Capitulo 4

Sigo en el baño intentando remover la pintura verde del cabello de Gariel, se remueve inquieto cuanto aplico nuevamente otro poco de jabón en su cabeza. Sus manos diminutas intentan quitar las mías de su cabeza pero no lo permito.

—Aah, no quiero suéltame —se suelta de mis manos pero de inmediato tomo la ducha con la mano libre de jabón y le hecho agua en el rostro haciendo que suelte una risa, coloca sus manos intentando evadir el agua—. ¡No! Ayuda.

Me río divertido por su negativa aunque ambos sabemos que se está divirtiendo tanto como yo.

—Bien, me detendré pero déjame terminar de quitar la pintura de tu cabello. Si tu no hubieras hecho esa "inofensiva" broma no habrías terminado hecho un desastre —le vuelvo a decir recordando el hecho anterior que lo dejó así de sucio. 

—Esta bien, pero usa el shampoo de color verde es el que mamá usa cuando...—no sabe cómo continuar por lo que soy yo quien termina la oración.

—Cuando terminas hecho un desastre de pintura, bien ahora pásame el envase verde —el lo toma y me lo pasa, cuando lo aplico en su cabeza veo que verdaderamente la pintura desaparece de su cabello casi de inmediato.

Ya son casi dos semanas desde que cuido a los pequeños Russo, desde el día en que llegue Gariel a estado intentando atraparme en alguna de sus travesuras. Ha hecho de todo, desde arrojarme agua apenas entro a su habitación hasta echar salsa picante a mis alimentos, a diario he tenido que tener cuidado con cada paso que doy dentro y fuera de la casa nunca se sabe cuándo el pequeño monstruo pueda atacar. Solo que para su desgracia y para mí fortuna la broma de hoy no salió como el esperaba ya que le que terminó embarrado de pintura verde fue el y no yo, su plan era dejar una bomba de pintura colgando en lo alto de la puerta de su habitación pero sin lograr su cometido está cayó antes de tiempo dejándolo lleno del líquido verde.

Aún recuerdo como escuché su grito retumbando por toda la casa y lo molesto que estaba cuando me contó lo sucedido. A regañadientes se dejó meter en la bañera y no hablo si no hasta hace unos minutos cuando comenzó a quejarse, el único que se ha comportado de la mejor manera a sido el bebé Max quién no ha dado mucho trabajo aparte de tener que cambiar sus pañales y darle un baño

Termino de bañar a Gariel cuando el llanto fuerte y claro de Max se escucha al otro lado de la habitación, dejo a Gariel poniéndose su pijama mientras que yo me apresuro a ir al cuarto de al lado donde se encuentra el pequeño Max.

—Hola amigo, ya tenemos hambre no es cierto? —lo tomo en brazos revisando si su pañal está limpio cosa que me sorprende sea así por lo que sin ningún problema lo visto con su pijama y bajo junto a él para dejarlo en su silla especial justo al lado de el sofá frente a la televisión.

Dejo un par de juguetes a su alcance mientras que voy a preparar las palomitas de maíz y el biberón nocturno del bebé, al terminar no me hace falta llamar a Gariel ya que este se encuentra sentado en el sofá escogiendo una película. Al ver que llego con el tazón de palomitas recién hechas pide por ellas al igual que Max quién se desespera por tomar de su biberón.

—Palomitas para el niño —le entrego el tazón a Gariel quién agradece volviendo a su tarea de escoger una película y saco de la sillita a Max que se encuentra encantado cuando lo tomo—. Y un biberón tibio para el bebé.

Me siento en el cómodo sofá con el bebé en brazos dándole de comer tranquilamente pensando en mi nueva rutina, no ha sido fácil a decir verdad aunque puede ser porque no estaba acostumbrado a tener un dúo de niños a mi alrededor. Solo he recibido unas dos llamadas alrededor de la semana por parte de mi madre quien me cuenta que extraña mi presencia en casa y que se siente orgullosa de mi por lo que he logrado, se sintió raro escuchar esas palabras proviniendo de mi madre ya que aunque me duela admitirlo no ha estado orgullosa de mi en un largo tiempo.

No dijo mucho de mi padre excepto que estás semanas a estado extrañamente muy nostálgico cosa a la que por más que me cueste no le prestó mucha atención, no quisiera ilusionarme con la idea de que mi padre me extrañe un poco.

