Era lunes por la tarde. Me encontraba sentada prestándole atención al profesor Harrison ya que estábamos viendo el tema de molaridad, el cual estaba intentando comprender lo más que pudiera.

Anoté todos los ejemplos que el profesor dio analizando y escuchacho. Luego puso algunos ejercicios ya que saldría debido a que la directora lo había mandado a llamar.

—Odio química— se quejó Rebecca, mi mejor amiga, llamando mi antención. Yo reí.

Comencé a realizar los ejercicios, leyendo y recordando los pesos atómicos de los elementos cuando de pronto escuché unas fuertes carcajadas.

Becca y yo nos giramos a ver hacia atrás el sitio de dónde provenía el ruido.

Los cuatro idiotas, digo los Dream Boys, se estaban riendo de alguna broma que se habían contado entre ellos.

Suspiré mientras negaba con la cabeza.

—Son tan escandalosos.— Le dije a Becca mientras regresaba a mi tarea.

Los chicos continuaron molestando cuando el profesor apareció y los vio.

—Vaya jóvenes, está es la tercera vez que los encuentro perdiendo el tiempo. ¿Qué les parece si los separo?

—No nos parece.— Respondió Michael Beck mientras los demás soltaban carcajadas. El señor Harrison se cruzó de brazos.

—Muy gracioso. Ahora, señor Brown— se dirigió a Elliot otro de los Dream Boys  —cambiará de lugar con la señorita Wilson. Tal vez se comporten como caballeros con una señorita cerca de ustedes.— Abrí la boca debido a la sorpresa. Me había nombrado a mí para sentarme junto a Beck, eso no era justo.

Me levanté enfadada.

—Eso es injusto profesor Harrison, yo no estaba haciendo nada—me quejé.

—Por favor señorita Wilson, no quiero enviar a la dirección a nadie el día de hoy. —Inconforme me giré para recoger mi mochila, cuaderno y libros. Mientras lo hacía maldecí por lo bajo.

Becca me miró triste. Se suponía que ibamos a estar juntoas el resto del trimestre, hasta yo estaba decepcionada de este cambio así que le sonreí de lado para tranquilizarla.

Con mis cosas ya listas me dirigí al asiento de atrás junto a Michael Beck mientras lo insultaba mentalmente.

El profesor se sentó en su escritorio al mismo tiempo que yo imitaba la acción para luego  continuar haciendo mis ejercicios.

Por el rabillo del ojo lograba ver que Michael no hacía nada más que observar el pizarrón como idiota.

—¿Acaso no haras tú tarea?— pregunté curiosa, el me sonrió.

—Ya la hice.

—No te creo— entrecerré los ojos. Y el me mostró su cuaderno. Todo estaba resuelto.

¿Cómo rayos había resuelto todo eso si sólo se la vivía molestando?

Mientras trataba de responderme esa pregunta noté que tenía una operación incorrecta.

—Esa la tienes mal— le señalé el problema. El negó con la cabeza y miró mi cuaderno.

—Tú la tienes mal. Observa. — Me señaló la ecuación. — Esto va al revés— Lo revisé de nuevo y tenía razón. De mala gana lo arreglé. Odiaba que un idiota cómo él me corrigiera.

—Bueno, no es cómo que la quimica sea solo sobre estas ecuaciones.— Susurré para mi misma. Escuché que Beck rió al lado mío.

—Oh claro que no, la química es sobre protones y neutrones.

—¿Te estás burlando de mí?— me crucé de brazos ya enfadada. Él negó con la cabeza.

—Los protones y electrones se atraen por ser opuestos. Eso es química.— Sonrió él de lado. Frustrada decidí ignorarlo debido a sus idioteces. —Admitelo, tenemos química.— Esa fue la gota que derramó el vaso. Irritada me levanté del asiento dando un sonoro golpe en la mesa.

—¡Tú y yo no tenemos química!— exclamé y ahí comenzó todo.

—¡Señorita Wilson y señor Beck, ambos están castigados!— Agitada miré a Michael.

—Te odio Michael Beck, eres un idiota— susurré mientras me sentaba de nuevo.