Highland, Escocia.
Sabía que aquí te encontraría. –dijo Kylie Cavendish a su hermana Giorgiana y añadió: “Mamá estaba preocupada por ti y al ver que tardabas en regresar, me envió a buscarte. ¿Estás bien?”Si, estoy bien. Sólo perdí la noción del tiempo. –contestó Gigi.No, no estás bien, a mí no me puedes engañar. ¿Qué ocurre? ¿Te mareaste de nuevo? ¿Tienes fiebre acaso? –preguntó Kylie a su hermana, acercándose a ella, para verificar su estado de salud.Tranquila, hermana. Estoy bien, sólo un poco fatigada, por eso me senté bajo este árbol. –le dijo Gigi.¿Qué pasa, Gigi? ¿Por qué hoy te noto tan decaída y desanimada? –preguntó Kylie y agregó: “Por favor, confía en mí.”Tú eres la persona en la que más confío de verdad. No sé como explicarlo, pero los recuerdos me han abrumado hoy más que nunca. –dijo Gigi.¿Recuerdos de cuando vivías con el Duque de Wellington? –inquirió Kylie.Sí. Pienso en lo feliz que fuí a su lado y en como ahora mi vida y la de ustedes, ha sido arruinada por mi causa. –le dijo Gigi.¡Tú no eres culpable de nada, Gigi! –exclamó Kylie agregando: “El único responsable es el Duque de Wellington, que no supo confiar en ti y te creyó capaz de cometer semejante monstruosidad en su contra.”Yo también soy responsable de esto, porque si yo no me hubiese casado con él, todos seguiríamos en Inglaterra: papá en su negocio de cría y venta de pura sangre; mamá no viviría tan angustiada todo el tiempo por el dinero; ustedes se habrían casado con ricos terratenientes ingleses gracias a los contactos de padre, por su negocio de venta de caballos. Tú, por ejemplo, te ibas a casar con el Conde de Kent y ¿Qué pasó? Él rompió el compromiso por lo que ocurrió conmigo. -le dijo Gigi. ¡Basta, Gigi! –exclamó Kylie. “La cancelación de mi compromiso con el Conde de Kent nada tiene que ver contigo. Al contrario, tiene que ver con su falta de cerebro y su ausencia de buen gusto. Mira como me cambió por la estirada de Lady Sheldon. ¿Te parece que ese sea un hombre que merezca mi amor?” –agregó ella, haciendo reír a Gigi.Gracias por hacerme reír, lo necesitaba hermanita. –le dijo Gigi y la abrazó.Tú sabes que estoy contigo siempre. –le dijo Kylie, respondiendo cálidamente. “Gigi, yo soy consciente de lo imbécil y cretino que fue Adler Remington, pero, si él se da cuenta del engaño que fue lanzado en tu contra y de corazón se arrepiente, ¿Estarías dispuesta a perdonarlo y a reconstruir lentamente tu relación con él? Dime la verdad, ¿Todavía amas a Adler Remington?” –agregó Kylie.
¿Tú crees que yo podría perdonar y amar al hombre que destrozó mi vida por completo? –le preguntó Gigi.Sé que por todo el daño que te hizo, tu corazón debería odiarlo, pero viendo tus ojos en este momento, puedo darme cuenta que no lo odias. Al contrario, aún lo amas y te lastima amarlo tan profundamente. Tengo razón en lo que digo, ¿Cierto? –le dijo Kylie enfrentándola con la realidad que Gigi se negaba a reconocer con su boca, pero que con sus ojos expresaba a gritos.Después de un largo silencio, Giorgiana dijo: Tienes razón, Ky. Aún lo amo, a pesar de que es el culpable y responsable de todo mi dolor actual. Lo amo tanto o más que hace dos años. Sin embargo, la reconstrucción de mi relación con Adler no puede ocurrir, aunque yo lo ame tan profundamente.Yo sé que Adler te humilló valiéndose de su posición como Duque, pero, si tú lo amas y lo perdonas, estoy segura de que, con el tiempo, volverás a ser feliz junto a él. –dijo Ky.
