(Renata Pellegrini)"Esto se va a la mierda"-me alerta mi mente mientras agarro el picaporte de la puerta que sospecho es el sótano. Cierro los ojos y la imagen de su mirada oscura hace que un escalofrío recorra mi espina dorsal, Filippo cuando se enfada es muy miedoso, sus ojos se vuelven horriblemente fríos y caliginosos, como los de un lobo malvado... Esa fue la primera expresión que vi en él, hasta hoy recuerdo la constante sensación de peligro que sentía al mirarle a los ojos, mis alertas tenían razón, caí en la trampa y hoy estoy enamorada y dispuesta a vivir a su lado.Pero, ¿qué expresión pondrá cuando descubra que he hecho exactamente lo que me pidió que no hiciera? Sólo de imaginar su cara de decepción hacia mí se me estruja el corazón. Vale, no creo que debamos tener secretos entre nosotros, y más ahora que vivimos juntos, pero tengo que esperar su momento, nadie está obligado a abrirse así. Y además, no llevamos tanto tiempo juntos, estoy segura de que con el paso del ti
(Renata Pellegrini)Todo el hambre que sentía, se desvaneció, el vacío que resonaba en mi estómago, ahora se abre en mi corazón, de nuevo, el sentimiento de ser traicionada. Me llama para vivir en su casa, y cuando habla con su madre, ¿dice que sólo soy una amiga? ¿Qué clase de amiga visita a un hombre soltero a altas horas de la noche?No quiero ni pensar en la respuesta... Tengo el estómago revuelto, cojo el plato y lo vuelvo a meter en la nevera, sintiendo el llanto atascado en la garganta, camino con pasos apresurados de vuelta a la habitación, pero antes de que pueda abrir la puerta, Filippo sale del baño social y me coge del brazo.- ¿De qué se trata? - me pregunta con cara seria.- En absoluto -respondo e intento soltarme, pero él se limita a apretar aún más su mano sobre mi brazo. - Por favor, suéltame, tengo sueño -hablo secamente sin mirarle a los ojos, no quiero que vea las lágrimas que hay en ellos. - Te dije que no me mintieras, ragazza -me sujeta la barbilla y me obliga
(Filippo Valentini)Después de dos horas, estando seguro de que Renata está profundamente dormida, retiro con cuidado su cabeza de mi pecho, la cambio de lugar con una almohada y Renata juguetea con mi reemplazo.La noche no terminó como estaba planeado, supuse que traerla a vivir conmigo me haría llegar más rápido a mi objetivo de follármela, pero cada vez que estoy cerca de hundirme en sus carnes, ocurre algo que se interpone y me está volviendo loco, estoy a punto de perder la paciencia, que ya es muy poca.Hoy casi pierdo la cabeza, dije lo que no debía, no pensaba echarle en cara que antes tenía mucho sexo, pude ver la decepción en su cara, pero mi rabia y frustración hablaron tan alto que me alegré de haberlo dicho, me he estado conteniendo demasiado tiempo y así ella se da un golpe de realidad, soy un hombre y necesito satisfacer mis necesidades. Ella cree que puede jugar conmigo, pero las cosas no funcionan así, en este juego, el campeón siempre seré yo. Pero confieso que esc
(Renata Pellegrini)Me despierto con el estridente ruido del despertador de mi móvil, me estiro perezosamente en la cama, he acabado durmiendo mejor de lo que esperaba, miro y Filippo no está, ni siquiera he visto a qué hora ha vuelto, anoche me desmayé.Se abre la puerta del baño y el olor de Filippo se extiende por la habitación, vuelvo la mirada hacia él y se me calienta toda la cara, aún no me he acostumbrado a que su cuerpo esté tan expuesto como ahora. Sólo lleva una toalla en las caderas y en ese momento, observándolo con detalle, siento una ligera envidia de las pequeñas gotas de agua que resbalan descaradamente por su cuerpo.- ¡Buona giornata, ragazza! - me saluda desde atrás, me quedo mirando su espalda ancha y fuerte, quería pasarle las uñas por encima.- ¡Buenos días! - Le devuelvo el saludo.- Creo que así disfrutarás más de la vista -dice dándose la vuelta, cogiéndome por sorpresa.Ensancho los ojos cuando su toalla se va al suelo dejando toda su hombría al descubierto,
