Gabe Russo
¿Papá? Eso quiere decir que Nicolav está aquí, no solo eso por el grito de Gariel deduzco que está en la cocina ¡Jake también está en la cocina! No puedo creer que esté aquí, se supone que no vendría hasta el fin de semana.
Calma tus nervios Gabe, actúa con normalidad. No estás haciendo nada malo y Jake es solo tu niñero, no es como si estuviera pasando algo más entre ustedes, además no tienes que darle ninguna explicación a Nicolav.
Termino de cerrar mi maletín y bajo las escaleras en dirección a dónde aún se escuchan las voces, estoy a unos cuantos pasos de distancia cuando escucho con claridad los gritos emocionados de Gariel mientras le cuenta que ahora podrá ir al parque con Jake y Max.
Respiro profundamente llenándome de valor y entro a la cocina.
Soy recibida por el ambiente tenso e incómodo que se aprecia entre los dos hombre adultos en la habitación.
—Nicolav ¿Que haces aquí? —pregunto un poco nerviosa, no quisiera que haga una escena frente a mi nuevo empleado el cual pasara bastante tiempo con nuestros hijos.
El padre de mis hijos me mira y en su mirada puedo ver claramente la pregunta que tiene mucho antes de que pueda formularla, avanzo adentrándome aún más hacia donde se encuentran y extiendo una mano al aire señalando a Jake.
—El es Jake, es el nuevo niñero que contraté para los niños. Jake —el nombrado me mira y no sé cómo lo hace pero puedo jurar que mis piernas tiemblan ante su mirada, por suerte nadie lo nota y puedo continuar como si nada—, el es Nicolav, es el padre de Gariel y Maximilian.
—Mucho gusto —responde cortésmente Jake, recibiendo la mirada fría y penetrante de Nicolav como respuesta.
—El gusto es mío, Jake —pronuncia con un tono diferente su nombre a lo que el niñero levanta una ceja sin dejarse intimidar, internamente me sorprendo un poco y a la vez tengo un poco de miedo de lo que pueda pasar, externamente mi cara está en blanco lo único que puedo dar a demostrar es mi insatisfacción por el comportamiento de Nicolav.
Max se retuerce entre los brazos de Jake un poco en los brazos de Jake mientras que Gariel solo sostiene la tela del pantalón de su padre sin que esté siquiera lo noté, la mano de Nicolav me quita el maletín para luego agitar el cabello de Gariel con la otra mano en forma de despedida.
—Nos vemos amigo, se un buen chico mientras no estamos —se claramente lo que está haciendo y lo confirmo cuando Jake se remueve un poco mirándome fijamente a la cara pero yo lo evitó con algo de verguenza recorriendo mi sistema, presto atención a Nicolav que ahora se acerca a paso lento hacia Jake acariciando la pequeña cabeza de Max—. Y tu campeón no causes tantos problemas, nos vemos el fin de semana —hablo dirigiéndose esta vez a ambos haciendo que los ojos de Gariel brillarán de la emoción.
—¡Genial! Adiós papá —exclama mi dulce hijo antes de abrazar a su padre por las piernas debido a su altura.
—Adios niños, Gabe —me mira y yo le doy un asentimiento de cabeza para que se adelante al auto—. Nos vemos Jake, espero verte pronto.
Jake solo le dedica una mirada y lo que seguramente sería una sonrisa pero que le salió como una mueca, eso sin saber porque me saca una pequeña sonrisa que borro instantáneamente.
—Bien Jake, espero que tengas todo en orden y si tienes algún problema dentro de poco llegará Olivia, ella es la nana y ama de llaves de esta casa —me aseguró de no olvidar mencionar alguna cosa pero todo ya está dicho, les dedico una pequeña sonrisa a mis dulces bebés—. Pórtense bien y hagan caso a Jake, los amo príncipes de mami.
Me acerco primero hacia Gariel quién me recibe con un gran abrazo y antes de soltarme me da un tierno beso en la mejilla que hace que mi corazón se derrita.
