(Renata Pellegrini)No puedo seguir mirándole. Los recuerdos de él gritando que nunca haría daño a sus hijos y que los defendería con su vida si tuviera que hacerlo, seguían resonando en mi mente. No podía evitarlo, las escenas seguían proyectándose en mi mente. Estamos saliendo y viviendo juntos, pero no sé nada de él. Pero por lo que me dijo por teléfono, van a venir aquí, no pude soportar guardármelo por más tiempo.- Sé que llevamos poco tiempo juntos. - Empiezo a hablar, el tono de mi voz no oculta lo nerviosa que estoy, tengo la boca seca, me la humedezco con la lengua. - Pero tenía derecho a saber de tus hijos, sobre todo porque vienen hacia aquí y ni siquiera me has dicho de su existencia. - Termino de hablar y me cruzo de brazos, estoy enfadada con él.- ¿De dónde has sacado esa idea? - me pregunta, haciéndome mirarle de nuevo.- Mientras estabas febril empezaste a gritar sobre ellos.- ¿Qué he gritado?- ¿De verdad tengo que repetirte lo que me has dicho? - Pongo los ojos en
(Renata Pellegrini)- ¿Adónde vais? - pregunta Filippo.- A la contina. - Respondo sin mirarle y salgo del ascensor. - Aún faltan cinco minutos para que empiece mi jornada laboral.No espero respuesta, me doy la vuelta y voy directa a la cantina, no tardo ni dos segundos en encontrar a la chica pelirroja, está sentada con Caio, armándome de valor me acerco a ellos y arrastro una de las sillas libres de la mesa.- Buenos días. - saludo al sentarme.- Buenos días. - Caio y Amanda responden juntos, no puedo evitar sonreír, por lo que parece Caio ha conseguido convencer a Amanda.Miro agradecida a Caio que solo me sonríe, mordiéndome el labio inferior vuelvo a centrar mi atención en Amanda, estaba echando mucho de menos a mi mejor amiga.- Amanda -la llamo- Tú, eh...- Realmente es una pequeña zorra- dejo de hablar cuando oigo que alguien susurra, y tengo la impresión de que se trata de mí, reconozco esa voz, es la mujer que me dijo que tuviera cuidado al cruzar la calle, porque nunca se
(Renata Pellegrini)- ¿Cómo? - pregunta con las cejas levantadas. - No es momento de bromas, Renata.- No bromeo.- ¿Por qué? No encontrarás un trabajo mejor que ese.- No me importa si tengo que trabajar de limpiadora en algún mercado, pero no quiero seguir trabajando para ti.- ¿Por qué cojones? - Filippo habla más alto levantándose de la silla y golpeando la mesa con ambas manos.- El despido es el castigo para los que provocan escándalos en su empresa. - Hablo cruzándome de brazos.- ¿Quién te ha dicho eso?- Nadie tenía que decírmelo, ¡tú lo hiciste! Despediste a dos empleados sin darles siquiera la oportunidad de explicarse, no sabes por qué se pelearon, ¡simplemente actuaste como un jefe de mierda! - Hablo con rabia, no esperaba ver esta faceta de el.- ¿Quieres dimitir por castigar a dos empleados que llevan años trabajando aquí y conocen bien las normas? ¿Te das cuenta del ridícula que estás haciendo?- Soy consciente de que monté un escándalo mucho mayor y nunca me castigast
(Renata Pellegrini)- ¡Filippo! - Letitia se acerca a él, sonriendo y abrazándolo. - Qué bien que hayas llegado, bienvenido a tu casa. - hace hincapié en "tu", y me mira de arriba abajo como si fuera superior a mí.- ¿Qué hace ella aquí, Luisa? - le pregunta a la señora.- Hoy no tenía clase y para no dejarla sola, la he traído, señor Valentini. - Ella responde con la cabeza gacha.- Te eché de menos, nunca volvimos a vernos, ¿tú no me echaste de menos? - Habla demasiado melosa para mi gusto, la miro aferrándose a su brazo y siento que el fuego del odio se extiende aún más por mis venas.- Tienes dos segundos para soltar el brazo de mi novio. - Hablo controlando el tono de mi voz.- Nunca dejará que me pongas un dedo encima, tú...No dejo que termine de hablar, así que la separo de él por el pelo, la tiro al suelo y me pongo encima de ella, empiezo a darle bofetadas en la cara pero ella levanta los brazos para defenderse, así que cierro las manos en puños y le doy un puñetazo en los b