(Renata Pellegrini)- ¿Hay algún problema, señorita? - pregunta de repente el Sr. Lucas Parmanel al subir al ascensor. Desde que me convertí en secretaria y asistente personal de Filippo, nunca necesité hablar directamente con el vicepresidente, el intercambio de información siempre se producía entre Sofía y yo.- N-no, señor -respondo, extrañamente sorprendida por su pregunta.- Estabas perdido porque Filippo no apareció hoy. ¿He acertado?- Pues sí.- Escucha mi consejo, acostúmbrate, ha pasado que no ha aparecido en más de una semana.- ¿Por qué? - pregunto perpleja.- No es asunto nuestro, Filippo no es el tipo de hombre al que le guste dar explicaciones.- Entendido - hablo, cojo el móvil y compruebo una vez más que no hay mensajes.Estoy disgustada, no ha aparecido y ni siquiera ha enviado un mensaje. Salgo del ascensor marcando el número del conductor, pero la notificación de nuevo mensaje me hace detenerme y abrir la app de mensajería:Filippo, mio amato: Nos vemos en el cine,
(Renata Pellegrini)- No te acerques, ¡fuera! No, por favor, ¡para, para, PARA! -grita Filippo haciendo que me despierte asustada, enciendo la luz de la lámpara que tengo al lado- No papá, por favor, me duele, ¡para! - susurra con la voz entrecortada por el llanto.Miro su cara sudorosa, su semblante asustado, Filippo empieza a revolverse en la cama, sus brazos le cubren todo el tiempo la cara y el pecho, como si intentara protegerse de algo. Se me estruja el corazón, está llorando mientras tiene la pesadilla.- Por favor, ¡para! -sigue gritando- Dejad en paz a mis hermanos, ¡la culpa es mía!"La fiebre lo está haciendo delirar". - Pienso mientras me levanto, me acerco a la mesita de noche junto a su cama, mojo la franela en el agua fría, su almohada está empapada en sudor.- ¡No te acerques más! ¡No me toques! - sigue gritando, ahora moviendo también las piernas.Siento que un escalofrío me recorre la espalda, nunca lo había visto así, me da miedo, es la primera vez que veo a alguien
(Filippo Valentini)Abro los ojos y, me siento mareado por el dolor punzante que me azota, vuelvo a cerrarlos. No sólo me duele la herida, sino también la cabeza, los huesos, las articulaciones, ¡absolutamente todo en mí! ¡Cazzo!Me siento deshidratado y ardiendo, como si el fuego me salpicara directamente sobre la piel, me retuerzo en un vano intento de librarme de este calor infernal. ¡Mierda! ¡Me siento atrapado! Odio sentirme así, me trae recuerdos que me persiguen por la noche en forma de horribles pesadillas.Al cabo de un rato, intentando no concentrarme en el dolor, siento de pronto que un par de manos suaves descienden sobre mí con un paño húmedo, que me pasan suavemente por la cara. Dejo escapar un suspiro sintiéndome aliviada, alzo la mano hacia la fuente del frescor y la suavidad, agarrándola desesperadamente, como si fuera el último hilo de esperanza, el último rayo de luz.- Filippo, no -la voz de una mujer se queja conmigo- Quédate quieto, déjame cuidar de ti, amato.Es
(Filippo Valentini)- Gracias -le agradezco cogiéndole el móvil de la mano, ella no dice nada, solo recoge los platos de la mesa llevándolos al fregadero. - ¡Fratello!- ¿Dónde estabas cuando te llamé por tres días y no contestaste? - grita Matteo al otro lado de la línea hablando en inglés, si me habla así es porque no está solo, probablemente nuestra madre, o su mujer, estén cerca.- Durmiendo - respondo.- Durmiendo - repite irónicamente mi respuesta, sonrío al imaginar la cara que debe estar poniendo mi hermano ahora mismo. Matteo entre los tres hermanos es el más serio, odia las bromas, piensa que son una pérdida de tiempo. - Ah, así que la bella durmiente recibió un besito después de tres días y se despertó, qué cosa más linda -habla irónicamente, Matteo no será bromista, pero la ironía lo acompaña.- Me han disparado - aclaro antes de que se cabree aún más conmigo, no es buena idea cabrearle.- ¿Y desde cuándo un disparo es capaz de noquear a un Valentini, cazzo!? ¿¡Estás jugan