Aunque yo pudiese perdonar a Adler, nuestro amor ya no tiene futuro Ky. –dijo Gigi con tristeza.Eso no lo sabes, Gigi. Tal vez, si lo perdonas y, poco a poco, le permites acercarse a ti, él te ayude a vencer el miedo que vive en ti y, así, hasta tu salud pueda mejorar. Quizás él pueda ayudarte a reparar tus emociones. –le dijo Ky.Es muy difícil perdonar y olvidar todo lo que viví. Pero, aunque yo quisiera volver con él, Adler jamás me recibiría de nuevo; y mucho menos, si se entera de lo que me pasó hace un año. –dijo Gigi con lágrimas en los ojos. “Estoy segura de que, si él lo sabe, no creerá que fue en contra de mi voluntad y ahora si me ejecutaría por impura.” –agregó Giorgiana.Lo que te pasó no fue tu culpa, no te recrimines más. Tú no eres la responsable de que te hayan… –dijo Ky, pero calló al darse cuenta de lo que estaba a punto de decir.
¡Dilo Kylie! –gritó Gigi con rabia y añadió: “De que me violaran y ultrajaran hace un año, dejándome abandonada e inconsciente en medio de una fuerte nevada, provocándome una enfermedad quizás incurable.” -y diciendo esto, Giorgiana cayó de rodillas, no pudiendo soportar más su dolor y comenzó a llorar amargamente.Perdóname, por favor hermana. No fue mi intención ponerte en ese estado con mis palabras. ¡Perdóname! –dijo Ky mientras levantaba del suelo a Gigi y la abrazaba fuertemente, mientras también lloraba.
No te preocupes, ya me siento mejor. Pero, ¿Ahora te das cuenta por qué mi amor con Adler no tiene futuro? ¿Crees que el Duque de Wellington querrá estar de nuevo conmigo si se entera que he sido mancillada? –dijo, mientras correspondía al abrazo de Ky, mientras aún lloraba en silencio.
Wellington Hall, Inglaterra.
Sólo espero que Giorgiana al menos quiera escucharme. Tengo que decirle personalmente que su exilio ha sido anulado. De alguna manera, trataré de convencerla de que regrese a Inglaterra, para que pueda ser atendida por los mejores médicos del país. Es urgente que ella regrese. –dijo Adler con determinación. Adler, tienes que hacer todo lo posible para traerla de vuelta. –dijo Ethan Remington, Duque de Sutherland y hermano de Adler, quien estaba en Wellington Hall por petición de su hermano. “Haz lo que sea necesario hasta lograrlo.”Eso haré, Ethan. Así tenga que vivir de rodillas ante ella toda la vida para que me perdone, lo haré. Pero, les doy mi palabra de que Giorgiana Cavendish volverá aquí y estará bien. Eso lo prometo, mis Lores. –les dijo Adler a los Duques de Norfolk y de Sutherland.
De repente, el señor Thompson tocó la puerta del despacho y al entrar, le entregó al Duque de Wellington una carta sellada dirigida a él. A medida que Adler leía la misiva, su pulso y su corazón se aceleraron frenéticamente y, debido a la furia que sentía en ese momento, su rostro palideció ante las miradas llenas de desconcierto de Ian e Ethan.¡Esto no puede ser! –gritó el Duque de Wellington, dejando atónitos a sus acompañantes, mientras golpeaba la pared repetidas veces con su puño.
