Elizabeth va a mi lado, parece estar comoda en el asiento mientras mira la ventana. Ella y su serenidad me gustan, me hacen sentir lo mismo, la serenidad se me traspasa cada vez que la veo. Incluso, me imagino en un sendero con ella tomándola de la mano sintiéndome casi libre y libre de culpa, pero algo me dice que no soy ni seré merecedor de sentir algo así de auténtico y bonito, real. Suspiro hondo, me siento cómodo con ella y eso que ni siquiera estamis hablando. Por un segundo cierro los ojos, me doy cuenta de que no... no puedo llevarla a mi casa, a la casa de Emma... tenerla ahí entonces sí sería un insulto para su memoria y para nuestro amor... no puedo llevarla a ese lugar, básicamente es sagrado. —Te voy a llevar a conocer una pequeña casa— la cabaña familiar, esta dentro de nuestro territorio, pero demasiado alejada de donde están todos. Solo he ido una vez desde que llegué y me di cuenta de que su fachada ya está deteriorada, se ve frágil e incluso a perdido de su toque ar
Sí, sabía que ella podría decir, porque vamos, ¿cómo podrías decirle que no a alguien como yo? Si, soy bastante presuntuoso y tengo el ego hasta el cielo, alguien debería de decirle a Elizabeth que deje de contribuir a mi egocentrismo, porque a la sociedad no le hace nada bien. Tener a Elizabeth aumenta mi ego, porque no hay ninguna conexión predispuesta por la luna, ni por el destino, simplemente soy yo fingiendo que soy su mate, cosa que solo mi familia sabe que no es así. Ella está a mis pies, eso es lo que me hace sentir más seguro de que si yo no lo quiero, Andrew jamás tendrá ni una sola oportunidad más con esta chica, a la que ahora mismo le sostengo las manos y miro con una falsa ternura... sus ojos están iluminados y la noche cae sobre nosotros haciendo aún más especial el momento de algo tan falso. Sé que este momento la acompañará durante dias y no dejará de pensar en el día en el que su mate, o sea yo, le pidió que viviera con él a pie de un río, a pie de una cabaña ilumin
A quedado agotada después de tanto frenesí y de tanta adrenalina. Su pequeño cuerpo yace en la cama, desnudo, libre y comodo en el colchón. Parecería que no hay nada en este mundo que pueda interrumpir su paz y serenidad, ni si quiera yo y mi mierda. No puedo descifrar que es lo que siento cuando la miro, al menos ahora, ahí, tumbada en la cama, dormida, se me infla el pecho de una clase de tranquilidad que casi nunca siento. Cuando la veo tiendo a olvidarme de mi tormentoso pasado. No hay nada que me moleste cuando la veo, ella es una... droga para mí, no de las que yo vendo. No, ella es la morfina de mi dolor, ella me seda, ella me calma y lo peor es que ella ni siquiera lo nota. No nota que ella es la droga más pura que yo alguna vez podré probar. Y tal y como una droga, en este punto, ella me resulta adictiva, sabía que eso sería así una vez que yo decidiera probar su cuerpo y más de un beso pasivo y limitado. Me siento culpable, no puedo creer que sobre pasé los limites con ella,
Acabo de darme cuenta de que desearía con todas mis fuerzas quedarme un día más con ella, tan solo un día más, pero tampoco quiero que su madre me odie por sacarla de su casa tanto tiempo. Aunque tengo la seguridad de que nadie puede odiarme, yo soy un Clark, todos por aquí necesitan y desean tener una amistad con nosotros. Y todo por distintos motivos, protección, seguridad, beneficios económicos y de poder, pero no muchos por aquí tienen ese privilegio. Ser el "mate "de Elizabeth, para su manada debe de ser... un respiro, una salvación, porque significa que de alguna manera ambas manadas estarán unidas de manera forzosa, pero al diablo. No me importa que Elizabeth pertenezca a ella, si le tocan un pelo o alguien más de esa manada insípida le hace daño... haré lo posible por destruirla. Sonrío irónicamente, creo que debería de empezar con la propia destrucción de mi manada. Alguien por aquí puede hacerle daño a Elizabeth y definitiva ese soy yo. —Buenos días —me susurra en cuanto ab
