Al día siguiente, Amalia estaba nuevamente con toda la prisa del mundo, atragantando se con el poco desayuno que ahora ingería.—Amalia, todos los días es lo mismo, no tienes una hora tranquila para las comidas, o seas las gotas de comida, mírate, estás más delgada, ese trabajo te haré desaparecer.—Mamá, el bus tarda mucho en su recorrido además en la madrugada me desvelé.—Hija no quiero que te enfermes.—No pasará madre, lo prometo.Amalia se despidió de Patrick y de su madre y salió como alma que lleva el diablo.Llegó a la parada y enseguida pasó el bus que la dejaba justo frente a la agencia de modelaje.Bajó corriendo y llegó casi a la hora justa.—¡Buenos días,! Creo que llegué justo a tiempo. —dijo mirando a Nohelia.—Si, ya están seleccionadas las chicas, espero estemos dentro del grupo selecto.—Si, dios quiera y si lo estaremos. —habló sintiendo emosiones encontradas.—Darise has pasar a las chicas elegidas, necesito tener una charla con ellas. —Pidió el CEO de la agenc
Amalia trató de bajar del auto del desconocido, con todo lo que había vivido sentía desconfianza de todos.Se bajó del auto y aquel hombre lo hizo tan rápido como pudo.—¡Espera! —exclamó tomándola por el brazo, Amalia lo miró y se zafó sintiendo temor y agradeció.—Muchas gracias señor, me puede dejar aquí, yo vivo a dos cuadras más allá. —habló entrecortado por los nervios y el hombre pudo entender su lenguaje corporal, y percibió el miedo en ella.—Yo te llevo, y tranquila así como hay personas malintencionadas, también existimos las buenas personas. Amalia lo miró y vio sinceridad en su mirada, él le sonrió y ella aceptó.—Mi nombre es Amalia Carrissi, —Bonito nombre Amalia, mucho gusto el mío es, Jean Ferrari.—Gracias por traerme, de verdad.—¿Puedo preguntar algo?—Claro, dime.—¿Se pro pasaron contigo en ese restaurante?Amalia tragó el nudo en su garganta, y desvió la mirada.—Contestarme por favor.—Ese desgraciado se quiso propasar conmigo. —respondió Amalia y Jean sint
El amanecer les llegó, Amalia sentía su cuerpo adolorido, se levantó muy despacio y caminó por la arena y llegó a la orilla de la playa. Mojó la punta de sus dedos y los pasó por su cuello.mientras ella estaba distraída.Jean despertó y tocó su lado vacío, levantó la cabeza y miró en dirección a donde estaba Amalia, se levantó y caminó en su dirección, cuando estuvo cerca la abrazó por la cintura y la atrajo a él.Amalia de dio la vuelta quedando frente a él y sonrió mientras se miraban a los ojos, el colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja.—Eres hermosa mi linda. —expresó acunando su rostro y dejando besos en sus labios.Amalia se abrazó por la cintura de él.—Tengo que irme, deben estar muy preocupados por mi ausencia.—Estas bien, vamos, pero primero quiero que tengas este teléfono, —No... —trató de negarse.—Amor, ¿Cómo nos mantendremos comunicado? Si tuvieras un teléfono sería más fácil. ¿No crees?.Amalia vio la posibilidad de comunicarse con su madre.—Está bien, l
¡Riiiiin! El sonido de la alarma sonaba por cuarta vez, Jean Lucca levantó la mano y logró silenciar la.Nuevamente y sumergido en un profundo sueño, el trasnochar le estaba pasando facturas.Después llegó Jean Pietro levanta el cobertor haciendo que su hermano despierte.—¿Que carajos crees que haces? Déjame dormir. —se quejó Lucca.—Ya despierta Lucca, papá espera por nosotros, necesita hablar y más contigo pero nos espera a los dos.Jean Lucca como impulsado por un resorte se puso de pie y miró a Pietro.—¿Dime qué no me propase anoche? hermano.-preguntó algo temeroso.—No se lo que hiciste pero padre está furioso contigo, y me envió para llevarte de vuelta, pero es ya.Lucca fue al baño se duchó mientras Pietro lo esperaba en la sala de star y llega el mayor de todos Jean Carlo.—Pietro, papá está esperando a Lucca ¿y aún no está despierto? voy a romperle la cara a ese imbécil. —Carlo estaba furioso con Lucca, pues su trabajo era llevar a los socios a un centro de diversiones par
