Arianne cubrió con sus manos una sonrisa, limpio una lagrima que bajaba por sus mejillas, sus ojos era unas chispas increíblemente brillantes y saltarinas, abrió sus brazos y se lanzó sobre él, con una felicidad, Malcolm apenas conseguía controlar a su pequeña chiquilla traviesa que casi lo derrumba hasta el piso.

Cayó en el sofá con Ariane sobre él, ella no paraba de besarlo, y de apretar su rostro.

Lo lleno de besos, y miro sus ojos entre beso y beso.

—Oh, oye tranquila caramelito, estoy bien no es para tanto

Realmente Arianne no le tomó por sorpresa, habia notado algo diferente en él durante el día.

—¡Hay por amor de Dios!, van a comenzar con sus cursilerías me largo a la cocina.

Jeremy se puso en modo Grinch, no soportaba ver el romance entre una pareja, jamás había experimentado tanto empalague, no sabía si odiarlo o felicitarlo por esa suerte que lo acompañaba incluso en momentos difíciles.

—No sabes cuanto me alegro por ti hijo mío. —Le aseguro su padre con los ojos aguados. —