Edson había llamado a todos para que bajáramos al siguiente piso a comer. Yo no había estado en el piso que mencionaba así que tenía un montón de curiosidad. Este, a diferencia de la zona que habían designado como dormitorios, era un espacio totalmente abierto que nos mostraba qué tan grandes eran los pisos de arriba. Edson (o alguno de sus ayudantes) había metido aquí un par de mesas plegables con sillas que encuentras en los supermercados. Sabía que era cosa de Edson porque en un rincón del lugar habían amontonado cosas polvorientas que al parecer estaban aquí. La diferencia entre las mesas y ese rincón eran abismales. Era un poco lúgubre pero estaba segura de que solo era mi percepción ya que no parecía molestarle a nadie. -Con una televisión enorme y un par de sillones cómodos, este lugar sería un buen refugio. - Silbó Sara. - Una limpieza profunda, más iluminación... Yo oculté una sonrisa. No lo admitiría, pero tenía alma de decoradora y se emocionaba fácilmente. Detrás
-Me alegra. ¿Sabes del papeleo que tendría que hacer para seguir usando tu tarjeta si mueres? Es muy cruel. - Dijo Rose al otro lado. - ¿Necesitas algo?, ¿Cómo te va con las lobas?, ¿Cómo está tu hermano?-No necesito nada, gracias. - Dijo después de pensarlo unos segundos. - Las lobas y mi hermano... es complicado. De momento estamos bajo tierra, literalmente. Es un jodido milagro que tengamos recepción. -A la mierda, ¿Por qué no simplemente traes a todos hacia aquí? Son solo un par de horas, incluso puedo mandar a algunos guardias a recorgerlos en el aeropuerto.Edson me miró solo por algunos segundos antes de responder.-Pensaré en esa oferta, Rose. También hablaba para saber cómo está la manada de Alan. Le envié un mensaje pero... bueno, pasaron cosas.-Sin bajas en el ataque a su manada. De hecho, quienes se tuvieron que hacer cargo fueron Rowan y la doctora Paula; ellos fueron a comprobar que estuvieras bien.-Que buenos lobos. - Murmuró Edson mirando hacia el techo. - Están en
-¿Sabes qué tendrías que hacer con todo ese dinero en el banco que dices tener? Comprar un vehículo. - Dijo Sara cuando bajamos del autobús y miramos a nuestro al rededor. -Tengo gastos más importantes. Además, simplemente puedo robar un autobús si necesito moverme. - Dijo guiñándome un ojo. Sara me miró. -¿Desde cuándo te gustan los que se encuentran del otro lado de la ley? -No es un mal sujeto o un exconvicto, ya lo investigué. - Murmuré distraídamente. El sitio de la dirección se encontraba a un par de cuadras de aquí. Los rumores decían que los perros del vecindario estaban muertos de miedo y que no querían salir de casa desde hace unos meses. Los vecinos justificaron el extraño comportamiento a ĺos avistamientos de "perros grandes y malos" por todo el lugar. Terriblemente sospechososo cuando se sabe que existen criaturas que le aullaban a la luna y luego se paseaban por las calles tranquilamente como personas. Escalofriante, si me lo preguntan. -Tú lo has investigado, per
-De acuerdo. - Dije después de unos segundos de pensarlo muy bien. - Si se te puede ocurrir una muy buena excusa para el jefe, puedes acompañarme a la escena del crimen. Lo que me hace preguntar... ¿Por qué los hombres lobos tienen una insana tendencia con el fuego? -¿La tienen? - Preguntó Sara con interés. Edson se rió cuando yo asentí entusiastamente. -Supongo que es porque todo lo que es molesto puede desaparecer sin dejar rastro con una buena hoguera. - Dijo cuando se calmó. - Por lo que sé, lo humanos piensan en lo mismo. -Mentira absoluta. Yo prefiero dárle mis problemas de comida a los animales salvajes. Son más meticulosos y no contaminan el medio ambiente. - Dijo Sara arqueando una ceja. - Aunque quizá eso se deba a que tengo genes extraños por parte de mis ancestros. ¿Qué sabes sobre el tema? Yo lo miré, también tenía curiosidad. -No mucho, en realidad. Al ser una especie diferente, no nos tomamos la molestia de aprender sobre ellos cuando aun vagaban por el continente.