—Te amo mamá, cuídate —con un poco de torpeza me acerco en dirección a Jake dejando un beso en la cabeza de mi príncipe más pequeño. Cuando me aparto con un poco de disimulo detallo con mas atención los rasgos de mi nuevo niñero.
—Nos vemos en la tarde, llegaré temprano hoy asi podremos ver alguna película juntos o...
El grito emocionado de mi hijo me hace callar casi de inmediato.
—¡Una película! Quiero ver esa película de la que hablan mis amigos de la escuela —le sonrío y asiento acariciando su suave cabello.
Escucho la bocina de un auto afuera y no me hace falta pesar mucho para saber que se trata de el impaciente de Nicolav, suspiro con cansancio y me alejo de ellos caminando a la salida.
Al subir al auto lo primero que me encuentro es con la mala cara de Nicolav el cual de inmediato arranca el auto haciéndome soltar un resoplido, lo nota y su ceño se frunce de tal manera que solo faltan unas milésimas de segundos para que su voz corte el silencio.
—¿Y a ti que te pasa? —suelta de golpe yendo directo a lo que le molesta.
Medito si contestar o no pero a la final termino haciéndolo, una pequeña parte de mi aún sigue correspondiendo a sus provocaciones.
—¿Que me pasa de que? —replico con molestia.
—¿Acaso debo preocuparme por el niñero? Apenas entraste tu cara se puso pálida, además de eso parecías muy pendiente de lo que pensara de...
—¿De que?
—De nosotros —completa finalmente sacándome una sonrisa divertida.
—No hay un nosotros Nicolav, tu te encargaste de eso.
—Sigues sin responder a mi pregunta —frunce su ceño cuando sigo sin responder.
Sinceramente ni yo sé si hay que preocuparse por el niñero, su presencia me tiene un tanto desconcertada y solo han sido unas cuantas horas desde que lo vi.
Pero da igual si ese chico me resulta interesante o no, para Nicolav sigue siendo una amenaza. Mejor dicho cualquier cosa de género masculino resulta una amenaza para el según su instinto de hombre, cosa que me tiene harta desde hace mucho.
Me controlo antes de soltar alguna cosa de la que pueda arrepentirme y hablo con la misma frialdad y desinterés con la que le hablo siempre.
—No, no hay de que preocuparse. Pero de igual manera eso no te incumbe a ti, te recuerdo muy bien que ya te lo he dicho en muchas ocasiones. No quiero hablar más del tema del niñero, solo deja el tema Nicolav —corto la conversación de inmediato o eso pensaba yo ya que sin dudarlo el vuelve abrir su boca.
—Solo te advierto una cosa Gabe, no quiero tener que volver a alejar a otro imbécil que te persiga. Suficiente tuve con...
—Para ya, no eres nadie para estar metiéndote en mis asuntos. Solo ocupate de estar pendiente de nuestros hijos, es lo único que nos une en estos momentos —me volteo mirando hacia la ventana dando a entender que no quiero hablar más del tema, cierro mis ojos luego de un rato pensando en si hice bien al contratar a Jake.
No te puedes arrepentir ahora me repito varias veces, si tan solo las cosas fueran más fáciles no tendría este tipo de problemas.
Solo resiste Gabe, me digo a mi misma como en cada ocasión que siento mis pensamientos caer como una bomba sobre el puente de estabilidad que me cuesta tanto reconstruir una y otra vez.
Desde que nació Gariel mi pecho sintió un alivio inmediato que la instante fue plagado de nuevas preocupaciones, preocupaciones que guarde para mí misma. Resistiendo al mundo real por las únicas gotas de luz en medio de tanta oscuridad, la única cosa mágica que ha perdurado durante los años. Y la única que deseo mantener sin importar el costo.
