Ashley FreetmanDespués de la prueba del vestido y aceptando las sugerencias de tía Abigail, llegamos nuevamente al hotel Lumbardi de New York; llegamos el día de ayer, yo bastante cansada después de haber pasado una noche de guardia en el hospital, pero llegué directo a revisar los adornos que habían, para luego hacer un listado de lo que faltaba, para las ideas que teníamos, así como anoche nos fuimos de compra, por los lujosos centros comerciales de New York, está noche haríamos lo mismo. El personal, que habíamos contratado para que nos ayudaran, estaba trabajando a toda marcha con nuestras indicaciones. Al cuarto día otro hotel Lumbardi, estaba hermosamente decorado, tomamos las fotos y videos necesarios, luego arreglamos todo lo que habíamos comprado para llevarnos al condado, tanto para mi boda, como para las decoraciones de las casas.Cuando llegamos al condado, apenas logré saludar a todos. Dejé todas las bolsas en la sala, revisé el cumplimiento del tratamiento de Cale
Ashley FreetmanEs veintidós de Diciembre. Katty, me ayuda para abrigar bien a Caleb, ella llegó anoche con su esposo. Noah y Roberto el esposo de Katty, están guardando todas las maletas en los automóviles.─ Dile a Noah, que no se le olvide la silla de ruedas, ─ le pido a Jaime, él asiente saliendo de la alcoba.Reviso el maletín con el tratamiento de Caleb, no puedo negar que siento nervios, pero Lumbardi, me aseguró que tiene todo listo allá en España, por si llegásemos a necesitarlo.─ Todo saldrá bien, ─ me reconforta Katty.─ Vamos, ─ le digo a Caleb, entregándole las muletas.Bajamos hasta el auto. Roberto, ayuda a Caleb, a ingresar en el auto. Papi y tía Ivanna, están en lo mismo y seguramente, los demás también.Nos dirigimos a la pista de aterrizaje donde debemos encontrarnos todos. Cuando llegamos y abordamos el Jets, el abuelo McCarthy, se queda mirando fijamente a Katty, la abraza y besa sus mejillas, tía Ivanna, y tío Jordan, se observan y Noah y yo, hacemos lo
***Ashley***─ Quédate, quieta. ─ Me dice Mariluz, arreglando mi tocador.─ Me vas a dejar calva, si me sigues halando el cabello. ─ Protesto.─ Tienes demasiado cabello y no quisiste recogerlo, así que hay que acomodarlo bien, para que el tocado se vea. ─ Protesta Mariluz y sigue acomodando las peinetas del velo y asegurándolas. Ella, termina arreglando los bucles que caen sueltos debajo de la transparencia de la tela.─ ¿Y por lo menos baila? Porque en los años que llevo conociéndolo, siempre tenía cara de perro con mal de rabia. ─ Murmura tía Aleina, sonriendo. Ella y su esposo Roger, llegaron hace dos días de Nueva York. Tío Jordan, ingresa a la habitación.─ ¿Te falta mucho? ─ Pregunta apenas abre la puerta. Enseguida guarda silencio y me observa fijamente, se acerca y extiende su brazo para que me levante, me recorre con la mirada de pies a cabeza.─ Estás tan hermosa, pequeña. ─ Susurra y siento que su voz tiembla. Tía Ivanna, abre la puerta de mi antigua habitación, me so
Noah Hanks─ Te entrego a uno de mis tesoros, para que la cuides y la hagas feliz, ─ pronuncia y yo recibo a mi esposa.─ La acepto y te juro que la protegeré y la haré feliz, respondo besándola ligeramente. Nos acomodamos frente al sacerdote, mi hijo Jaime y mi cuñada Samantha, nos colocan el lazo de boda a ambos, en señal de unión y amor. Ashley, deseaba que fuesen ellos, dos almas inocentes, puras y limpias, que nos aman a ambos y se aman entre ellos mismos, con la inocencia del amor de niños. La ceremonia inicia con la monición del sacerdote:─ "Queridos hermanos estamos aquí reunidos en la casa de Dios, junto al altar para que Dios, bendiga con su gracia vuestra voluntad de contraer matrimonio... Observo los ojos llorosos de mi esposa, rodeo su cintura, el padre observa el gesto mientras sigue oficiando la ceremonia, mi mente se va al momento que inició todo: "Estaba agotado de las veinticuatro horas de guardia, era uno de esos días en que deseaba hundirme en alcohol. Gi