Él me miró fijamente sin hablar mientras yo lo maldecía con todos los términos que se me ocurrieron.-¿Terminaste? - Preguntó Edson en tono aburrido.-Estoy calentando, idiota. - Dije tratando de liberarme de su agarre. - ¿Qué haces aquí?-No solo no confío en Sara. Tenemos que hablar.Eso me hizo detenerme en el acto.Bueno, ¿Por qué mierda pensé que el tipo me dejaría ir? Yo ya había demostrado que podía decir tranquilamente el secreto de su especie.¿Una disculpa de mierda lo haría cambiar de opinión? Por supuesto que no. Él me había confiado su secreto, bien pudo haberme eliminado en ese callejón por haber visto demasiado. O justo después cuando estuve en su oficina y... bien, un montón de momentos después.No lo hizo.Así que me quedé sumisamente quieta sintiéndome culpable ya que él nunca me había lastimado y ahí iba yo a traicionar su confianza. Ni siquiera el hecho de recalcarle que su madre me había atacado y llevado a una jaula podría justificar mi comportamiento.Si, yo est
Algo extrañamente caliente se encontraba en mi cuello y me daba cosquillas.Me moví un poco pero el extraño calor me siguió. Abrí los ojos en la semi oscuridad; faltarían quizá unos minutos para que el sol saliera por completo.Había sido un buen sueño reparador.Me estiré un poco disfrutando de mi merecido descanso antes de que aquella cosa extraña volviera a llamar mi atención. Desperté un poco más y me di cuenta de que tenía un enorme cuerpo a mi espalda. Presumiblemente era un hombre ya que descansaba cómodamente su alegría matutina sobre mi trasero.Me desperté del todo y recordé justo a tiempo que era Edson.-Buenos días. - Dijo contra mi cuello.-Hola. ¿Podrías decirme qué es lo que estás haciendo?-Despertar.-Ah. No recuerdo que tu ritual para "despertar" incluya mover tus caderas.-Eso es porque no has dormido lo suficiente conmigo. Tu te desnudas, yo muevo mis caderas. ¿Ves? Todos tenemos nuestras formas para dormir.-Y la cosa de tu lengua en mi cuello, ¿Es algo de tu espe
El edificio se encontraba ennegrecido después de toda la acción que hubo la última ocasión en la que estuvimos aquí. Desde abajo no podíamos ver las cintas policiacas que seguramente acordonaban el piso. Edson no había perdido el tiempo en tomarme de la mano mientras entrábamos en el lugar y comenzábamos a subir las escaleras. -¿Por qué sigues haciendo eso? -¿El qué? -Tomar mi mano. - Murmuré. Él se quedó callado, así que me detuve y medio giré para verlo a los ojos. Podía verlo gracias a la poca luz auxiliar de la escalera. - ¿Te molesta? - Preguntó por fin. - No, pero ese no es el punto. - Es el punto, totalmente es el jodido punto. - Dijo bajando un par de escalones sin soltar mi mano. Así podía verlo más cómodamente sin que me diera tortícolis. - Lizzie, por si no lo has notado, me gustas. Mi boca cayó abierta. - Apenas nos conocemos. Él se rió. -Lizzie, te dije que me gustabas, no que estuviera enamorado de ti. Seamos realistas; Gustar, enamoramiento o amor son senti
Nos quedamos ahí un par de minutos escuchando todos esos gruñidos. -¿Crees que se transformen o tendremos que seguirlos? -Dije en el tono más bajo que pude reunir. -Si los seguimos, uno de nosotros se tendrá que quedar aquí arriba y avisar al otro en qué dirección se han ido, porque para el momento en que ambos bajemos de aquí, podríamos perderlos. - Murmuró. Yo suspiré. -Bien. ¿Has conseguido un nuevo móvil? -Fui a dejar a Sara y a dar un par de instrucciones a mis lobos, luego fui a tu departamento. ¿Crees que me dió tiempo para ir de compras? Ni siquiera me he podido cambiar de ropa. - Dijo divertido. -Entonces tendremos que improvisar. - Dije rodando los ojos. Saqué mi nuevo móvil y activé la función de rastreo antes de dárselo a él. -Ese edificio tiene dos entradas por ambas calles. Tú baja de aquí y yo te diré en qué dirección irán. Trataré de encontrarte con esto en cuanto suba a la patrulla. -Preferiría seguirlos yo solo. Puede ser peligroso. - Dijo después de