Recuerden agregarla a su biblioteca y dejarme ss comentarios. ;)
PDV Paul. El día de ayer fue extenuante, no solamente la mal criada de Amelia casi me tira al piso al meterme el pie para que me tropezara, sino que me lleve la mala noticia que ella es la socia mayoritaria por lo que será la presidenta de la empresa y yo el vicepresidente, recuerdo su amplia sonrisa, recuerdo mis reacciones la primera fue bajar mis manos de la mesa para cerrarlas en puño y la otra de mi miembro con vida propia que vibro al verle su hermosa sonrisa. Iba gruñendo yo solo en mi auto, cuando me frené por el cambio de luz del semáforo a rojo y una música alta me sacó de mi amargura. –Quien puede estar con ese escándalo a esta hora – casi grité al mirar el retrovisor de mi auto para fijarme de donde provenía la música, me quedé de piedra al ver el carro de mis sueños justo de tras de mí y manejándolo otra persona. Un lamborghini Sián Roadste color verde, hacía menos de un mes que mi padrino lo había importado, de hecho, eran dos, pero uno de ellos ya estaba reservado. M
PDV Narrador. Había pasado un mes y tanto Amelia como Paul seguían sin soportarse, solo se hablaban lo justo y necesario para alguna firma de documento o decisión a tomar. Cada uno quería ganar sobre el otro cuando estaban solos, mientras que cuando estaban sus padres disimulaban un poco. La sal en el café de Amelia había sido el inicio de una guerra silenciosa, ella esperó cuatro días para que Paul bajara la guardia y para hacerlo más épico, lo haría durante una reunión con unos proveedores de motos de agua, días previos había comprado tazas personalizadas para todos y se las había dado a la chica que les servía el café para que siempre las usara adecuadamente, es decir ella sabría al ver la taza que esa era la de Paul. Inició la reunión con la presentación de la empresa, como era ya de costumbre los padres se sentaban en la parte izquierda de la mesa de reuniones, Amelia en la cabecera y Paul a su derecha. Espero que tomara el primer sorbo de café, luego apenas vio como Paul y los
PDV Narrador. Paul aceptó solo porque quería encontrar la manera de vengarse. Amelia iba a reclamarle a su hermana, pero esta la miró y le guiñó un ojo. Eso le daba entender que había una razón para haber arruinado su salida, a pesar de que solo tenía catorce años Juliana era astuta para armar planes sobre la gente. Así que lo dejó pasar. Los tres salieron del edificio para encontrarse con Federico en el restaurant que él había elegido, en el auto, Amelia le preguntó a su hermana. –¿Para qué lo invitaste? –Para que ganes puntos con tus papás por su puesto, tienen los ojos puestos en ti y en cómo te llevas con Paul, si siguen peleándose y demostrando lo que se odian, los van a casar más pronto que tarde y se acercan mis quince años no vas arruinar mi mega fiesta con tu boda obligada. –No va a haber ninguna boda. –No veo ningún plan para evitarlo, así que mientras que nuestros padres vean que te llevas bien con él se relajaran y dejaran de presionar mientras te inventas como salir
PDV. Amelia. ¿Me creerían si les digo que mi peor pesadilla, empezó antes de que yo naciera? Por allá por el año 1979, mis padres estaban viviendo aun en España, estaban recién graduados y habían decidido irse de viaje por un mes a un país lejano y que no conocieran, así que según la historia que cuentan, mi padre le dijo a mi mamá. – Gira el globo terráqueo y coloca el dedo donde caiga ahí iremos. Mi madre muy emocionada lo giró varias veces y su dedo lo puso en el mar caribe en sur América, lo más cerca que quedaba de su dedo era una isla muy pequeña llamada Curazao, y ahí se fueron a pasar unas supuestas vacaciones. Mi padre es ingeniero automotriz y mi madre tiene una maestría en negocios, ambos se conocieron en la universidad apenas mis abuelos fueron a trabajar desde Escocia a España. Fue amor a primera vista ella pensó que era el amor de su vida y él que no quería otra mujer más sino ella. Decidieron casarse al estar graduados e iniciar un negocio de talleres de vehículos
