Cuando ella volvía a sentarse, Cristóbal de inmediato abría una botella de agua y se la acercaba.Al percibir que Gabriela tenía calor, se dedicaba a abanicarla con cuidado.En ocasiones conversaban, y bastaba con que ella se inclinara un poco para hablarle, para que él se agachara a escucharla con toda la atención del mundo, contestándole enseguida.Los internautas, que se alimentan de las historias románticas, no pudieron resistirse y se dejaron llevar por esta «nueva pareja a shippear»."Desde que empecé a ver videos del concierto en TikT*k, me llamó la atención este hombre guapísimo que está con ella. ¡Quería que alguien lo investigara porque, de verdad, es un espectáculo aparte!""Para todos los que tenían lástima por su divorcio, pues lástima por ustedes mismos. ¡Ella ya encontró a alguien increíble y ustedes siguen solteros!""A pesar de que los videos no son muy claros, se nota que él la mira con una ternura que le brilla en los ojos. ¡Se ve que la adora!""Ver a Gabriela así d
Mientras el debate ardía en redes sociales, apareció un nuevo escándalo: alguien compartió un breve video de felicitación que Gabriela había grabado para la inauguración del nuevo teatro de un conocido mánager. En ese video, la bailarina muda hablaba con total normalidad.La persona que filtró la grabación comentó:"Él curó el trauma que arrastraba desde la infancia y la ayudó a recuperar el habla."Aquello fue como encender un polvorín."¡Después de recibir tratamiento con Cristóbal, Hans volvió a ser alguien positivo y compuso una canción tan llena de luz! Eso prueba su enorme talento como terapeuta.""No solo Hans y Gabriela avalan su trabajo; hay muchos más que han alzado la voz para defenderlo. Aquí les dejo algunos testimonios recopilados. Ojalá esto sirva para limpiar su nombre, porque buenos médicos como él no abundan."Al otro lado del océano, Noelia fruncía el ceño mientras revisaba las últimas tendencias.—¿Pero qué le pasa a Gabriela? ¡Si quiere limpiar la imagen de su «amo
Había llegado a la conclusión de que, en ese momento, lo mejor era no desgastarse con Gabriela; había mucho tiempo por delante para vengarse.Primero debía resolver algo más urgente: llevaba ya casi un mes comprometida con Álvaro, pero él no daba señales de querer registrar oficialmente el matrimonio. Y aunque la llevaba a todas partes, hasta el día de hoy ni siquiera la había tocado.«¿Qué hombre rechaza así a una mujer?» se reprochó en silencio, sintiéndose aún más incómoda al saber que Álvaro y Gabriela habían sido amantes. Esa idea le carcomía la cabeza.«¡Esta noche!» se dijo con determinación. «Sea como sea, hoy logro que Álvaro finalmente sea mío.»***En San Grove, el primer concierto de la gira del grupo de Hans fue un éxito rotundo. Más de la mitad de los primeros veinte puestos en tendencias estaban relacionados con el evento. Además, aquel mismo día lanzaron las canciones en solitario de cada integrante, y el tema que Hans compuso para Gabriela batió récords de ventas en cu
De inmediato, el rostro del chico se tiñó de rojo. Había insistido en que lo reconociera como el número uno y, ahora que lo hacía, él se moría de vergüenza.—Bueno… —murmuró—, así está mejor.En el escenario, Hans había estado pendiente de Gabriela todo el tiempo, incluso cuando sus compañeros hacían sus solos. Le daba un poquito de celos verla tan concentrada con cada actuación. Un orgulloso leonino necesitaba sentir que su luz era única para la persona que le importaba.Mientras charlaban, Hans notó la manera en que Cristóbal lo observaba. Esa mirada, normalmente sosegada, hoy parecía… ¿bondadosa?—Oye, Cristóbal, ¿por qué me miras así? —preguntó Hans, un tanto incómodo.Cristóbal avanzó un par de pasos y lo abrazó sin previo aviso:—Nada, solo estoy orgulloso de ti, eso es todo.Hans aún seguía confundido cuando subió con sus compañeros a la camioneta que los llevaría a la fiesta de celebración. Sacó el celular para revisar las redes y, con el corazón latiendo de expectación, buscó
Limpiaba cada mancha de sangre o cicatriz sin inmutarse, sin juzgar, diciéndoles con voz suave que no pasaba nada, que quien estaba herido podía sangrar muchas veces y, aun así, seguiría habiendo oportunidades de sanar.También tenía una paciencia infinita.Si, al limpiar las heridas, volvía a surgir sangre, no se inmutaba. Los consolaba con un suave "No pasa nada, es normal que siga doliendo. Si no se limpia de una vez, lo haremos las veces que haga falta. Algún día sanará, tarde o temprano."Hans sabía que la mente humana era compleja y frágil; aunque Cristóbal no podía garantizar una cura total, sí ofrecía algo de esperanza.Y si alguna vez llegara a "caer de ese pedestal" en el que la gente lo había colocado, quienes realmente sufrirían no serían solamente él, sino sus pacientes, quienes verían esfumarse su poca fe en la recuperación.—¡Qué mujer tan problemática! —bromeó uno de los integrantes del grupo, refiriéndose a Gabriela.Todos sabían quién era "la manzana de la discordia".
