—Bienvenido, Sr. Romero —saludó Calavera con un acento que no pude identificar— ¿Puedo ofrecerle algo de beber?
—No, gracias. Sólo he venido a mostrar mis respetos a un gran líder y guerrero. —Romero sabía que Calavera era inteligente y no se dejaría suavizar por halagos, pero que éstos calarían entre sus subalternos y esto, a su vez, era provechoso para el jefe pandillero que así lo reconocería.
—Igualmente, Sr. Romero. Es usted un hijueputa muy valiente para venir acá. Podría meterlo al Pozo —dijo señalando el sótano donde unos zombis se daban un festín— si me diera la gana.
—Pero no lo hará —respondió Romero— porque le soy útil vivo.
—Talvez sí, talvez no, yo no me confiaría mucho de ser usted. —Calavera fijó su mirada en Romero, pero este no titubeó. No podía mostrar el más mínimo temor en ese momento. De todas maneras siempre supo que ingresar al territorio mara era un peligro, pero estaba dispuesto a afrontarlo, así
Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos. Isaías 26:19-21 E Ishtar dijo: Padre, dame el Toro del Cielo, Para que mate a Gilgamesh en su andar. Si no me das el Toro del Cielo, Abriré las Puertas del Inframundo, Destruiré los umbrales, y los dejaré abiertos, ¡Y dejaré a los muertos subir a comerse a los vivos! ¡Y los muertos serán mucho más que los vivos! La Epopeya de Gilgamesh Había finalizado mi morb
Había cinco mujeres enterradas en el sótano. Al menos una debería ser huesos en este momento pero el resto podía preservar algo de estructura ¡y podía escuchar el sonido de gemidos fantasmagóricos brotando del sótano! Algunas de las viejas cajas y muebles que estaban sobre el piso de tierra de esa habitación empezaron a caer como movidos accidentalmente por torpes cadáveres y pude escuchar como unas pisadas de ultratumba subían las escaleras de madera. ¡No tenía mucho tiempo! Y ya el dolor y la asfixia que me provocaba la extremidad cortada de una de mis víctimas empezaban a hacer mella en mi mente. Haciendo uso de todas mis fuerzas separé el miembro que atenazaba mi garganta desgarrando con ello mi piel pues los dedos se aferraron con todo y uñas a mi cuello, pero una vez separada la mano la introduje en la licuadora y puse el aparato en funcionamiento. Traté de calmarme. Me dolían los arañazos en el cuello y rostro provocado por mis
Existe algunos momentos y ocasiones extrañas en este complejo y difícil asunto que llamamos vida, en que el hombre toma el universo entero por una broma pesada, aunque no pueda ver en ella gracia alguna y esté totalmente persuadido de que la broma corre a expensas suya. Moby Dick Herman Melville Me adentré por el lujoso rascacielos localizado en la ciudad de Nueva York donde se ubicaban las oficinas centrales de Serpent & Rainbow Inc., una poderosa farmacéutica multinacional. El enorme logotipo de la empresa conformado por una S&R dentro de un círculo y en el centro la típica serpiente enroscada en el báculo de Mercurio, pero con un arco iris al fondo, resaltaba notorio en la entrada principal. El edificio debía tener cientos de pisos sin embargo no era una de esas estructurales moles de ventanales como espejos sino un viejo rascacielos de principios del siglo pasado de aspecto gótico y picudo.
