Alce mi mano que estaba manchada de sangre y la acerque al rostro pálido de la chica para darle la caricia más siniestra qué le habían dado. Le sonreí para tranquilizarla y ella destenso los hombros. Justo lo que quería, que bajara la guardia.
En segundos mi tacto cambió e inmediatamente abrió los ojos sorprendida por darse cuenta que había caído redondita en mi propia trampa. La agarré las mejillas clavandole las uñas tan profundo que le hice sangre, ella soltó un quejido tan fuerte que Enzo volteo la mirada preocupado pensando que me estaban haciendo daño.Conecté mi mirada con la de él por unos segundos, pero de inmediato me fije en mi segunda víctima de la noche.Salvatore me hacia de cortina para no alterar más a la gente, pero tarde o temprano se darían cuenta de lo que estaba pasando aquí.—¿Qué te hace pensar que puedes comerte con la mirada a mi esposo? —pregunté con paciencia.Ella se quejó y soltó un sollozo ahogado por laEnzoMe encantaba verla desnuda sobre mi cabalgandome la polla hasta caer desmayada de placer, pero hoy descubrí que su modo sangriento y violento me encantaba más. Me tenía enloquecido, quería sacarla de ahí y llevarla a nuestra habitación para cogermela tan duro que mañana no pueda caminar. Pero ahora resulta que la muy malcriada está molesta por lo acontecido con la bendita mucama. Tenía una erección desde que la vi matar a Mara, y la misma se mantuvo y hasta creció cuando la vi marcando el territorio con la sirvienta. Intentaba disimularlo y seguía hablando con alguno que otro invitado para concretar envíos de droga. Y hasta por un momento la pude controlar, pero siempre con un ojo encima de mi mujer, que se dispuso a recorrer el salón para asegurarse de que todo estaba en orden. Algunas mujeres se acercaron a ella con respeto para elogiar lo hermosa que era. Ella muy amable le respondía con algo igual de alagador, hasta la vi más tranquila desenvolviendose y hasta algunas muj
Olivia—Vamos, preciosa —le hable a mi pequeña pantera. Estaba intentando entrenarla para que Enzo no se la llevara a la jaula, pero me estaba costando, ella no es un perro. —Muñeca, no es un perro —me dijo mi esposo desde la terraza. Llevaba toda la mañana trabajando. Y yo aquí tratando que mi pequeña Iskra me haga caso, pero como es una cachorra lo único que quiere es jugar. Igual estaba encantada con el regalo que me dio mi esposo. —Cariño, yo no quiero que la lleves a las jaulas —refunfuñe tomando en brazos a mi mascota y caminando con ella encima hasta la terraza. Enzo levantó la mirada de su laptop cuando sintió mi presencia, me sonrió y se apartó de la mesita y se sentó cómodamente para abrir sus piernas e invitarme a sentar sobre sus piernas. Gustosa lo hice y la pantera se acomodó en mis brazos como toda una consentida. Enzo cubrió mi cintura con una mano y con la otra acariciaba la cabecita de Iskra y ella respondía con ronroneos. —La tienes muy malcriada, cariño —me
EnzoTenerla en mis brazos era algo maravilloso, abrazarla y besarla es de otro mundo, ella es de otro mundo. Estoy perdidamente loco por ella y sé que el sentimiento es mutuo. —Yo sé que entre nosotros no llevamos tanto tiempo como aparentamos —comenzó a hablar mirando hacia el frente pero no a mis ojos y me molestaría en otra ocasión, pero se le nota que le estaba costando ser sincera conmigo.—Las circunstancias de nuestra unión tampoco es que fuese normal, pero a pesar de todo eso, aprecio realmente todo lo que haces por mi. Yo suspiré y cansado de que no me viera a la cara, la tomé de la nuca y la hice verme. —No necesito que aclares las cosas, Olivia, todo lo que hice y hacemos es por un bien común y ambos sabemos que ese bien común no tiene nada que ver con el famoso contrato que firme con tu padre —le expliqué y vi de primera instancia como sus ojos se cristalizaron por el dolor que aun siente. Sé de primera mano que no fue nada fácil para ella separarse de sus hermanos y
