Ashley FreetmanRecorrí el pasillo destilando agua por todos lados, ingresé al Star de médicos por mi bolso, la doctora Rosario, como siempre sonriente; elevó la mirada a mi rostro. Noah, por el contrario de los demás doctores, estaba con su seriedad común y respiró profundo, al verme toda mojada.─ Por lo menos, lo va controlando mejor ─ pronunció sonriendo la doctora Claudia, observando mis brazos. Ya no habían aruños, ni golpes, el niño mismo pide la ducha, cuando siente que le gana la ansiedad por consumir drogas. Solo, que el niño se aferra a mí, como un pulpo y me arrastra a la ducha con él. Con mi tía Ivanna, también lo ha hecho y ha estado más receptivo a lo que le decimos. Ha pasado una semana desde que me activé y anoche, le hemos bajado un poquito más a la dosis del niño, sabemos que cada vez que suceda su cuerpo se resistirá.─ Esperemos que continúe así, ─ musité agradecida con el poco avance, que hemos logrado en esta semana. Tomé mi bolso, para ingresar al baño
Ashley Freetman.Le pedí a Lola, que me despertara para poder ir a la agencia, así como estaba vestida caí en la cama. Observé la libreta de mi madre en la mesita de noche, estaba tan muerta de cansancio que no fui capaz ni de tocarla. Ese diario me tenía alejada de Noah, leer cuanto la amaba, como la buscaba, leer que estaban juntos, como él, le pedía que pasaran la noche juntos, me dolía y me tenía el corazón hecho pedazos. Descubrir como era el comportamiento de mi madre, me dolía demasiado. Mi teléfono repicó, era Noah, no lo respondí, toda esta semana he tratado de huirle, porque se que él, tiene el poder de hacerme perder entre sus besos y sus abrazos. Esta mañana agradecí que no intentara nada, porque sabía que estaría perdida, con solo un beso o un toque suyo. Cerré los ojos dejándome llevar por el cansancio.La voz de Lola, me sacó del sueño, pero no de la pesadez de mi cuerpo, el cual sentía demasiado cansado todavía. Casi arrastras me levanté para el baño, hice mis n
Ashley FreetmanSeguí mi camino hasta la agencia, de allí tía y yo, salimos a comprar lo necesario para los eventos. Dejé en mi auto lo del cumpleaños de Francho y Jonás, que era mañana, compré un juego didáctico para el niño y un libro de cuentos infantiles. Le compré un regalo de mi parte a Francho y uno a Jonás. Volvimos a la oficina de la agencia y seguimos planificando. La abuela Hailey, pasaría buscando a Sebastián y la abuela Samantha, pasaría buscando por la escuela a Jaime y a Andrew. Tía Valerie y yo, continuamos unas horas más. Noah, llegó a la agencia a buscarme para almorzar, saludó a tía Valerie, a la abuela Hailey y a Sebastián.─ Deja tú auto aquí, vamos en el mío, ─ pronunció Noah.─ Tengo allí todo lo del evento de mañana, ─ le informé.─ Pásalo al auto de Noah y yo, me llevo el tuyo, ─ propuso abuela Hailey, quien estaba allí ayudándonos con las ideas de la solicitud de España. Al parecer todos silenciosamente, apoyaban mi relación con Noah, menos mi pad
Ashley Freetman.La sensación de complacerlo en todos los sentidos me abarcó y ese deseo insano de que me ame solo a mí, también me abarcó. Recordé las líneas del diario de mi madre y sentí un dolor punzante en mi pecho, separándome de él y buscando acomodarme en un lado de la cama. Él, me abrazó desde mi espalda, como si comprendiera mis sentimientos, giró mi cuerpo levantando mi mentón.─ ¿Cuándo te distes cuenta de esa dependencia? ─ Preguntó buscando mis labios y esta era su peor forma de hacerme tan dependiente a él, porque en sus brazos él, me domina completamente, en sus brazos yo, simplemente soy su títere.─ Cuando comencé a leer el diario de mi madre, ─ musité, él volvió a besarme.─ Sabía que esa libreta traería problemas, lo supe desde la noche que me dijiste que lo estabas leyendo y luego no quisiste dormir conmigo ─ mencionó. ─ Me duele leer cuanto la amabas, como la buscabas, le pedías que estuviese contigo, ─ musité y otra vez las lágrimas me traicionaban.─ Entonce