Sigo en el baño intentando remover la pintura verde del cabello de Gariel, se remueve inquieto cuanto aplico nuevamente otro poco de jabón en su cabeza. Sus manos diminutas intentan quitar las mías de su cabeza pero no lo permito.—Aah, no quiero suéltame —se suelta de mis manos pero de inmediato tomo la ducha con la mano libre de jabón y le hecho agua en el rostro haciendo que suelte una risa, coloca sus manos intentando evadir el agua—. ¡No! Ayuda.Me río divertido por su negativa aunque ambos sabemos que se está divirtiendo tanto como yo.—Bien, me detendré pero déjame terminar de quitar la pintura de tu cabello. Si tu no hubieras hecho esa "inofensiva" broma no habrías terminado hecho un desastre —le vuelvo a decir recordando el hecho anterior que lo dejó así de sucio. —Esta bien, pero usa el shampoo de color verde es el que mamá usa cuando...—no sabe cómo continuar por lo que soy yo quien termina la oración.—Cuando terminas hecho un desastre de pintura, bien ahora pásame el env
La miro de lejos sin perderme ni un solo movimiento de ella tal y como llevo haciendo desde que me levante de la cama, en una de sus manos sostiene el biberón de Max mientras que con la otra teclea algo en su laptop. Continua sumida en sus pensamientos sin notar que tiene toda mi atención en ella, o si lo nota hace caso omiso. —Mamá, Jake dice que los ositos de goma están hechos con saborintanes de frutas y que eso le hace daño a nuestro estómago —Gariel entra a la cocina con un paquete abierto de ositos de goma en una mano y en la otra sostiene un oso de goma observándolo con el ceño fruncido.—Se dice Saborizantes, y no hacen mucho daño si no comes demasiados como pasa con el resto de las golosinas ¿Cierto Jake? —la madre de los niños me mira con una ceja levantada, podría apostar a que en su mirada me dice "¿En serio le dijiste eso a un niño?" A lo que yo solo me encojo de hombros continuando con mi café.—Muy cierto, además tal vez dentro de unos años de tanto comer ositos de gom
El ruido en mi puerta no me deja dormir, golpean con insistencia. Tanta que me hace pensar que debe ser algo urgente y de suma importancia pero antes de que pueda levantarme por completo la persona que toca mi puerta cual tambor, habla.—¡Jake! —exclama el pequeño niño, dueño de mis ya acostumbrados despertares el cual parece que no aguanta el día sin decir mi nombre por cualquier cosa.Me debato entre haberme el dormido y continuar descansando en la comodidad de mi habitación o levantarme, abrir la puerta y dejar que desastre me despierte por completo. Tras pensarlo mucho, con el sonido de mi puerta de fondo, me voy por la sabía decisión de levantarme y abrir la puerta antes de que el crío detrás de esta la tumbe te tantos golpes.¿De dónde saca tanta fuerza?—¡Ya! Ya voy —persiste aún tocando a lo que suelto un suspiro cansado llevando mis manos a mi cara para estrujar mis ojos aún dormidos, maldigo cuando por pura torpeza mi pie se golpea con el pie de la cama—. ¿Puedes dejar la pu
Este sin duda debe haber sido el viaje en auto más largo que he tenido, por mucho el más incómodo también. Pasamos la mitad de viaje en silencio o al menos el que se permitía gracias al sonido de las notificaciones del celular de Gabe quien casi en automático contestaba cada una, junto a algunos balbuceos e incoherencias por parte del pequeño Max.Luego de un par de minutos más decido romper el silencio llamando la atención de Gariel, sus ojos me enfocan dibujando una mueca que encaja en el perfil prefecto del aburrimiento.—¿Que tal si jugamos un juego? —casi podría sorprenderme de la facilidad con que su cara cambia a una verdaderamente interesada por el tema, me dedica una sonrisa radiante demostrando que está de acuerdo con mi idea hasta que sus cejas se juntan llenas de confusión.—¿Que vamos a jugar? —la pregunta parece llamar la atención de su madre, la cual de inmediato se gira para mirar en nuestra dirección.Titubeó un poco, la verdad es que no pensé en ello.Miro el alreded
