Bastian.Voces ruidosas resonaban en mis oídos.Intenté abrir los ojos pero todo estaba oscuro; poco a poco fui recordando mi día y me tensé.-Contrólate, Bastian. – Dijo Rowan en algún lugar de la oscuridad en clara respuesta a mi gruñido molesto. - Tienes suerte de que el Alfa Noa sea comprensivo, porque sino el resto de nuestra manada estaría acampando en el maldito bosque.Me controlé, pero solo un poco.-¿Dónde estamos?-En tu habitación provisional hasta que me asegure de que no vas a intentar matar a nadie de nuevo. – Dijo seriamente.-Rose…-Ella está bien. Herida, pero por lo que pude ver, estaba bien después de patear tu culo hasta la inconsciencia.Eso me detuvo en seco.-¿Qué?Mi Beta soltó un suspiro.-La buena noticia es que a pesar de que el auto que encontramos en nuestro camino parecía una escena del crimen, Rose está viva y se encuentra viviendo en esta manada. La mala noticia es que estuviste a punto de matar al Beta favorito de esta manada, heriste al Alfa Noa, algu
Hoy no tenía a ningún grupo de cachorros que enseñar después de la escuela, así que me limité a abrazar a los cachorros que hicieron fila para ello a la hora de la salida. Ni siquiera sé cómo pasó eso. En fin, me preocupaba un poco Chase. Lo había visto taciturno en sus clases. -¿Qué pasa pequeño? -Nada. -¿Seguro? Podríamos ir por un helado y… -No, gracias. – Dijo serio cuando comenzamos a caminar por la calle rumbo a casa. – De hecho, si no te importa, ¿Podrías llevarme a la Casa de la Manada? -Claro. – Dije lentamente. - ¿Está todo bien? -Si, solo quisiera ver a mi padre. -Ah. Por supuesto cachorro. – Dije sintiéndome tonta por no haber pensado en que extrañaría a su papá. Lo dejé dentro del edificio y luego partí hacia la casa de Edson para buscar al señor Fred. La última vez que lo ví desapareció dentro de mi habitación para unas horas extras de sueño. Tristemente cuando llegué no estaba ahí así que tuve que ir a buscarlo a casa de Lucía… digo, mi casa. Lo encontré ahí s
-¿Crees que no puedes con el reto, Rose? – Preguntó Bastian divertido. -Duh, sé que puedo. – Dije rodando los ojos. – Es solo que no me gusta este trabajo. -Duplicaré tu paga. – Dijo con una sonrisa letal. Mis. Bragas. Ayuda. -No se trata del dinero. – Dije sacudiendo mi cabeza. – Se trata de… bueno, sin ofender, no quiero estar cerca de ti. -¿Por qué no? – Preguntó intrigado. Decidí ser brutalmente honesta. La verdad nos hará libres y todo eso. -Porque tengo la fortuna de ser herida de una u otra forma a tu alrededor. – Dije desestimándolo con un gesto de la mano. – Ya he estado al borde de la muerte en los últimos días y déjame decirte que no es divertido. Eres un Alfa que atrae un montón de problemas y enemigos, a mí me gusta vivir, así que no creo que este sea el trabajo adecuado para una humilde humana. Miré de nuevo el sobre lleno de billetes y tomé un par antes de regresarle el sobre al Alfa Noa. -Además, tengo algunas clases y un trabajo al que no puedo faltar para ser
-Escuché que hoy te paseaste por la manada del brazo de un apuesto lobo. – Dijo Edson desde el sillón cuando regresé. Estaba muerta. Comimos rápidamente (Bastian pagó, por supuesto) Después Bastian y Rowan me llevaron a dar un recorrido por toda la manada mientras les explicaba los sectores. Mi recorrido terminó en la Casa de la Manada en donde le dije al Alfa paso por paso la ruta que tomé con esos lobos. -No sé quién sea tu fuente de información, pero deberías de despedirlo. – Dije sentándome a su lado con un suspiro cansado. - ¿Crees que cualquiera de mis heridas se infecte si me duermo ahora sin limpiarlas? -No puedo despedir a Beatriz. No es muy buena en su trabajo, pero me proporciona una bella vista en la oficina. – Dijo dándome un repaso rápido. – Quítate la blusa. -¿Sin un beso primero? – Pregunté divertida. -Ropa ahora, besos después. ¿Quién me asegura que no estoy compartiendo fluidos con ese misterioso lobo guapo? – Preguntó ayudándome con la blusa. – Bueno, la buena n