Me moví para escuchar la conversación de otro grupo de personas, estos eran un ruso, una muchacha joven y un sujeto de aspecto latino. —…le advertí a mi padre muchas veces que algún día lo haría hacer lo que yo quería —explicaba la joven, era atractiva pero tenía un rostro aburrido y sarcástico. —¿Para que esperar a que muriera? Invertí los ahorros de mi vida y logré hacer que el muy maldito fuera mi títere y me nombrara la heredera de todas sus empresas y propiedades en vida. —Un plan muy lógico —adujo el latino— yo por mi parte me he encontrado con que mis plantaciones bananeras en Ecuador prosperan astronómicamente desde que uso los servicios de Rainbow. ¡Hay que ver lo que se ahorra en salarios! —Y lo mejor es que no hay peligro de que se escapen y alerten a las autoridades —intervino el ruso— yo manejo cincuenta y tres burdeles en todo el mundo y gracias a Rainbow las chicas son completamente sumisas y pasivas. Cumplen la
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el infierno entregaron los muertos que había en ellos Apocalipsis, 20:13 Pidan su absolución, el Diablo esta cerca, esta tierra está condenada Profecía de Anneliese Michel, joven poseída por siete demonios que falleció durante el exorcismo en 1976 El barco de los muertos zarpará de la Playa de los Cadáveres y su tripulación tomará el Mundo y llegará hasta las orillas del Cielo Dura será la tierra, con gran adulterio. Una era de hachas, una era de espadas, de escudos destruidos, una era de vientos, una era de lobos, antes que el mundo se derrumbe; Ni los hombres se respetarán entre ellos. Profecía del Ragnarok Cuando los hombres vuelvan a las costumbres primitivas como si el tiempo marchara hacia
Debido a nuestra riña él tuvo que dormir en una hamaca afuera de la tienda. La noche era igual de calurosa que el día y la luz de la luna bañaba de tono plateado el ambiente. Las olas del mar repicaban en su incesante vaivén y de entre sus aguas comenzaron a emerger unas figuras repulsivas y macabras. Primero brotaron sus cabezas resurgiendo de entre las aguas sin necesidad de respirar. Poco a poco el resto del cuerpo fue visible hasta que un conjunto de húmedos y goteantes figuras que deambulaban torpe y temblorosamente caminó sobre la arena. De todo esto era ajeno Bernal que estaba profundamente dormido. Para cuando abrió los ojos al percibir una gélida presencia a su lado, profirió un gemido pávido al contemplar un espeluznante sujeto de piel grisácea y que hedía a putrefacción que lo miraba con un rostro contraído en una mueca de furia. El ser se lanzó encima suyo de inmediato y comenzó a rebanarle el cuello a mordiscos. &n
Las imágenes que transmitía la televisión eran infernales, pero también lo eran las que podíamos ver desde la ventana de nuestra casa. En algunos países el ejército había iniciado procedimientos de salvamento con diferentes grados de éxito, pero ni siquiera los soldados eran lo suficientemente efectivos contra las hordas imparables de muertos resucitados. No obstante, mi país no tenía ejército así que era poca la ayuda que podía esperar. La Comisión Nacional de Emergencias y la policía hicieron lo que pudieron pero pocos días después del brote ya no habían autoridades funcionales. Los reconocidos periodistas de Canal 7 nos pedían mantener la calma mientras mostraban imágenes del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría en Alajuela, el mayor del país, donde tres mil personas intentaban escapar por avión inútilmente y saturando las instalaciones asediados por zombis. En las últimas transmisiones se escuchó a los pastores evangélicos debatiendo sobre el fin del mundo, la
Muchos lectores estarán prejuiciados condenándonos por habernos entregado a esa incestuosa relación. No tengo justificación alguna. Ni siquiera la crisis en que estábamos atrapados o el sentimiento claustrofóbico. Pero puedo decirles que tras ese acto sexual gran parte del estrés y el horror acumulado por meses desapareció. El cariño y la calidez humana sumados al placer carnal burdo y animal no pueden remplazarse ni siquiera por el aprecio fraternal que siempre nos promulgamos. Y, tras acostumbrarnos gradualmente a la idea, nos entregamos libremente a nuestro incestuoso idilio haciendo el amor con una frecuencia tan asidua como podíamos así como desarrollamos nuevas y creativas formas de poseernos. Mis predicciones sobre los zombis fueron atinadas. Ante la falta de alimentación algunos se fueron y su número menguó considerablemente y, de los que quedaron, la mayoría comenzó a entrar en algún tipo de letargo. Pero seguía siendo inseguro para alguien que no estuvi