Ashley Freetman.─ No son iguales, ─ pronuncia mi hermana.─ Pero, suenan iguales, ─ refuta el niño. Me sorprendo de que Samantha, esté todavía aquí, observo que tenga su traje de bioseguridad, con lo despistada que es, hay que estarle recordando.─ ¡Hola! ─ saludo a ambos. El niño me ve y se sonríe y a mí el corazón me tiembla. Coloco el bolso donde le traje comida, en la mesita que tiene al lado de la camilla. Observo las letras que tiene mi hermana a su lado, ella está sentada en una punta de la camilla.─ ¿Has desinfectado eso? ─ Le pregunto señalando las letras.─ Por supuesto, ─ responde ella enseguida. Samantha, se ha obsesionado con enseñarle a leer al pequeño.─ Pitillo, piensa que la B y la V son iguales, le explico que no es así, ¡Dios¡ que nombre tan feo también ¿Quién se llama así? ─ menciona mi hermana pensativa. Yo sonrío al ver su gesto de horror.─ Las letras no son iguales y tampoco se pronuncian igual y de verdad, el nombre deberíamos cambiarlo, ─ sonrío.─ Claro
Ashley FreetmanTía Valerie, se despidió, así como las chicas con las que había llegado, me fui a duchar y a cambiar, todo el personal que había ayudado hizo lo mismo. Al salir de la ducha fui a ver a Jonás, para ver si había despertado, pero seguía bajo efectos de los analgésicos. Pasé a ver a Francho y a Luna, luego a los niños del pasillo que estaba recorriendo, hasta llegar a la habitación del niño, estaba despierto y sudando; le habían bajado más la dosis para irlo desintoxicando, busqué toallas húmedas y comencé a limpiar su cuerpecito.─ Vamos al mueble para leerte un cuento, ─ le propuse para distraerlo, lo cargué sentándolo en el mueble. Me acomodé a su lado, coloqué su cabecita en mis piernas y comencé acariciar su rostro.─ ¿De verdad me vas a llevar para tú casa cuando salga de aquí? ─ Preguntó mirándome como si le costara creerlo.─ Si tú quieres sí, pero primero debes sanar, vamos a iniciar un tratamiento que es muy fuerte y te hará sentir indispuesto, ─ le hice saber
Ashley FreetmanMésele, ya estaba vestido de payaso o de medio payaso, porque igual tenía que colocarse el traje de bioseguridad. Buscó los globos y los dos primeros regalos. Nos dirigimos primero a la habitación de Jonás, el niño nos sonrió, se emocionó al ver el payaso con los globos.─ Los primeros regalos son los nuestros, ─ mencioné entregándole mi regalo y Mésele, el suyo, él sonrió.─ Termina de arreglarte para que recorras el pasillo, ─ le pedí al niño y sonreí besando su cabecita. Luego fuimos a la habitación de Francho, e hicimos lo mismo. Francho, estaba muy emocionado. Después de visitar a los dos cumpleañeros, me dirigí a la habitación del niño, que al parecer le gusta el nombre Caleb, él no tenía a nadie y a mí me gustaba ayudarlo. Cuando llegué dos enfermeras estaban con él, acomodé en la mesita al lado de la camilla los globos y los regalos, para ayudarlas atenderlo ya que no se veía bien.Busqué una pijama para cambiarlo, había buen clima, pero él, estaba sudando
Ashley Freetman─ Descansa, ─ le dije al niño, ya que estaba somnoliento.─ Ya los niños de terapia biológica están listos, ─ mencionó la doctora Rosario, llegando hasta nosotros.─ Vamos a ver que síntomas presentan, ─ señaló la enfermera Claudia. Una de las enfermeras nos informó, que estaban llegando con el gran pastel o mejor dicho, los pasteles. Noah, me hizo seña para que esperara, todos salieron del Star de médicos, menos nosotros.─ Trata de que sea rápido, por favor, ─ musitó Noah, mirándome. Me acerqué a él, lo abracé y lo besé.─ Vamos, señor Director. ─ lo invité, envolviendo mi brazo en el suyo. Ambos salimos, le pedí a tía Valerie y a tía Abigail, dividirnos por las diferentes alas del piso, para culminar más rápido. Todos se colocaron los trajes adecuados de bioseguridad, para poder ingresar a las habitaciones. También los regalos habían pasado por el protocolo correspondiente, para evitar más gérmenes. Comenzamos el recorrido, los dos cumpleañeros fueron los pri