Mientras Lucca hacia lo que fuera por obtienes esa franquicia.Jean Carlo se había levantado temprano, se había duchado y salido, subió a su auto y despareció todo el día.Eran entrada la tarde y Fabrizzio marcó su celular y nunca recibió respuestas del más ordenado de sus hijos.—Es extraño, el jamás se comporta así. —expresó muy preocupado Fabrizzio, pues necesitaba saber lo que pasó con Lucca, esa información de los Riscos lo tenía pendiente.—Llama a Pietro. —sugirió Mericci algo preocupada por no tener respuestas de ni uno de sus hijos.—No responden, ¿Acaso hoy es huelga del silencio de estos chicos.? Los tres están fuera de servicio. -renegó Mericci mirando a Fabrizzio.—Tranquila mujer, ellos están bien, ya nos lo explicarán el por qué no responden.—De Lucca no me sorprende, pero de Carlo y Pietro, ellos jamás nos dejan sin responder.Pietro, llegó casi al anochecer, nuevamente con su sonrisa que iluminaba, subió a la habitación miró su celular y vio que no se había reportado
Amalia y Almais caminaron por las calles de Capri, saber que estaban lejos de la abuela Enza y de Laura Aurora, les rompía el corazón.Amalia caminó nuevamente en busca de un trabajo y un lugar donde dormir, ahora tenía a Alma con ella y tenía que protegerla.—Amalia, aquí no conocemos a nadie que nos ayude para vender algo en la estación del tren. ¿Qué haremos mientras?.—Tranquila mi niña, ya encontraré algo, pero quiero que siempre, siempre digas que eres mi hija, y no te alejes de mí por ningún motivo. ¿Estamos de acuerdo?—Si mamá, desde hoy serás mi mamá.Amalia abrazó a Alma y siguieron caminando.—Por favor, ayúdenos con algo, es para comprarle comida a mi hija. —pidió Amalia a unas personas que le hicieron un gesto de negación.—Busca trabajo, no andes mendigando eres joven aún.—Pues recomienda me uno y lo tomo, no creas que me gusta hacer esto, por lo fácil que crees que es. —respondió Amalia un poco enojada.Siguieron caminando, el sol era tan fuerte que sentían el agotami
Un mes tenía Amalia en Capri, un mes que se dedicó a trabajar en el taller de costuras para los artistas ya no salía a la calle, ahora estaba ahí mirando se al espejo viendo ese maquillaje de fantasía que tenía, luego miró el diminuto traje que tenía que usar.Cerró los ojos suspiró profundamente, cogió todo y lo guardó en su bolso.—No tengo otra salida más que hacer esto. Dios que se haga tu voluntad, pero por favor que no se repita esto.—pidió con tanta angustia por el presentimiento que sentía.Amalia fue a la habitación donde estaba Alma y la vio dormir plácidamente. Acarició sus caballos y dejó un beso en su frente.—Hasta mañana mi Alma, pronto estaremos en otras condiciones, lo prometo.Amalia salió de la habitación y Alma abrió los ojos y la vio salir.—Está noche será un caos para ti mamá, todo será una mala noche.Se levantó de la cama, tomó un abrigo y salió sigilosamente para seguirla, se coló en la Buceta donde iban los instrumentos y pudo seguirla sin ser vista.Amalia
9Julianne llevó a Amalia a casa, la dejó instalada en la habitación que compartiría con la pequeña, les dio vestimenta y las dejó descansar Tres días pasaron, Amalia estaba ayudando con el trabajo de la casa, estaba limpiando en el jardín cuando llegó otro de los Ferrari, Amalia lo miró y este también fue completamente indiferente. Se acercó a ella mientras Amalia sentía su corazón retumbar en su pecho. Lo miró fijamente y le pareció diferente en su estilo.—Hola Amalia, vine para llevarte al tribunal, mi hermana me encargó mucho que esté pendiente de ti. —Dijo mirándola con indiferencia. Y eso le hacía sentir una extraña sensación de tristeza y coraje a Amalia.—No hace falta que se haga cargo de mí, yo puedo sola y además, no creo que a su novia le haga gracia que esté al pendiente de otra mujer.—Haber Amalia, no tengo por qué escuchar tus cuestionamientos sobre mi vida privada, no tienes por qué opinar sobre mi novia, y si estoy tratando de ayudarte a ti, no es que tenga otra