Él, asiente y Andrew, le acerca un aperitivo, los tres lo protegen demasiado. Giro y veo a Aleina y Roger, hablando con Katty, ellos fueron otros que se sorprendieron mucho al conocer a mi ex.─ Mi amor, vámonos ya, ─ susurro besándola desde su espalda y atrapando el lóbulo de su oreja. Ella, gira su cuerpo entre mis brazos.─ Apenas vamos a repartir el bufet, ─ murmura sonriendo.─ Es nuestra boda Noah, disfrutémosla, la he preparado para ti amor, ─ menciona y mi pecho palpita al escucharla. ─ Entonces, no me hubieses castigado tantos días, ─ me quejo como un niño pequeño y ella suelta una risilla.─ No te castigué mucho, recuerda que dos veces me hiciste caer, ─ me recuerda con una mirada pícara y yo sonrío.─ Me fascina verte sonreír, ─ susurra besándome.─ Entonces vamos a escaparnos, ─ le sugiero.─ Noah, falta el Bufet, que lance el ramo y me quites el liguero, ─ me contradice.─ Ashley, todos los novios se escapan, ─ protesto.─ Pero después de todo eso, ─ sonríe y yo, vue
Ashley, salió del baño con un vestido sencillo.─ Me despido de Caleb y Jaime y luego nos vamos, ─ pronunció y yo, solo pensé en salir sin que nadie nos viera, pero ella, tenía otras intensiones. Fuimos a la habitación de Caleb y nos despedimos de los chicos.─ Es sólo una semana, le aseguró Ashley a Caleb, el niño tenía quimio la próxima semana.─ Jaime, Andrew y Samantha; me cuidarán. ─ Pronunció Caleb, como si su cuidado dependiera de los chicos y no de los adultos.Ashley y yo, nos escabullimos después de despedirnos de casi todos, porque no conseguimos a Valerie, pero logramos escaparnos de la familia, atravesando el jardín y cruzando el pasadizo al jardín de la casa de Maximiliano.Caminamos un poco por el jardín de la casa de mi suegro, las voces de mi casa se iban alejando, de pronto, ya casi llegando a la casa, escuchamos unos murmullos, paralizándonos cuando nos dimos cuenta de donde provenían. Valerie y Lumbardi, prácticamente se estaban comiendo en el jardín de Maximil
Gimió cerrando sus ojos, llevé mis dedos hasta su clítoris frotándolo. Ashley, abrió los ojos y nuestras miradas se conectaron, toma el tazón de las fresas con crema, inclina un poco su torso y posa su mano en mi nuca, atrayéndome hacia su cuerpo, no dejo de mover mis dedos en su interior, toma una fresa untada con la crema, la lleva a su boca y me inclino más, buscando sus labios y juntos degustamos la fruta, nuestras lenguas se mueven saboreándonos, gime en mi boca cuando mis dedos se apoderan de su clítoris.─ Más fruta, ─ le pido y volvemos a besarnos con la fruta en nuestras bocas, su mano se desliza por mi torso y se detiene en mi pelvis, toma mi erección masturbándome. Con su mano libre lleva otra fresa, pero esta vez a mis labios y es ella, la que viene a degustarla. Nuestras lenguas se mueven ansiosas, mi pene gotea con el vaivén de su mano, gruño de placer, ella gime poseída, cuando elevo la presión y el movimiento de los dedos que resbalan por la humedad, que está de
Samuel GhillObservo el periódico, arrugo las páginas donde salen en primera plana la noticia del matrimonio de Valerie y Lumbardi. Hago trizas las hojas, aprieto mi mandíbula, han pasado dos años desde el divorcio y ella, se ha casado con otro. Su boda, es noticia de primera plana publicitaria, no niego cuanto me duele, aún la amo y no hay un día que no la extrañe. Observo la mesa del frente del mueble donde estoy sentado, con una botella de whisky, una hielera y un vaso con hielo; es mi segundo día de este fin de semana en la sala de mi casa, la que compré para Valerie y Sebastián. Mi hijo, tengo tres meses que no lo veo, los mismos que tiene Valerie, sin venir al condado, aunque a ella, llevo más de un año sin verla; ya ni siquiera, pisa esta casa. Dirijo mi mirada hacia el piso, donde están los trozos del periódico. Mi vaso, es el siguiente en hacerle compañía a esos trozos de papel totalmente despedazados. Nunca he sido un hombre violento, pero últimamente la nostalgia