaría de esa forma si pienso que mi amiga está desaparecida. Bueno, realmente está muerta por tu maldita culpa y tu control limitado.—¿Me estás culpado de algo?— le lanzo una mirada asesina, le dije que no quería más preguntas, porque no las voy a responder, así como él acostumbra a hacer.— Mira Elizabeth, yo no tengo nada que ver con que ella te aceche, desconocía ese detalle hasta hace un momento. Y respecto a la casa, sí, si la quiero comprar, no te lo voy a negar.—¿Se van a ver?— ya sé los deta
EMMAEl día de la fiesta de compromiso…He tenido que terminar la llamada con mi madre, al escuchar lo que le he dicho se ha vuelto completamente loca. Sus gritos aturdían mis oídos así que preferí dejar de escucharla. Nada me va a detener de la tontería que pienso hacer, la ayuda de esa gente puede hacer que de con Julieta. Lo que me puedan decir es muy importante para encontrar a mi amiga sana y salva.Me levanto del suelo y arreglo un poco mi ropa. Acomodo la capucha de la sudadera que llevo y empiezo a caminar hacia la salida con el corazón latiéndome como una máquina sin control, esto es arriesgado.¿Qué sentiré al verlo de nuevo? ¿Qué sentirá él a verme? Espero que se desmaye de la impresión, fue un hijo de puta conmigo, es lo menos que se merece. Yo soy la más afectada de esto, él está tan gu
A penas mi mente ha procesado que ya han pasado varias horas desde que Daniel y yo discutimos y decidió dejarme sola. No se lo reprocho porque estar sola hace que pueda reflexionar mejor sobre lo que siento. Son más o menos las tres de la madrugada y el insomnio se hace presente, no me deja cerra los ojos para poder descansar de este día de mierd*. Quiero dormir, pero mi mente quiere estar despierta pensando sobre asuntos que sería mejor olvidar. Los ojos de mi amado vienen a mi mente cada vez que junto a los párpados e intento dormir, me acechan y me causan escalofríos por todo el cuerpo. Es una sensación extraña y doloroso a la vez, porque sé que dentro de esa mirada está el hombre que conozco, el que conocí desde hace dos años.Mi ritmo cardíaco se acelera al escuchar un ruido proveniente de la sala de estar o de algún lugar de la primera planta. Tecito no puede ser porque increíblemente ha decidido dormir conmigo, aunque su padre no esté aquí. Reviso el reloj, son las 3:5
Las palabras hacen eco en mi cabeza varias veces antes de yo pueda comprender lo que ha dicho. No puedo diferenciar la verdad de ello o si es por hacerme daño, hacerme rabiar.—¿En serio crees Elizabeth que yo soy tu mate? Hay que ser demasiado ingenuo para pensar eso, yo... simplemente quería salvarte de esa presión social de ser rechazada.—Estás... mintiendo...— comento con la voz temblorosa, casi ronca e inexistente.—Se acabaron las mentiras, cariño, ya no hay mentiras. Solo verdades y desgraciadamente para ti esa es la única verdad.—No te creo, Daniel, algo me dice que estás mintiendo...—No necesito que lo hagas, no necesito que me creas, pero es tu decisión. La gente ignorante es feliz, por eso es que nunca quise decirte la verdad. No quería que sufrieras... —se ríe amargamente. —Estoy tan arr
No sé si se han ido o siguen fuera, pero yo estoy demasiado ocupada para mirar por la ventana y verificarlo. Me quito los pantalones y los sustituyo por unos jeans que gloriosamente me quedan. No son tan ajustados, son un corte distinto al típico pantalón mega entallado, este es más recto y te da más libertad. Ni siquiera me preocupo por si la ropa que me estoy poniendo combina, eso es lo de menos, lo verdaderamente importante es quitarme la pijama de encima. No puedo seguir llamando la atención vestida de esa forma, ya es suficiente las humillaciones.—Maldición —susurro en cuanto me atoro con una de las cintas que tiene la blusa que he comprado, no sé ni por donde meter la cabeza o los brazos. Me la quito y me pongo mejor una camiseta blanca dos tallas más grande que la mía.¿Estoy destinada a que todo me vaya mal o porque tanta mala suerte? Me calzo las botas y salgo
Emma...No necesito ser tan inteligente como para darme cuenta de que definitivamente llegue en el peor momento, es decir, estoy interrumpiendo una fiesta con mínimo 20 personas de invitados, los cuales quizás la mitad saben quien demonios soy. Esto no era lo que tenía en mente, supuse que solamente me encontraría con Daniel, no con toda su familia y familia política. Respiro hondo, ya estoy aquí y huir creo que de ninguna manera es lo correcto, ya me he develado, no puedo huir en este momento. Siento varios pares de ojos en mí y no sé si es por mi desafortunada posición, si por quien soy o por mi vestimenta fuera de la etiqueta de la fiesta. La primera persona a la que puedo ver a los ojos es a Zack, quien está estupefacto, está totalmente impresionado por verme y es que para todos aquí es como estar viendo a un fantasmal.—Felicitaciones a ustedes— el grito de la que algún día fue la amiga de mi madre y mi suegra me saca de mis pensamientos y sobresalta a Zack, pienso
A pesar de mi fuerza y de mis ganas de detener mi llanto, mis lágrimas ni cesan. Mis ojos sueltan las corrientes de lágrimas sin parar, tanto que me sentí deshidratada. Esta es mi segunda noche fuera de casa y no puedo sentirme más triste o más sola. Sé que no éramos perfectos, pero como él lo dijo, funcionábamos.¿Qué va a ser de mi vida sin él? Estaba tan segura de pertenecer a su lado que nunca me planteé la idea de dejarlo o que algo entre nosotros saldría mal. Pero ahora no solo estoy lejos de él, sino que ahora también sé una verdad que me ha resultado muy dolorosa y difícil de creer.—No soy su mate— susurro para la oscuridad de la habitación de hotel. —¡No soy su mate!— grito más fuerte, lo hago entre lágrimas y jadeos.Santos cielos, yo, Elizabeth Kelley no es más qu