(Filippo Valentini)Detengo el beso y admiro su rostro sonrojado, su respiración es irregular y eso la hace aún más hermosa, me mira fijamente con lujuria, vuelvo a tomar sus labios en un beso profundo, nuestras lenguas bailan una sobre la otra y eso provoca temblores en todo mi cuerpo. Ella responde con avidez a cada estímulo que le hago, frotando su cuerpo cada vez más contra el mío, incitándome a devorarla aún más rápido.Detengo lentamente el beso, termino mordisqueando su labio inferior, en respuesta ella me sonríe, nuestras respiraciones se entremezclan, todo mi cuerpo está caliente como el infierno. Necesito tocar su piel, necesito hundirme en ella y sentir cómo aprieta cada centímetro de mí. Me quedo de rodillas entre las piernas de Renata y sin dudarlo agarro los laterales de sus diminutas bragas de encaje, levanto sus piernas y le quito las bragas, empiezo a besar sus pies y subo por toda su pierna. Continúo besando mi camino de regreso a los hermosos senos de Renata.Mi boc
(Filippo Valentini)- ¿A quién vamos a visitar? - pregunta Renata cuando aparco el coche dentro de la finca.Salgo del coche y ella hace lo mismo, la cojo de la mano y caminamos juntos por el sendero de piedra lisa del centro del césped en dirección a la puerta.- Ábrelo. - Saco del bolsillo del pantalón las llaves.- ¿Por qué tienes la llave de esta casa? ¿Es la casa de tus padres? - me pregunta con el ceño fruncido mirando la llave que cuelga de mi mano.- ¿Qué tal si dejas de hacer preguntas y abres la puerta, piccola? - sugiero y sacudo las llaves.Antes de llegar a casa, en la empresa revisé las cámaras de seguridad de mi casa, sólo miré las imágenes de los días que estuve enfermo, implanté las cámaras para que en caso de que sufriera un atentado dentro tuviéramos las imágenes para la investigación. Esa fue la primera vez que miré las imágenes desde que me mudé a esa casa. Y confieso que por primera vez, después de ser adulto, me sentí avergonzado, no podía oír lo que decía, pero
(Renata Pellegrini) ¿Por qué me siento sola? Hoy las cosas han pasado muy deprisa, Caio ha luchado por mí y me han despedido, casi me despiden a mí también, al llegar a casa he ligado con una chica, que está enamorada del hombre que yo amo, he perdido la virginidad, he conocido una casa nueva, he hecho el amor en el balcón de la misma, también he elegido los muebles, he hecho las maletas y todavía son sólo las cinco de la tarde... No puedo evitarlo, una lágrima se desliza por mis ojos, siempre he estado sola, desde que murieron mis padres, pero después de venir aquí, había olvidado lo que era estar en una casa vacía, solo yo. Quería conseguir un buen trabajo, conocer a un buen chico y tener al menos unos tres hijos, esa era la lista que me puse como objetivos antes de entrar en la universidad. Pero parece que solo podré cumplir dos puntos de la lista. Me toco la barriga y me la imagino grande, con un bebé pataleando aquí dentro, sonrió amargamente, Filippo no me deja sentir eso.
(Renata Pellegrini)Vuelvo a girar la cara hacia delante y miro al hombre corpulento, alterna su mirada entre los hombres de negro y yo, el corazón me martillea con fuerza en el pecho, soy demasiado joven para morir así, en medio de un tiroteo.Respiro aliviado cuando el tipo baja el arma y se la guarda en la cintura.- Vete, Julio, por favor. - Amanda pregunta.- No me iré de aquí sin mi dinero, maldita zorra. - Él se ablanda a Amanda que se encoge.- ¿Cuánto cuesta? - pregunto llamando la atención del tipo.- ¿Sabes qué, por casualidad la señora va a pagar la deuda de éste? - pregunta burlándose de mí, haciéndome enfadar.- ¿Cuánto? - Insisto.- Nueve mil dólares. - Responde con seriedad.Después de que me convertí en la secretaria y asistente personal del CEO de la empresa, mi salario más que quintuplicado, todavía estaré tres meses trabajando allí, pero de mi segundo salario, no tuve que gastar un centavo, así que tengo esa cantidad en mi cuenta. Que bueno es recibir dinero en dó