—Hey— susurra Elizabeth a mi lado, ya no está acostada, está sentada a mi lado mirándome fijamente. —¿Pasa algo?— niego con la cabeza, pero también lo hago para simplemente borrar mis pensamientos. —Fue como si te hubieras ido de aquí. —Estoy bien, estoy bien —respiro hondo, que difícil está resultado esta mierda, creo que es la primera vez en años que tengo recuerdos tan lucidos, tan reales. Es como si me transportara a la época en la que todo eso pasó, se siente tan real que por un momento me sentí de 19 años.—¿En serio? Me asustaste, te hable y no... contestabas, sentí miedo— la miro directo a los ojos, es verdad, está asustada. —Lo siento. Es que estaba pensando en algo y divague, no sé que pasó, pero estoy bien —elĺa asiente agradecida por mi explicación. —Estoy bien, en serio, Eli —me levanto de la cama y camino hasta el baño, necesito lavarme la cara con agua fría, lo suficiente como para despertar completamente del trance en el que estaba hace unos segundos. —Emma, ¿esta e
Observo como Elizabeth entra a su casa, se despide de mí desde la entrada con la mano, manteniendo una sonrisa muy linda en el rostro. Al parecer ella está feliz, la pasó bien conmigo y yo... yo todo lo contrario y no por ella, carajo, ella es todo lo bueno de este mundo. El problema siempre voy a ser yo y los fantasmas de mi pasado que al parecer se empeñan en seguirme. Es su nuevo hobie, perseguirme, entran a mi cabeza atormentandome. Haciendo que no pueda estat en paz con nadie, ni siquiera con la única mujer que me da la tranquilidad que necesito para mi vida llena de mierda. Necesito un baño, no porque este sucio, no, simplemente necesito recuperar un poco de codura, y la podré recuperar con un baño de agua fría y quizás unos cuantos cubos de hielo. Necesito despejar mi mente de eso malditos recuerdos. Conduzo por la vereda hasta llegar a la carretera principal que me lleva hacia mi territorio, no iré a casa, iré a la casa de Anthony. Necesito tranquilidad, paz y relajarme, en l
—De nada hermano, ¿pero estás bien?— se sienta al borde de la bañera mirandome fijamente, retiro mi mirada de él, simplemente miro al techo, dejándome llevar por la sensación de ardor en el cuerpo. —No, no estoy nada bien... pero no quiero hablar de ello— respondo— estoy... cansado de todo— admito.—¿Quieres hablar sobre ello, hermano?— asiento ligeramente, no me vendrá mal poder liberarme de esta mierda. —No pensé que estar con Elizabeth desencadenaría muchas cosas, nadie en mi casa la acepta, al menos creo que Natasha la admite como amiga...— empiezo a decir.—Natasha adopta a cualquier persona, eso es lo bueno de ella— sonrie como tonto al pensar en ella, ojalá Zack fuera su mate, pero todos sabemos que eso no será así, por eso están sepadados, ninguno de los dos quieren dañarse.—En mi casa ella es la única que le habla con amabilidad verdadera, mi mamá es sarcásticamente amable... no sé como puede hacerlo, sonríe como si le cayera bien, pero sé que no es así. —¿Y tu papá?— pr
—Tengo que mostrarte algo —me muevo en la bañera con intenciones de ponerme de pie.—Eh... no, ¿qué haces?— voltea la cabeza al lado contrario para no verme, pongo los ojos en blanco, no quiero que me vea nada de mis partes íntimas, esas solo las ven la chicas y... ahora Elizabeth. —No seas idiota, Zack, no quiero mostrarte eso, quiero que veas esto— coloco mi dedo en el tatuaje, mi amigo con miedo voltea a verme.— Esto, ¿lo ves?— alza las cejas soprendido, pero después de eso frunce el ceño sin entender nada.—¿Un tatuaje con su nombre?— asiento con obviedad— no, Daniel... en serio que vas mal con todo esto. —Cierra la boca Zacky, tú fuiste el que me retó a hacer algo que demostrara que no estaba jugando con Elizabeth solo por ser la hija de Bruno, bueno, pues aquí está esa prueba —Zack niega con la cabeza, desaprueba lo que ve, pero él es el causante de esto.—Me sorprendes Daniel, no paras de hacerlo, cuando creo que te mantienes cuerdo y centrado, haces algo que me demuestra que