-Lo que escuchaste. – Dije fulminándolo con la mirada. -Uh… de acuerdo. Entonces, ¿Por qué piensas eso de mi pareja? – Preguntó el bastardo cambiando su atención de mí a Chase. Éste lobo tenía piedras por cerebro. -¡¿Por qué?! – Pregunté incrédula. – La pregunta aquí debería de ser, ¿Por qué m****a no piensas lo mismo? -Bueno, no podría asegurar que mi pareja es una perra sin sentimientos porque creo que me ha demostrado que no lo es. – Dijo lentamente. Yo bufé. -Si piensas eso es porque algo le ha puesto a tu comida, estoy segura. – Dije mirándolo con asco. – No puedo creer que la defiendas después de que abandonó a este tierno cachorro. – Dije acariciando la espalda de Chase. -Abandonado… - Entonces sus ojos se abrieron ampliamente y miró a Chase. - ¿Qué fue lo que le dijiste? -La verdad. – Dijo Chase con un puchero que me hizo apretarlo contra mi pecho un poco más fuerte. – Ella está dispuesta a adoptarme porque tu pareja es una mala madre. Fue fugaz, pero podría asegurar q
Sus labios eran suaves y tibios mientras tomaban con fuerza los míos. Cerré los ojos por inercia disfrutando de la sensación. Nunca había hecho lo del labio- a – labio así que estaba insegura sobre qué hacer. Olía tan divinamente que tenía que probarlo, por lo que tímidamente lamí su labio inferior. Él gruñó y repentinamente pude sentir el peso de su cuerpo sobre el mío. Esto era agradable mientras tomaba mis labios con ferocidad y mis manos hacían un lento recorrido por los músculos de su espalda. Era una enorme y bien trabajada espalda. Así que mis manos decidieron que deberían de explorar también su pecho mientras él hacía cosas muy agradables con su boca en un lento barrido hacia mi cuello. Incliné la cabeza para darle un mejor acceso y él gruñó de esa forma que hacía que mis bragas se cayeran solas. Comencé a desabrochar los botones de su camisa mientras él con una sola mano (Muy atractivo y sorprendente) quitó la sábana que me cubría y así ambos podríamos estar piel con piel y
A la mañana siguiente me puse mis bragas de niña grande y salí de la habitación para enfrentarme a un nuevo día. En la cocina ya se encontraba mi cachorro favorito hundiendo su cara en un plato de cereal. -Vaya, yo quiero un poco de eso. – Dije cuando por fin pude ver su cara llena de chocolate. -También hay pastel. El señor Fred dijo que podíamos comerlo cuando despertaras. -¿Dónde está él? -Salió temprano a cubrir tu turno de la escuela. También le dio su clase a los chicos que vienen temprano. Todos preguntaron por ti.- Dijo con una sonrisa. – Esperamos ansiosos a nuestra profesora. -No sé si les daré clases mañana. – Dije honestamente. – Me duele todo ésta mañana. Quizá solo me dedique a descansar el día de hoy. -Suena como un buen plan. ¿Vemos películas todo el día? -Ah, tú si que me comprendes, cachorro. – Dije con una sonrisa mientras pasaba a su lado y le despeinaba el cabello para ir por un enorme plato de cereal y pastel. – Espero que tu padre no tenga que hacer cosas
Para ser honesta, pensé que Bastián había ido a esa subasta porque estaba buscando una humana que no pudiera renunciar a aspirar su Casa de la Manada ante el menor signo de berrinche de su pareja. Lo sabía, lo había vivido, nadie quería el puesto porque Clarissa era un dolor en el trasero. Ni siquiera Susie, el ama de llaves, aguantaba a la perra. Así que yo había visto ese acto de novecientos mil dólares como el último intento desesperado por conseguir ayuda doméstica. Él me sacaba de ahí, yo lo acosaba en sus rutinas de ejercicio… todos ganábamos. Entonces, cuando me quiso decir sus verdaderos motivos, francamente pensé que me iba a rebelar que efectivamente estaba buscando a una esclava de la limpieza, pero sus primeras palabras me cerraron la boca. -Tenía motivos para pensar que mi hermana estaba en ese lugar. – Dijo mirándome a los ojos pero sin dejar de masajear mi pierna. – Fui ahí a los pocos días de haberme enterado. -No la encontraste. – Susurré como una afirmación. -No.