Daemon No le bastó con habérmela robado, ahora se jacta presentandola a su jodida mafia anticuada de m****a. Ella es mi reina, solo mía. Sino fuera sido por el avaricioso de su padre, ella estaría aquí siento la jodida reina de mi mafia, la líder de todo lo que es mio. Toda esta situación me tiene los nervios de punta, estoy loco de atar, quiero matar y descuartizar más que antes, no tengo control sino la tengo a ella, la quiero a ella. Maldito sea el viejo de Arthur Manchester. Tanto que lloro por un buen negocio para darme a su hija, y prefirió venderla por veinte millones más de lo que yo le estaba ofreciendo. Tengo el mismo poder que tiene Enzo Cavalli, no veo la preferencia hacía él si somos del mismo charco. Pobre de mi suegrito cuando vea las imágenes de su hija matando a una mujer para iniciarse dentro de la mafia. Me había encantado verla manchada de sangre, y verle esa mira casi irreal llena de odio y ganas de matar. Dio un gran show para todos esos vejestorio
EnzoMe encontraba en mi despacho sumido en el trabajo acumulado de la oficina y la mafia. Ambas vidas estaban enlazadas, indirectamente, pero si tenían pequeñas cosas que las unía. Tuve que hacerlo cuando heredé la mafia de mi padre, me tocó ligar ambas cosas para poder tener una mejor dirección de mis negocios. Mi empresa estaba especializada en insumos y herramientas médicas, fue algo que cree de muy joven y ahora es un imperio tanto farmacéutico como en el área de la administración de servicios y salud. Apoyaba a muchas fundaciones y sectores de salud pública en casi todos los países de Latinoamerica, Estados Unidos y Europa. Normalmente estoy lleno de trabajo porque hago muchas importanciones y aunque tengo un equipo especializado en el área, me gustaba siempre estar al pendiente de mis cosas. Estoy ansioso de que mi esposa pueda adaptarse a los entrenamientos con sus guardaespaldas y pueda al fin asumir sus responsabil
OliviaSalvatore detuvo el entrenamiento cuando un Red acelerado lo llamo para indicarle algo. Ambos estaban histéricos al momento de que Red terminó de hablar y fue inevitable no acercarme a ellos mientras limpiaba el sudor de mi frente con una toalla, el enterizo se pegaba a mi piel y hacia que mis curvas se pronunciaran más de lo normal, no era mi intención exhibirme, pero era lo más cómodo que tenía para hacer actividad física. —¿Pasa algo? —mi voz fue demandante. Red me miró a los ojos y asintió sin decirme una palabra. —Dímelo —le ordene y dejé la toalla en la mesa con el armamento de práctica. —Hay una amenaza hacía usted —respondió Salvatore. Ya me había mostrado su rostro, al primer momento me impresionó pero ya luego de dos semanas llevando más golpes qué una pera de boxeo en lo que menos me fijaba era en sus tatuajes terroríficos. —Bien, entonces vamos con el capo —les ordené y caminé por delante de ellos. Podrían ser muy bies mis entrenadores, pero quien tenía el d
Enzo—Eres un maldito imbécil —me gritó Salvatore a la cara.A cualquier otro le fuera volado la cabeza por solo levantarme la voz, pero Salva es una figura paterna para mi y le tengo demasiado respeto como para hasta replicarle.Me siento como un maldito estúpido, la dañe y me pesa en el alma más que nada, dañe a mi reina y ahora no quiere verme.—Vas a arreglar esta mierda, maldito imbécil —me apuntó con su dedo.Últimamente ha estado más sobreprotector con mi esposa, pero es normal porque se lo pedí, le pedí que la cuidara y fui yo el que le hizo más daño.La decepción , la pena y el desagrado no me salían de la mente y lo tengo bien merecido.—¿Le viste el cuello? —preguntó mi consejero con la rabia contenida. —¿Viste cómo la marcaste, pedazo de mierda?Con esto último en un arrebato me tomó del cuello y apretó tanto que me hizo doblar las piernas, manoteaba su mano y me sentí acelerado y por dentro pensaba que ella había sentido lo mismo que yo y había sentido miedo.—Esto mismo
OliviaDos semanas habían pasados, y aunque viva en la misma fortaleza que Enzo, me he encargado de no encontrarmelo ni por equivocación. Me sentía miserable y con una constante nostálgica al pensar siempre que él me creyó una traidora. No tenía mente para entender el por qué había llegado a esa conclusión si todo lo que había hecho en todo este tiempo es tratar de hacer las cosas bien para no ser un estorbo para él. Mi corazón estaba herido y aunque tratara de pensar en otras cosas, mi mente me seguía llevando a ese momento cuando miré a sus ojos carentes de esa familiaridad qué tanto me hacía sentir en casa. Sacudí la cabeza de lado a lado para salir de nuevo de esos sentimientos negros que me hacían sentirme débil. Los entrenamientos han dado frutos jugosos para mi personalidad, y aunque me sienta decepcionada de mi esposo no quiere decir que dejaré mis obligaciones de lado. Esta noche tenía que emprender un viaje a Roma en representación de la mafia Italiana, esta será mi pre