De Gabe no podría decir mucho excepto de que es una madre cariñosa y ejemplar para sus hijos y que siempre que puede intenta pasar tiempo con ellos sin excluirme a mi de la ecuación, probablemente para que sus hijo se acostumbren a mi presencia. Muchas veces la he notado observándome de lejos cuando cree que no la he visto pero lo dejo pasar ya que casi siempre sucede cuando estoy con alguno de sus hijos. Probablemente me este vigilando ya que aún desconfía de mi.

—Ya conseguí la película —volteo de inmediato al escuchar a Gariel hablando y efectivamente ya hay una película reproduciéndose en la pantalla.

—¿Cual escogiste? —no es que me importe mucho en realidad ya que siempre termino dormido casi al final de cada película.

—Coraline y la puerta secreta, mis amigos han estado hablando mucho de ella dicen que da miedo pero...

Lo interrumpo sin pensarlo al recordar el nombre de la dichosa película.

—Ah no, ni hablar. Dejame y pongo el Rey León pero esa película no la veras conmigo aqui —me niego rotundamente ignorando su rostro triste, sus mejillas se ponen rojas de molestia pero aún así no cambio de opinión.

Y no lo haré.

Tomo el control y cambio de película colocando Bambi, si quiere llorar que sea de tristeza. Coloco la película sin prestarle atención a su mala cara que desaparece mediante más avanza la película.

A mi madre siempre le a gustado esa película, aunque todavía recuerdo que por alguna extraña razón no me gustaba tanto. Tal vez sería por la corta edad que tenía, probablemente ahora me guste ya que mi edad es distinta a la última vez que la he visto.

Al principio de la película ambos estábamos un poco, bueno demasiado emocionados, pero todo quedó atrás hasta que recordé porque nunca me gustó mucho la dichosa película.

La mamá de Bambi. Muere, si muere.

Y por si no fuera poco es al inicio de la película donde todo parecía bello y maravilloso, volteo lentamente con cautela mirando en dirección al niño que por supuesto se quedó mudo.

Bien, creo que sí antes no me habían botado ahora sin duda estoy despedido.

Antes de que pueda decir algo que logré consolar al pequeño niño sensible a mi lado la puerta de la casa se abre y una cansada Gabe aparece al instante.

Me mira y sonríe levemente con un pequeño sonrojó en las mejillas.

—Hola —me saluda y sin mucha dificultad me levanto con un dormido y ya alimentado Max en los brazos—. ¿Noche de pelícu...las? ¿Porque Gariel está llorando?

El niño que no se había percatado de la presencia de su madre al mirarla sale corriendo en su dirección, cualquiera que lo viera pensaría que la a extrañado demasiado, en parte es cierto pero...

—¡Se murió! —grita el pequeño niño con ojos llorosos balbuceando un montón de cosas inentendibles ocasionando que su madre me mire en busca de una explicación.

—Estabamos viendo películas y se me ocurrió poner Bambi ¡Te juro que no sabía! Solo que él quería ver una película de miedo y no...—me callo al ver que la sonrisa de Gabe se extiende y una gran y larga risa escapa de sus preciosos labios inundando la casa, su hijo deja de llorar pero aún las lágrimas se escurren por sus mejillas mientras que yo solo observo maravillado a la hermosa mujer frente a mi.

—Lo siento, es que me recordé algo que...—ríe otro poco pero esta vez coloca una mano en su boca intentando evitarlo—. Lo siento, Gariel cariño que tal si terminas de ver la película primero. No todo es tan triste, además era mi película favorita cuando era niña.

Gariel y yo la miramos con asombro por sus palabras, el pequeño niño se limpia las lágrimas del rostro y vuelve a mirar a su mamá.

—¿En serio era tu película favorita?

Ella sonríe nostálgica probablemente recordando pero al rato asiente por lo que su hijo se emociona y se acerca sentándose en el sofá terminado de ver la película.

—¿Era? —pregunto verdaderamente interesado.

—Bueno en ese entonces me gustaban mucho los animales, luego aparecieron las princesas en mi vida y no he podido sacar a Mulan de mi corazón —sonríe y es la primera vez que la veo hacerlo con tanta facilidad que me gusta verla haciéndolo—. Recuerdo que lloraba mucho al igual que Gariel, mi madre siempre se quejaba pero aún así no paraba de verla.

Algo se mueve pero antes de que pueda seguir conversando Max se remueve dormido entre mis brazos llamando la atención de su madre quien de inmediato lo toma.

—Lo llevaré a dormir, tú puedes terminar de ver la película con Gariel—se va sin decir nada más por lo que hago lo mismo sentándome junto a Gariel el cual está más animado observando la película.

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