PDV. Narrador. Año 2010 Amelia tenía seis años y corría detrás el perro cazador ella y Paul su mejor amigo que tenía nueve años en ese entonces, estaban en el jardín de su casa un domingo con el sol resplandeciente, siendo seguidos de cerca por un par de nanas, cada uno tenía una persona que los cuidaba mientras sus padres asaban algo a la parrilla. sin pensarlo mucho Paul la levanto del suelo y secó sus lágrimas. – No llores, yo te voy a cuidar – la miró decidido y cuando los alcanzaron le pidió a su niñera que trajera algo para ayudarla. Nunca se apartó de ella, siempre la mantuvo tomada de la mano para darle valor, porque él era su caballero, ella lo llamó príncipe, pero él decía que los príncipes eran blanquitos y de ojos azules y él no era así, era fuerte moreno y valiente, así que él era su guerrero, quien siempre la iba a defender. Amelia era muy pequeña para definir lo que sentía por Paul, pero si sabía que era más feliz cuando él estaba a su lado y él también al ser hijo
PDV. Narrador.Amelia caminó varios pasos y se encontró con su hermana que venía con Federico ambos le preguntaron que le pasaba al ver lo roja que tenía la cara casi como el color de su cabello.– Es un patán de lo último, no debí aceptar darle ningún regalo, además no se ni porque se lo entregué, mejor me salía invertir eso en la bolsa. Dijo mientras pisaba fuerte y se iba a la proa a tomar aire fresco.Mientras tanto el juego siguió en la cabina, no sin antes pedirle a Paul que abriera el regalo que le habían traído, todos se quedaron asombrados cuando vieron el reloj plateado con fondo azul.– Eso vale como nueve mil dólares – exclamó uno de ellos quitándoselo de las manos, todos eran de familia adinerada, pero ninguno les llegaba si quiera de cerca a la riqueza que poseían los Villamizar.– Si es que es original claro – dijo con voz agria Estefanía.– Por supuesto que es original, ¿acaso no sabes quienes son los padres de Amelia? – le respondió con fastidio Paul, que en el moment
PDV Paul. – ¿Dónde está Estefanía? – le pregunté a mi padre luego de que me abrazara y me agradeciera por haber salvado a su amada ahijada. – Tu madre se la ha llevado a la cabina del capitán – me responde y me alza una ceja que dice que algo no está bien. Me voy corriendo hasta la cabina cuando escucho un motor andando, no me detengo hasta alcanzar a mi madre. – Hijo que bueno que ya salieron del agua y que rescataste a Amalia, ¿Cómo esta ella? imagino que asustada. – Yo también estoy bien madre, gracias por preguntar – le comenté con fastidio, toda la vida a sido lo mismo y no entiendo cuál es el amor y la insistencia con la pelo rojo. – Lo se tu eres mi campeón – me tomó de las mejillas como si aun fuera un niño haciendo caso omiso de mi molestia. – ¿Dónde está Estefanía? Padre me dijo que la habías traído hasta acá. – Ah, la niña esa, pues allá va – apuntó hacia el mar y me fije que iba el bote a motor con uno de los empleados y Estefanía. –¿Por qué se fue, que ha pasado m
Tanto Paul como Amelia, se distanciaron aún más, siempre, cada uno por su lado daba una excusa para no ir a casa del otro a no ser que fuera un evento que no se pudiera eludir como cumpleaños o aniversarios. Finalmente, a sus catorce años Amelia se desarrolló y parecía que su cuerpo solo estaba esperando ese evento para expandirse, su cintura quedo estrecha, sus caderas se ancharon, su trasero creció, solo su pecho no tuvo un cambio tan significativo, aunque quedo justo para su nuevo cuerpo y estatura, ella había sacado los genes escoceses de su familia materna. Amelia por comodidad y costumbre seguía usando la ropa ancha y así se mantuvo hasta su graduación que ocurrió un año después, ya Paul se había ido a la universidad, pero ella que ni por equivocación quería seguirle los pasos les había pedido a sus padres irse a los Emiratos Árabes a estudiar negocios internacionales, lo que no esperaban ni Bonnie ni Rodrigo, aunque no les extrañó porque su hija era una eminencia con los núm