Wellington Hall, Inglaterra.¡No puede ser! –gritó Adler de nuevo y se sentó, derramando lágrimas de dolor y frustración.¿Qué pasa? ¿Cuál es el contenido de la carta para que te alteres de tal forma? –preguntó Ian a su amigo.¡La violaron! –exclamó Adler, horrorizado al pensar en cómo su Gigi había sido lastimada. “Esto no me lo perdonaré nunca.”¿A quién violaron? ¿De quién hablas? –preguntó Ethan a su hermano.Léelo por ti mismo. –le respondió Adler, entregándole la carta. Ethan e Ian la leyeron, ambos con ojos desorbitados por asombro y rabia.¿Cómo estás tan seguro que eso es verdad? –le preguntó Ethan.Esta misiva me la envió el detective Wickham. –le dijo Adler y, para su hermano, esto fue suficiente para saber que era cierto, ya que el detective Wickham fue el que descubrió el engaño que había sido lanzado en contra del Duque de Wellington, por lo que no había duda de su veracidad.Pero, ¿Cómo ocurrió todo esto? En la carta dice que esto pasó hace un año. ¿Quién pudo haberle h
Highlands, Escocia.¿Qué dices? ¿El Duque de Wellington viene hacia aquí? Pero, ¿Por qué? –preguntó Giorgiana, conmocionada al recibir esa noticia.Aún no lo sabemos. La carta no lo dice, lo único que se nos notifica es que a las dos de la tarde del día de mañana, el Duque llegará a nuestro hogar, porque necesita conversar contigo sobre un tema muy importante. –le dijo su madre. ¿Qué tema importante tengo yo que hablar con ese hombre? –gritó Gigi furiosa. “¿Acaso no fue él mismo quien me hizo firmar un documento en el que me exigía que renunciara a todo derecho que tuviese en la Corte, a cambio del exilio a otro país, en lugar de ser decapitada? No entiendo por qué tiene que venir ahora. ¿Qué es lo que pretende? –agregó ella.Cálmate hermana, el que te alteres no te hace bien. ¿No lo ves? Al fin él quiere escuchar tu versión de los hechos, eso es una muy buena noticia. –le dijo Kylie, tratando de tranquilizarla.¿Buena noticia Kylie? ¿No te parece que ya es un poco tarde para eso? –c
El reloj marcaba las 4 de la mañana, cuando el Duque de Wellington partió hacia Escocia en su carruaje particular, el cual lo llevaría a las Highlands escocesas. Este lo llevaría más rápido que si se fuera a caballo, aunque en toda Inglaterra era bien conocida su habilidad para la equitación, la cual practicaba desde niño, convirtiéndolo así en un jinete prodigioso.Mientras tanto, en casa de los Cavendish, para Giorgiana fue imposible conciliar el sueño. Pese a que su madre, Kylie y, posteriormente su padre la tranquilizaron, con respecto al miedo que sentía de ser ejecutada por orden del que fue su esposo, el no saber el motivo que llevaría al Duque de Wellington a su casa esa misma tarde, la sumió en una profunda y total incertidumbre. Su mente se vio envuelta de crueles recuerdos sobre un feliz pasado que, hasta ese momento, ella mantenía enterrados en el fondo de su corazón, impidiendo que ese pasado la atormentara como lo estaba haciendo ahora, con lo que fue y pudo seguir siend
Transcurrieron varios minutos, en los que tanto Adler como a Gigi, se quedaron mirándose en absoluto silencio, ya que ninguno de los dos era capaz de pronunciar la primera palabra.“¡Dios, que hermosa está! No puedo creer que aún después de dos años su presencia haga que todo mi interior se estremezca por completo. Y sus ojos, ese par de profundas y oscuras acuarelas que tanto amo, las cuales hoy me conceden un toque de dulce inmortalidad. ¡Cuanto me gustaría de nuevo perderme dentro de sus profundidades! Y su cabello… veo que tiene el mismo efecto en mí que hace dos años, aunque ahora lo lleve a la altura del cuello. Está mucho más hermosa de lo que recordaba, su rostro se ve aún más encantador e inocente que antes. Y sus labios, ¡Cuanto diera yo por volverlos a sentir en los míos! Mi amor, te prometo que, a partir de hoy, me dedicaré en cuerpo y alma a conseguir tu perdón; y te prometo que, desde hoy, mi única misión será devolverte la felicidad que te fue arrebatada, sin importar l