No todos estaban de acuerdo, por supuesto, pero ninguno se atrevía a protestar. En la camioneta reinó un silencio incómodo, como si el aire se hubiera congelado, y así permanecieron hasta llegar al lugar donde se celebraría la fiesta.Algunos paparazzi, cámaras de video y fans se habían enterado de la dirección y esperaban a la entrada. En cuanto se abrió la puerta de la van, los integrantes del grupo, que momentos antes parecían en un funeral, cambiaron sus rostros al instante y se pusieron la mejor sonrisa. Se bajaron uno por uno, saludaron a la gente a su paso y entraron de prisa al local.Hans salió el último, vestido con el mismo estilo de siempre: gorra, cubrebocas y audífonos. Ocultó su rostro casi por completo y caminó con pasos largos y rápidos, sin detenerse para nada, hasta desaparecer del campo de visión de todos.En el mundo del espectáculo, donde abunda la fama y el dinero, cualquier desacuerdo puede "resolverse" mientras sigan existiendo beneficios para ambas partes.Mie
Hans tenía que partir muy pronto hacia la siguiente ciudad de la gira, así que no podría acompañar a Gabriela al hotel ni pasar más tiempo conversando con ella. Aun así, él deseaba prolongar esos minutos, pero podía ver que Gabriela hablaba en serio; se le notaba el cansancio.—Los acompaño hasta la camioneta —se ofreció Hans, poniéndose de pie. Se adelantó a Cristóbal y tomó del respaldo el abrigo de Gabriela, entregándoselo con cuidado.Rosalina, al notar el gesto, miró a Cristóbal con una sonrisa maliciosa. En voz muy baja y en francés, le susurró:—Este chiquillo viene con todo, ¿eh?Pero Cristóbal no mostró la menor preocupación. Conocía bien los gustos de Gabriela y, francamente, ese tipo de belleza juvenil no era lo que la impresionaba.Hans los llevó hasta el auto y, antes de que se cerrara la puerta, se quedó mirando a Gabriela con el ceño ligeramente fruncido, como si aún tuviera algo importante que decirle. Cuando el vehículo ya estaba por arrancar, llamó con un leve golpeci
—Señor Leandro, le habla Jackson, asesor de inversiones de Rossack Capital. Llamo por el proyecto que usted registra bajo el número 0379. ¿Le interesaría obtener financiamiento?Leandro parpadeó, sorprendido.—No he solicitado fondos a Rossack Capital —respondió con cautela.—Efectivamente. Sin embargo, hay un inversionista de nuestra firma que confía plenamente en su iniciativa y ha propuesto invertir.—¿Quién? —preguntó Leandro, intrigado. Por lo que él sabía, nadie se atrevería a desafiar el poder de Álvaro y financiar su proyecto.—En Rossack Capital protegemos la privacidad de nuestros clientes y no podemos revelar esa información —explicó Jackson con un tono formal—. Le agradecería que, si está interesado, prepare la documentación del proyecto. Mi equipo y yo viajaremos a su país tan pronto como sea posible para negociar la inyección de capital y ultimar los detalles contractuales.—¿Fue Gabriela? —inquirió Leandro, directo.La voz al otro lado de la línea repitió con cortesía:—