—¿Que sucede? —nos pregunta a ambos al mismo tiempo, se acerca a mi para tomar a Max en sus brazos, el bebé se ríe contento de la atención que se le brinda y se agarra de un mechón de cabello de su madre.No se como sentirme en estos momentos.Por un lado me siento feliz de que Gabe hablé de mi con su hermana, en especial al saber que en sus conversaciones se usan las palabras "gustar" y "guapo" para referirse a mi, pero por el otro tengo una especie de discusión interna que no para de pensar en que esto puede que no sea real y que Gariel solo haya escuchado mal las palabras de su madre, algo que dudo.¡Agh! ¿Por qué tiene todo que ser tan complicado?Miro a la mujer dueña de mis pensamientos tortuosos, la cual sonríe sin enterarse de nada, y me rasco la nuca con algo de ansiedad.—Mmm, bueno lo mejor será que entremos ya —le hace un llamado a el mayor de sus hijos para que le siga a lo cual el la sigue ahora sonriente, bien lo mejor será evitar el tema por los momentos y tratar de no
—¡Jake! —Gariel y el otro niño se acercan a mi corriendo sosteniendo una pelota inflable, lo dejo que termine de acercarse mientras que yo termino de aplicar el protector solar en mi cuerpo.Al llegar a mi lado sacude la pelota frente a mi rostro soltando un par de risas cómplices con Demian, suspiro con aburrimiento.Bien creo que justo ahora, en estos momentos me arrepiento con fuerza de haber venido a esta salida. Me giro para vigilar un poco a Max el cual se encuentra en los brazos del tipo loco que se hace llamar Thomas, el cual por cierto ahora se encuentra charlando y riendo tranquilamente con Gabe, no me cae bien el pelinegro por la simple razón de que su comportamiento es fuera de lo común. Se comporta de una manera en la que es imposible saber que piensa o qué clase de persona es, y eso me fastidia.—¿Jugamos a la pelota? —me olvide por completo de los niños que permanecen parados a mi lado esperando una respuesta de mi parte.Finjo pensármelo un poco.—Mmmm, no lo sé...está
Estoy hecho un desastre pegajoso cubierto de helado de fresa y chocolate, Gariel continua pidiendo disculpas al igual que su amigo quién se mira realmente asustado por mi reacción.—Niño, ya callate dije que no es para tanto solo me lavo y ya —aun continuo confundido por el rostro pálido de Demian pero antes de que pueda preguntarle al respecto Thomas y Gabe se acercan en nuestra dirección, el primero solo le presta atención a el niño pelinegro.—¿Todo bien? —se agacha frente a él posando sus manos encima de los hombros del niño el cual se arroja a sus brazos tembloroso, mi ceño se frunce realmente confundido por la reacción de Demian.—Yo quería, te lo prometo —le repite una y otra vez abrazando el cuello del mayor se alejan en dirección al toldo mientras Gabe solo toma un paño de tela que trae en su mano y con ella intenta limpiar el desastre que tiene por hijo.—Lo siento Jake —pide disculpas el niño haciendo muecas raras cuando su mamá le pasa el pañuelo por toda la cara y cuerpo,
Mi teléfono vibra en mi bolsillo al llegar a casa, lo ignoro ayudando a Gabe a meter las cosas dentro junto con Gariel que con mucho esfuerzo carga el bolso que traía conmigo durante el viaje.Veo a su madre sostener a Max junto a su bolsa y la pañalera sin dificultad alguna, cuando se adelanta puedo apreciar de lejos la curvatura de su espalda como también...bueno "otras cosas" que no debería notar en mi jefa.Abre la puerta provocando una risa corta pero dulce por parte del hermoso bebé en sus brazos encantado por lo que sucede a su alrededor, antes de que siquiera lo piense me encuentro arrancándole las bolsas de sus manos para que tenga completa libertad de movimiento.Gariel no se pierde ninguna acción de mi parte entrecerrando los ojos con suma atención intercalando su mirada de su madre a mi en repetidas ocasiones, el resultado de su escrutinio parece dejarlo satisfecho ya que con una sonrisa en sus labios camina rápidamente rebasando a su madre y a mi desapareciendo dentro de