—Muy buen trabajo, aquí tienes lo prometido —Nicoll le entrego un pequeño sobre al joven mesero, el al revisar la pila de billetes se froto la mejilla

—Valió la pena, si desea algún otro servicio señorita estoy para servirle, sabe donde encontrarme.

—No te necesitare más, me fuiste muy útil, pero no acostumbro a reutilizar a mis peones.

Cubrió sus ojos con unas gafas, y camino de frente sin volver a dirigirle la palabra. Se lamentaba de tener que recurrir a esos métodos tan nefastos pero si así era la unica manera de hacer que esa niña dejara a su amado Malcolm, no se detendría hasta lograrlo.

Malcolm estaba en buena condición, a pesar de tener años que no pisaba un gimnasio ni salir a correr por las mañanas, pero aquel espía de lentes y camisa cuadrada si se mantenía en magnifica forma, un segundo estaba a punto de sujetarlo del cuello de la camisa y al otro estaba tan lejano como una hormiga.

—Esto estará mañana en los periódicos —se froto la nuca estresado —, será bueno, vez te l