Giorgiana estaba sin palabras al ver la escena que frente a ella se reproducía: el poderoso Duque de Wellington, estaba de rodillas esperando que ella lo lastimara físicamente, para que así dejara de odiarlo como se suponía que ella lo odiaba. Algo que para Gigi era imposible, ya que, pese a todo el daño que le causó, Gigi no podía despreciarlo. Sin embargo, él debía entender lo mucho que la hirió.Levántese Su Excelencia, no me hagas esto, por favor. Tú no puedes presentarte ante mi y arrodillarte para pedirme perdón. ¡Levántate ya! –le dijo Giorgiana sollozante.Perdóname Giorgiana. Si yo tengo que vivir arrodillado ante ti, para que no me odies, lo haré toda la vida, yo sólo aspiro que me perdones y que no me odies tanto. –imploró el Duque de Wellington.Yo no te odio Adler Remington. A pesar de todo, nunca te he odiado. –le respondió Gigi.¿No me odias? ¿Por qué no me odias, si eso es lo que yo merezco, por la canallada que te hice? Merezco tu desprecio, tu repudio y hasta tus gol
¿Te confieso algo? Eres el primer hombre al que le permito acercarse a mí en mucho tiempo, específicamente desde hace un año. –le dijo Gigi y, rompiendo el abrazo, se levantó del suelo y agregó: “Espero que entiendas todo lo que este paso que acabo de dar significa para mí. Y, no sólo que lo entiendas, sino que también lo valores.”Créeme que lo valoro, pues sé lo que significa dar este paso para ti. Por eso, voy a dar todo de mí, para demostrarte que las cosas ya no son como antes. Ahora tu bienestar físico y emocional son mi más importante prioridad y la única misión que en este momento me importa llevar a cabo, sin importar lo que tenga que hacer para conseguirlo. –le dijo Adler, levantándose del suelo. “Por tal motivo, aunque sea muy difícil o imposible para ti, trata de creer en mis palabras.”Está bien. Aunque me cueste, intentaré creer en ti, Adler. Ahora, cambiando el tema, ¿Te puedo hacer una pregunta? Pero, te pido que no la vayas a malinterpretar, por favor. –le dijo Gigi t
No sé qué le sucede a Andrew, él nunca me había tratado de ese modo; y Brooke, ¿Escuchaste sus palabras llenas de tanto odio? Aún me cuesta entender que su repudio hacia Giorgiana sea motivado por el hecho de que ella sea una plebeya. Por Dios, Eric, ya no estamos en la edad media, para que nuestros hijos se sientan superiores solo por pertenecer a la Nobleza, es algo que aún no asimilo. –dijo Leslie entristecida.Cálmate cariño, por favor. Andrew y Brooke tienen que entender que el ser aristócratas no nos hace mejores que los más desfavorecidos, sino todo lo contrario. Nos da herramientas para poder ayudarlos a progresar. –le dijo Eric a su esposa.De los cinco hijos que tenemos, ellos dos siempre han sido los más caprichosos, pero nunca pensé que pudiesen llegar al extremo que llegaron. Todavía me resisto a la idea que Brooke y Andrew tengan un corazón tan oscuro, mi amor. No quiero creer que mis hijos tengan malos sentimientos. –le dijo Leslie.Tampoco yo quiero creer que eso sea a
Mida sus palabras, Duque de Windsor, pues yo no pienso consentir que insulte a nuestros invitados en mi propia casa. –dijo el Archiduque Imperial.Le exijo que se disculpe inmediatamente con los Cavendish y en especial, con Giorgiana, o de lo contrario, me olvidaré de que usted es mi tío y le enseñaré a respetar a una dama. –afirmó Adler, muy molesto por la actitud de Scott.¿Una dama? Pero es que esta plebeya no es una dama, esta mujercita sólo quiere engatusarte para traicionarte de nuevo. –espetó Giselle, tomando la palabra. “Además, tú no debes defenderla tanto. Al fin y al cabo, ella sólo es tu ex esposa, mientras que yo soy tu prometida.” –Al escucharla Gigi miró a Adler fijamente muy desconcertada.¿Qué? ¿Ustedes… se van a casar? –le preguntó Gigi en un susurro.Por supuesto que no, Gigi. No creas en sus palabras, yo jamás me casaré con esa mujer ni con ninguna otra. –le dijo Adler, de forma enérgica.Tú sí te casarás conmigo, mi padre me aseguró que así sería. Él me lo prometi